lunes, 27 de junio de 2011

Sonrisa bastarda














Jamás se me ocurrió pensar siquiera que el virus fuera a propagarse de forma tan rápida por la ciudad antes de que yo pudiese salir de ella,… pero así sucedió.

-Matt… ¡Matt!- llamaba por radio desesperado mientras deambulaba por las peligrosas calles de aquella ciudad.- ¿Dónde está el maldito helicóptero?

-[… Leon… ardare….unins….tas balas….]- obtuve como respuesta a la vez que buscaba algún lugar oculto del sol del mediodía.

-Matt… no te he copiado, repíteme por favor, esta vez estoy en un lío serio…

-[Tardaremos más de lo previsto… ¿Cuántas balas tienes?]- me llegó esta vez el mensaje con claridad.

-Nada. Estoy sin municiones… vengo de la armería y no quedaba más que un cadáver devorado hasta la cintura.

-[Busca un lugar seguro donde puedas esperarnos hasta nuestro arribo, una vez allí no olvides confirmarnos tu posición]…

-Bien…- respondí mientras mis ojos se detuvieron en el gran montón de zombies que aparecían al otro lado de la avenida.-…eso haré.

-[Resiste, amigo… la caballería va en camino. Cambio y fuera]- se despidió Matt a través de la radio sin siquiera sospechar que aquel montón de zombies ya había advertido mi presencia, en una fracción de segundos un vecindario entero comenzó a correr tras de mí. Corrí con todas mis fuerzas evitando lo más posible el mirar atrás, pero ahora comprendo que eso es algo inevitable sobre todo si está en peligro tu vida. Durante la salvaje carrera habré girado mi cabeza para mirar unas 4 veces y por cada vez que lo hacía la cantidad de infectados se triplicaba… quien sabe de donde iban apareciendo, supongo que de todos lados. Ahí comprendí que toda la maldita ciudad estaba ya contaminada con el virus. Finalmente llegué a un costado del que hasta solo momentos después pude descubrir que se trataba de un centro comercial.

-Infectados… ¿Por qué ya no son lentos y torpes como antes?- me pregunté mientras me daba un par de segundos para recuperar el aliento apoyado en un muro.

Arriba, a unos 3 metros de altura una rejilla que lucía lo bastante insegura como para ser abierta de un golpe se presentaba como una vía de escape. Moví con lo poco que me daba de energía un contenedor de basura y trepé a él justo antes de que los primeros zombies aparecieran por la esquina de esa cuadra, luego haciendo otro gran esfuerzo salté para encararme a la apertura de la rejilla, pero no lo conseguí. Volví a saltar por 2da vez y esta vez pude agarrarme firmemente de uno de sus endebles barrotes, comencé a tirar hacia mi cuerpo con todo lo que tenía y tras unos desesperados intentos llenos de rabia finalmente la rejilla cedió. Casi caigo sobre la docena de zombies que me esperaba abajo mientras el resto iba llegando, pero logre asirme con uno de mis brazos sobre la superficie de cemento. Jalé el resto de mi cuerpo hacia el interior y milagrosamente pude adentrarme al interior de aquel estrecho y sofocante ducto de aire.

Comencé a avanzar acostado boca abajo por aquel claustrofóbico túnel con la intención de buscar un punto seguro…y honestamente con un poco más de espacio, pero la oscuridad era tal que no tenía idea de hacia donde estaba yendo. Al cabo de unos minutos pude distinguir luz a través de un diminuto respiradero que se asomaba a unos cuantos metros, eché un vistazo hacia abajo y no había absolutamente nada anormal, opté por continuar arrastrándome un instante más hasta donde notara que aquel ducto se ensanchara y sí poder mover mi brazo con libertad hacia mi cintura y ocupar la radio, sin embargo ese instante jamás llegó. Había avanzado lo suficiente como para que Matt ya esperara esa llamada de confirmación…

Aquel diminuto espacio en el ducto de aire era tremendamente claustrofóbico y estrecho, me costaba respirar. Moví mi brazo derecho hacia atrás lentamente, pero me era imposible alcanzar el ángulo apropiado para coger la radio, quizás si intentaba con más fuerza lo podía lograr…Jamás reparé sobre el estado de aquel ducto de aire, ni de la superficie en la que me encontraba, al apoyar mi mano en esa superficie para hacer fuerza y correr mi brazo hacia atrás rompí una brecha de casi un metro de largo que cayó al suelo descubriendo por completo mi escondite, y peor aún… mi mano derecha logró llegar hasta mi cintura, pero ya no la podía mover, había quedado atrapado en una insólita posición. Miré hacia abajo y me encontraba sobre el departamento de electrónica de un centro comercial, pude ver varias pantallas y monitores apilados sobre estanterías, más notebooks, cámaras y otras de esas cosas. En vano intenté alcanzar la radio con mi brazo aprisionado, no podía siquiera avanzar. Al cabo de unos segundos un ruido me hizo ver hacia abajo… un infectado había entrado al lugar, seguramente el ruido que causó el pedazo de techo al caer al suelo le alertó, deambulaba de un lado a otro y así estuvo un buen rato hasta que dos más se sumaron a él. Permanecí un buen rato observándoles, jamás me había detenido a analizar su comportamiento desde tan cercana panorámica. “¿porqué no se atacarán entre ellos?”, pensé y de pronto la estática de mi radio comenzó a sonar… seguramente Matt o alguien quería comunicarse conmigo. Comencé a hacer grandes esfuerzos para alcanzar la radio, pero lo único que podía hacer era articular mis dedos y nada más. Abajo el panorama era distinto, ahora alrededor de 20 zombies chocaban unos con otros deambulando en aquel departamento de electrónica y parecían seguir sumándose cada vez más. Comencé a tirar de mi brazo haciendo otro gran esfuerzo y mi codo comenzó a raspar la estrecha pared del ducto… finalmente esta cedió a la presión y otro metro de aquel ducto de aire salió volando y fue a caer arriba de unos televisores provocando un gran escándalo, varios zombies sorprendidos por el ruido fueron a ver de que se trataba, y yo… milagrosamente puedo decir que alcance a agarrarme firmemente para no caer al suelo, de pronto algo se deslizaba de mi cintura y caía… era mi radio, resbaló y cayó al suelo.

Pude contar alrededor de 80 zombies que repletaban el lugar. Vi como uno de ellos, al parecer el mas listo, sostenía mi radio en sus manos y lo examinaba con curiosa actitud mientras yo iba intercambiando mi brazo de apoyo del derecho al izquierdo para no acalambrarme. La situación iba de mal en peor… ¿cómo podría comunicarme con Matt?, si pasaban muchas horas… ¿Qué iba a pasar conmigo?, obviamente no iba a resistir mucho tiempo agarrado ahí evitando caer al vacío infestado de zombies.

Creo que pasaron casi 3 horas cuando la voz de Matt comenzó a sonar en la radio…

-[Leon, ¿Dónde te encuentras?... ¿me copias?]- preguntó la voz a través del aparato que el zombie sostenía aún en sus manos. Tras el llamado de Matt, el infectado volvió a examinarlo con sumo cuidado.

Me limité a observar todo en silencio desde la altura de mi “escondite”.

-[Leon, ¿cuál es tu posición?..., ¿estás ahí?.... vamos en camino…]- volvió a salir la voz de Matt a través de la radio.-[Leon, ¿me copias?]


El llamado de Matt cesó, mientras el infectado examinaba la radio desde uno y otro ángulo buscándole cierta lógica al suceso que acababa de ocurrir. A continuación todo pareció andar en cámara lenta…, todo tuvo sentido para el infectado…, todo parecía encajar y de pronto con una mirada brillante alzó su vista y depositó sus ojos muertos en mí.

… y sonrió… el muy bastardo… me sonrió.


Acto seguido el infectado sin quitar sus ojos de los míos comenzó a acercarse a mi posición y no fue hasta estar justo debajo de mí que alzó su mano apuntándome con su dedo índice… seguido por la mirada de todos los demás zombies en el lugar que ya sobrepasaban los cien. Un sudor frío recorrió mi espalda al ver como todas esas cabezas, todos esos cuerpos, toda esa masa muerta y hedionda se agolpaba a unos 5 metros abajo de mí, vociferando extraños gruñidos y gritos mientras agitaban sus brazos en forma desesperada para intentar alcanzarme. Sin embargo aquel zombie que me había delatado permanecía alejado y ajeno al resto de sus pares… y no me equivoco al escribir esto: volvió a sonreírme

Volvieron a pasar algunas horas que para mí fueron realmente eternas cuando Matt volvió a hablar por la radio.

-[Leon, por favor… si estás con vida responde]- dijo con un tono de voz tan triste que al escucharlo casi me partió el alma.-[amigo… me han presionado para volver, dicen que ya es muy probable que estés muerto….]…… [… daré solo un par de vueltas más… aún tengo fe en ti, Leon]…..- Luego se produjo un sepulcral y triste silencio en la radio. El infectado no encontró nada mejor que arrojar el aparato contra un muro destrozándolo por completo, no tengo idea porqué lo hizo… y francamente no me importaba. Finalmente se sumó a sus pares y se abrió paso entre la enorme multitud que se agolpaba para devorarme en cuanto cayera al suelo, ahora ya todo era solo cuestión de tiempo.

Ya llevaba varias horas colgado de lo que quedaba del ducto de aire destrozado pasando de mi brazo derecho al izquierdo constantemente… pensé muchas cosas en ese momento, sabía que no iba a morir… o al menos no quería considerarlo, me negué a esa posibilidad. También pensaba en lo rápido que me estaba agotando… los años no pasan en vano, ya no era el muchacho veinteañero que salía siempre airoso…

Los infectados abajo clamaban por mi piel y por mi sangre, las gotas de sudor que perlaban mi frente caían y caían y por cada gota que caía ellos parecían celebrarlo de forma extraña y siniestra… como si cada gota acercara aún más el momento de mi caída. Finalmente mis brazos se entumecieron, primero fue el izquierdo… ya no pude resistir y me agarré firmemente con el derecho. El dolor nublaba mi vista y comencé a temblar de forma caótica las pocas fuerzas que me quedaban se estaban diluyendo como el agua. Al ver que había bajado mi brazo izquierdo los zombies gritaron en un éxtasis lleno de lo que podría describir como júbilo. Mi mandíbula casi se desencaja de su lugar al apretar con tanta fuerza mis dientes mientras intentaba sacar fuerzas de la nada misma. Luego, las fuerzas de mis brazos simplemente se fueron y caí al vacío quedando colgado boca abajo agarrado solo por mis piernas. Comencé a maldecir, los infectados celebraron aquella caída y parecía que en tan solo unos segundos más iban a estar dándose un festín. Mis piernas ya no daban más, poco a poco comenzaba a deslizarme y los zombies lo advirtieron… Comenzaron a agitarse y a gritar con sus bocas llenas de bilis chorreante, mi mente comenzó a jugarme una mala pasada y los vi a todos como una multitud enloquecida que profería insultos y me lanzaba escupitajos, me condenaban a muerte y me iban a linchar… yo comencé a maldecirlos a todos, mientras me deslizaba y se aproximaba mi caída fatal comencé a insultarlos y también a escupirles lleno de rabia y de dolor por ese fin que se me venía encima.


Algo me ensordeció momentos antes de caer.


No puedo describir de buena forma lo que ocurrió, ya que no tuve pleno conocimiento de lo que acontecía hasta que unas manos me agarraron y me sacaron de aquel lugar para llevarme al helicóptero de Matt, pero según pude enterarme después, lo que sucedió fue que antes de mi caída ingresaron 3 soldados armados de metralleta arrasando con todo lo que había en el interior luego de haber arrojado una granada. Yo vine a caer finalmente sobre un montón de cadáveres esparcidos en el suelo, al reconocerme, los soldados me sacaron rápidamente del lugar. Mi radio tenía señal GPS y gracias a ello fue que lograron identificar mi posición, aún si me encontraba muerto… Matt se arriesgó y fue en mi ayuda solo porque no tenía nada que perder y tal como me dijo después “no podría nunca más dormir tranquilo si no veía con sus propios ojos mi cadáver”.

Recuerdo que varias de las esquirlas de la granada que arrojaron los soldados mientras yo colgaba del ducto impactaron en mi cuerpo y en mi rostro, cegando parcialmente mi ojo derecho… sin embargo con el rabillo de mi ojo izquierdo pude ver cuando me sacaban, semi-inconsciente,… a aquel infectado que fue el primero en descubrirme. Había sobrevivido a la ráfaga de tiros y había permanecido vivo unos instantes más solo para ver cuando me rescataban y para sonreírme por última vez antes de que uno de los soldados lo rematara dándole un tiro en la cabeza.






Casi te saliste con la tuya, mi sonríente amigo...

LEON S. KENNEDY 01:01 A.M.


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6 comentarios:

Anónimo dijo...

muy atrapante marce. pobre leon siempre en situaciones de mierda xD
muy buena, espero la proxima :D

saludiines!

Marcelo Carter dijo...

jeje, grax Lady B. Un saludo y mil gracias por postear

Unknown dijo...

wwwwwwwwwwwwwou marce Leon casi muere fua que historia parecia el fin de todo pero el siempre tiene esa suerte de poder salirse siempre de esos problemas ja! saludos marce

Anónimo dijo...

INCREIBLE, Marce! De esas historias qe uno siente en carne propia cada momento =) casi casi qe se me cansaban los brazos a medida qe leía! :O
Es bueno confirmar qe Leon es humano y después y a pesar de todo aún necesita de personas en las qe confiar su vida ;D

Mery ;)

Marcelo Carter dijo...

jeje, es cierto, Mery. Me alegro que te haya gustado. Un saludo a ti también Brian :)

leon rpd dijo...

vaya primera vez que leo la historia en que un zombie no es seducido por la carne y experimenta con el radio de leon incluso le sonrie...... el primer zombie que me cae bien en fin que esperaban leon es como un superheroe hehe.... que bueno que sigue matando zombies, llevo noches leyendo el diario y cada vez me encantan las historias ojala capcom lo vea y haga miniseries