lunes, 27 de junio de 2011

Sonrisa bastarda














Jamás se me ocurrió pensar siquiera que el virus fuera a propagarse de forma tan rápida por la ciudad antes de que yo pudiese salir de ella,… pero así sucedió.

-Matt… ¡Matt!- llamaba por radio desesperado mientras deambulaba por las peligrosas calles de aquella ciudad.- ¿Dónde está el maldito helicóptero?

-[… Leon… ardare….unins….tas balas….]- obtuve como respuesta a la vez que buscaba algún lugar oculto del sol del mediodía.

-Matt… no te he copiado, repíteme por favor, esta vez estoy en un lío serio…

-[Tardaremos más de lo previsto… ¿Cuántas balas tienes?]- me llegó esta vez el mensaje con claridad.

-Nada. Estoy sin municiones… vengo de la armería y no quedaba más que un cadáver devorado hasta la cintura.

-[Busca un lugar seguro donde puedas esperarnos hasta nuestro arribo, una vez allí no olvides confirmarnos tu posición]…

-Bien…- respondí mientras mis ojos se detuvieron en el gran montón de zombies que aparecían al otro lado de la avenida.-…eso haré.

-[Resiste, amigo… la caballería va en camino. Cambio y fuera]- se despidió Matt a través de la radio sin siquiera sospechar que aquel montón de zombies ya había advertido mi presencia, en una fracción de segundos un vecindario entero comenzó a correr tras de mí. Corrí con todas mis fuerzas evitando lo más posible el mirar atrás, pero ahora comprendo que eso es algo inevitable sobre todo si está en peligro tu vida. Durante la salvaje carrera habré girado mi cabeza para mirar unas 4 veces y por cada vez que lo hacía la cantidad de infectados se triplicaba… quien sabe de donde iban apareciendo, supongo que de todos lados. Ahí comprendí que toda la maldita ciudad estaba ya contaminada con el virus. Finalmente llegué a un costado del que hasta solo momentos después pude descubrir que se trataba de un centro comercial.

-Infectados… ¿Por qué ya no son lentos y torpes como antes?- me pregunté mientras me daba un par de segundos para recuperar el aliento apoyado en un muro.

Arriba, a unos 3 metros de altura una rejilla que lucía lo bastante insegura como para ser abierta de un golpe se presentaba como una vía de escape. Moví con lo poco que me daba de energía un contenedor de basura y trepé a él justo antes de que los primeros zombies aparecieran por la esquina de esa cuadra, luego haciendo otro gran esfuerzo salté para encararme a la apertura de la rejilla, pero no lo conseguí. Volví a saltar por 2da vez y esta vez pude agarrarme firmemente de uno de sus endebles barrotes, comencé a tirar hacia mi cuerpo con todo lo que tenía y tras unos desesperados intentos llenos de rabia finalmente la rejilla cedió. Casi caigo sobre la docena de zombies que me esperaba abajo mientras el resto iba llegando, pero logre asirme con uno de mis brazos sobre la superficie de cemento. Jalé el resto de mi cuerpo hacia el interior y milagrosamente pude adentrarme al interior de aquel estrecho y sofocante ducto de aire.

Comencé a avanzar acostado boca abajo por aquel claustrofóbico túnel con la intención de buscar un punto seguro…y honestamente con un poco más de espacio, pero la oscuridad era tal que no tenía idea de hacia donde estaba yendo. Al cabo de unos minutos pude distinguir luz a través de un diminuto respiradero que se asomaba a unos cuantos metros, eché un vistazo hacia abajo y no había absolutamente nada anormal, opté por continuar arrastrándome un instante más hasta donde notara que aquel ducto se ensanchara y sí poder mover mi brazo con libertad hacia mi cintura y ocupar la radio, sin embargo ese instante jamás llegó. Había avanzado lo suficiente como para que Matt ya esperara esa llamada de confirmación…

Aquel diminuto espacio en el ducto de aire era tremendamente claustrofóbico y estrecho, me costaba respirar. Moví mi brazo derecho hacia atrás lentamente, pero me era imposible alcanzar el ángulo apropiado para coger la radio, quizás si intentaba con más fuerza lo podía lograr…Jamás reparé sobre el estado de aquel ducto de aire, ni de la superficie en la que me encontraba, al apoyar mi mano en esa superficie para hacer fuerza y correr mi brazo hacia atrás rompí una brecha de casi un metro de largo que cayó al suelo descubriendo por completo mi escondite, y peor aún… mi mano derecha logró llegar hasta mi cintura, pero ya no la podía mover, había quedado atrapado en una insólita posición. Miré hacia abajo y me encontraba sobre el departamento de electrónica de un centro comercial, pude ver varias pantallas y monitores apilados sobre estanterías, más notebooks, cámaras y otras de esas cosas. En vano intenté alcanzar la radio con mi brazo aprisionado, no podía siquiera avanzar. Al cabo de unos segundos un ruido me hizo ver hacia abajo… un infectado había entrado al lugar, seguramente el ruido que causó el pedazo de techo al caer al suelo le alertó, deambulaba de un lado a otro y así estuvo un buen rato hasta que dos más se sumaron a él. Permanecí un buen rato observándoles, jamás me había detenido a analizar su comportamiento desde tan cercana panorámica. “¿porqué no se atacarán entre ellos?”, pensé y de pronto la estática de mi radio comenzó a sonar… seguramente Matt o alguien quería comunicarse conmigo. Comencé a hacer grandes esfuerzos para alcanzar la radio, pero lo único que podía hacer era articular mis dedos y nada más. Abajo el panorama era distinto, ahora alrededor de 20 zombies chocaban unos con otros deambulando en aquel departamento de electrónica y parecían seguir sumándose cada vez más. Comencé a tirar de mi brazo haciendo otro gran esfuerzo y mi codo comenzó a raspar la estrecha pared del ducto… finalmente esta cedió a la presión y otro metro de aquel ducto de aire salió volando y fue a caer arriba de unos televisores provocando un gran escándalo, varios zombies sorprendidos por el ruido fueron a ver de que se trataba, y yo… milagrosamente puedo decir que alcance a agarrarme firmemente para no caer al suelo, de pronto algo se deslizaba de mi cintura y caía… era mi radio, resbaló y cayó al suelo.

Pude contar alrededor de 80 zombies que repletaban el lugar. Vi como uno de ellos, al parecer el mas listo, sostenía mi radio en sus manos y lo examinaba con curiosa actitud mientras yo iba intercambiando mi brazo de apoyo del derecho al izquierdo para no acalambrarme. La situación iba de mal en peor… ¿cómo podría comunicarme con Matt?, si pasaban muchas horas… ¿Qué iba a pasar conmigo?, obviamente no iba a resistir mucho tiempo agarrado ahí evitando caer al vacío infestado de zombies.

Creo que pasaron casi 3 horas cuando la voz de Matt comenzó a sonar en la radio…

-[Leon, ¿Dónde te encuentras?... ¿me copias?]- preguntó la voz a través del aparato que el zombie sostenía aún en sus manos. Tras el llamado de Matt, el infectado volvió a examinarlo con sumo cuidado.

Me limité a observar todo en silencio desde la altura de mi “escondite”.

-[Leon, ¿cuál es tu posición?..., ¿estás ahí?.... vamos en camino…]- volvió a salir la voz de Matt a través de la radio.-[Leon, ¿me copias?]


El llamado de Matt cesó, mientras el infectado examinaba la radio desde uno y otro ángulo buscándole cierta lógica al suceso que acababa de ocurrir. A continuación todo pareció andar en cámara lenta…, todo tuvo sentido para el infectado…, todo parecía encajar y de pronto con una mirada brillante alzó su vista y depositó sus ojos muertos en mí.

… y sonrió… el muy bastardo… me sonrió.


Acto seguido el infectado sin quitar sus ojos de los míos comenzó a acercarse a mi posición y no fue hasta estar justo debajo de mí que alzó su mano apuntándome con su dedo índice… seguido por la mirada de todos los demás zombies en el lugar que ya sobrepasaban los cien. Un sudor frío recorrió mi espalda al ver como todas esas cabezas, todos esos cuerpos, toda esa masa muerta y hedionda se agolpaba a unos 5 metros abajo de mí, vociferando extraños gruñidos y gritos mientras agitaban sus brazos en forma desesperada para intentar alcanzarme. Sin embargo aquel zombie que me había delatado permanecía alejado y ajeno al resto de sus pares… y no me equivoco al escribir esto: volvió a sonreírme

Volvieron a pasar algunas horas que para mí fueron realmente eternas cuando Matt volvió a hablar por la radio.

-[Leon, por favor… si estás con vida responde]- dijo con un tono de voz tan triste que al escucharlo casi me partió el alma.-[amigo… me han presionado para volver, dicen que ya es muy probable que estés muerto….]…… [… daré solo un par de vueltas más… aún tengo fe en ti, Leon]…..- Luego se produjo un sepulcral y triste silencio en la radio. El infectado no encontró nada mejor que arrojar el aparato contra un muro destrozándolo por completo, no tengo idea porqué lo hizo… y francamente no me importaba. Finalmente se sumó a sus pares y se abrió paso entre la enorme multitud que se agolpaba para devorarme en cuanto cayera al suelo, ahora ya todo era solo cuestión de tiempo.

Ya llevaba varias horas colgado de lo que quedaba del ducto de aire destrozado pasando de mi brazo derecho al izquierdo constantemente… pensé muchas cosas en ese momento, sabía que no iba a morir… o al menos no quería considerarlo, me negué a esa posibilidad. También pensaba en lo rápido que me estaba agotando… los años no pasan en vano, ya no era el muchacho veinteañero que salía siempre airoso…

Los infectados abajo clamaban por mi piel y por mi sangre, las gotas de sudor que perlaban mi frente caían y caían y por cada gota que caía ellos parecían celebrarlo de forma extraña y siniestra… como si cada gota acercara aún más el momento de mi caída. Finalmente mis brazos se entumecieron, primero fue el izquierdo… ya no pude resistir y me agarré firmemente con el derecho. El dolor nublaba mi vista y comencé a temblar de forma caótica las pocas fuerzas que me quedaban se estaban diluyendo como el agua. Al ver que había bajado mi brazo izquierdo los zombies gritaron en un éxtasis lleno de lo que podría describir como júbilo. Mi mandíbula casi se desencaja de su lugar al apretar con tanta fuerza mis dientes mientras intentaba sacar fuerzas de la nada misma. Luego, las fuerzas de mis brazos simplemente se fueron y caí al vacío quedando colgado boca abajo agarrado solo por mis piernas. Comencé a maldecir, los infectados celebraron aquella caída y parecía que en tan solo unos segundos más iban a estar dándose un festín. Mis piernas ya no daban más, poco a poco comenzaba a deslizarme y los zombies lo advirtieron… Comenzaron a agitarse y a gritar con sus bocas llenas de bilis chorreante, mi mente comenzó a jugarme una mala pasada y los vi a todos como una multitud enloquecida que profería insultos y me lanzaba escupitajos, me condenaban a muerte y me iban a linchar… yo comencé a maldecirlos a todos, mientras me deslizaba y se aproximaba mi caída fatal comencé a insultarlos y también a escupirles lleno de rabia y de dolor por ese fin que se me venía encima.


Algo me ensordeció momentos antes de caer.


No puedo describir de buena forma lo que ocurrió, ya que no tuve pleno conocimiento de lo que acontecía hasta que unas manos me agarraron y me sacaron de aquel lugar para llevarme al helicóptero de Matt, pero según pude enterarme después, lo que sucedió fue que antes de mi caída ingresaron 3 soldados armados de metralleta arrasando con todo lo que había en el interior luego de haber arrojado una granada. Yo vine a caer finalmente sobre un montón de cadáveres esparcidos en el suelo, al reconocerme, los soldados me sacaron rápidamente del lugar. Mi radio tenía señal GPS y gracias a ello fue que lograron identificar mi posición, aún si me encontraba muerto… Matt se arriesgó y fue en mi ayuda solo porque no tenía nada que perder y tal como me dijo después “no podría nunca más dormir tranquilo si no veía con sus propios ojos mi cadáver”.

Recuerdo que varias de las esquirlas de la granada que arrojaron los soldados mientras yo colgaba del ducto impactaron en mi cuerpo y en mi rostro, cegando parcialmente mi ojo derecho… sin embargo con el rabillo de mi ojo izquierdo pude ver cuando me sacaban, semi-inconsciente,… a aquel infectado que fue el primero en descubrirme. Había sobrevivido a la ráfaga de tiros y había permanecido vivo unos instantes más solo para ver cuando me rescataban y para sonreírme por última vez antes de que uno de los soldados lo rematara dándole un tiro en la cabeza.






Casi te saliste con la tuya, mi sonríente amigo...

LEON S. KENNEDY 01:01 A.M.


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El diario de Leon S. Kennedy by Marcelo Carter is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

lunes, 20 de junio de 2011

Los... ninguno...














Cuando algunas personas tienen tan poco que perder… a veces se hacen invencibles.



Una joven adolescente acababa de morir frente a mí. Yo me detuve frente a la ventana de aquel 7mo piso y observé afuera, hacia la calle, hacia todas esas personas que caminaban bajo la lluvia…tantos rostros anónimos, tantas personas desconocidas que iban y venían, cada cual con su historia….mientras las luces de la ambulancia y de las patrullas comenzaban a asomarse por la carretera a lo lejos. Sin embargo esto había comenzado varios días atrás…

-¿Envenenamiento?- le pregunté al forense mientras examinaba el cadáver del juez Steve Lliota.

-A primera vista sí.- me contestó volviendo a ponerse sus anteojos.- Pero la autopsia siempre tiene la última palabra.

El Juez Steve Lliota había sido muerto en el hotel donde hospedaba en Washington. Su guardaespaldas nunca abandonó su puesto junto a la puerta de la habitación y declaró que la última persona en entrar había sido un botones que trabajaba hacía más de 10 años en el lugar, había llevado una merienda liviana que el mismo Lliota había encargado a la recepción.

Lliota fue el segundo juez corrupto asesinado este mes, y si a eso le sumamos al senador de Texas y al sacerdote concejal de Washington ambos fallecidos el mes anterior, entonces estábamos en presencia de un fenómeno en particular.

-¿A quien buscamos entonces, Leon?- me preguntó Patrick Lightman agente del FBI una vez reunidos en su oficina.

-A un asesino en serie que se cree muy listo…- contesté yo poniendo las fotografías de las 4 victimas en una pizarra colgada en la pared.-… y lo peor de todo es que lo es, es muy listo. Sabe lo que hace, debe tener muchos contactos… es por ello que logró introducir veneno en la merienda que el botones llevaba para Lliota, aún no tenemos un retrato hablado, pero se trataría de un hombre de mediana edad resentido por algo en particular, sus asesinatos son una forma de amedrentar a las autoridades y a la vez intenta “hacer justicia” una suerte de “justicia ciudadana”. Debe ser un hombre muy lastimado o herido por algo, seguramente perdió a un ser querido… estoy seguro que es algo así, y las autoridades no le ayudaron.

-¿Entonces se está cobrando venganza?, ¿eso es todo?- me preguntó Lightman.

-Temo que sí, objetivamente hablando las víctimas no eran precisamente intachables, con esto no estoy diciendo que…

-Un asesino en serie jamás será una amenaza para nuestro país y nuestro gobierno.- interrumpió bruscamente un alto senador de la república que se encontraba con nosotros reunidos, no diré su nombre pues prefiero reservarme ese derecho.- Es simplemente un vil asesino perturbado y punto. ¿Cómo es posible que ustedes ocupen palabras como “venganza” o “amedrentamiento”?

Patrick y yo nos miramos sin decir palabra alguna.

-¡Somos los Estados unidos de Norteamérica, por favor!- exclamó.- Vencimos a los alemanes y a los japoneses… ¿y piensan que un desequilibrado nos va a poner contra la pared?... pues entonces, piénsenlo dos veces…

-Señor, con el debido respeto…- le dijo Patrick.- este tipo es un verdadero fantasma y no tiene intenciones de detenerse…

-Entonces asumo que alguien acá no está haciendo bien su trabajo.- dijo de pronto y me lanzó una mirada que me hubiese encantado colgar en la pared. Luego se sentó bruscamente en uno de los sillones.- Comenzaremos una violenta campaña de desprestigio en su contra, quiero que en los periódicos salga que ya le hemos identificado y que se trata de un homosexual, abusador de mujeres, y que también le gusta tocar a los niños. Echaremos abajo esa fama de “héroe” que comienza a edificarse alrededor suyo. Y señores,… quiero a un culpable por estas muertes lo antes posible, ¿me entendieron?


La campaña de desprestigio que inició el gobierno comenzó al día siguiente de aquella reunión. Los periódicos comenzaron a publicar datos y pistas sobre la personalidad del asesino a quien lo calificaron de la peor forma posible, incluso sugirieron nexos que este tenía con altos políticos de izquierda en Cuba y que ellos estaban pagándole por sus crímenes. Falsos testigos aparecían de vez en cuando en televisión y en un par de ocasiones me tocó a mí preparar a uno diciéndole qué tenia que decir en cámara. Se había montado un gran espectáculo, sin duda esto provocaría al asesino, sin embargo… no volvió a matar.

Pasaron cerca de dos semanas y las pistas se diluían nuevamente, no teníamos nada,… absolutamente nada. De pronto una llamada del senador (de quien no revelaré su nombre) me sorprendió una tarde, quería verme de forma urgente en su oficina del congreso.

-Kennedy, que gusto verte.- me dijo.- No preguntes cómo, pero ya tenemos un nombre y una dirección…

-¿De veras?, ¿Cuáles son las probabilidades?...

-Digamos que del 100 %. Pero nuestro problema es que el asesino continuará sin dejarse ver, es difícil que podamos encontrarle…

-¿Mmm?, ¿no ha dicho que ya tiene un nombre y dirección?- le pregunté sin comprender.

-Así es, pero se trata de su padre.- me dijo y me extendió una fotografía en donde un hombre de aspecto tranquilo abrazaba a una niña pequeña.- El asesino no tiene miedo de su propia integridad, pero si agarramos a su padre, le agarremos a él…

-Comprendo.- dije casi con un aire fúnebre.- ¿está seguro de esto?, digo…

-Tú solo ve por se hombre, Kennedy. Y tráelo con vida. Nosotros nos encargaremos del resto.

Me quedé un breve instante ahí, sin decidirme aún si cumplir o no lo que se me estaba ordenando, pasaron varios segundos antes de levantarme de la silla, hasta que el senador pareció advertirlo y me habló:

-Vete, Kennedy.- me dijo mirándome directo a los ojos.- Nada más vete…

Finalmente me levanté de la silla y con aire taciturno me dirigí a la puerta para ir en busca de aquel hombre. Vivía en un departamento de 12 pisos ubicado en un sector mas bien apacible de Washington, la copiosa lluvia había provocado varios atochamientos por lo que tardé más de lo previsto en llegar al lugar. Una vez allí bajé del automóvil y fui como un verdadero autómata hacia la entrada, llegué al ascensor y descubrí que este se encontraba “en reparación” así que tuve que continuar por las escaleras. Preferí ir solo aquella vez en busca de aquel hombre, no sé… no me sentía lo suficientemente cómodo haciéndolo así que no hubiese tolerado la compañía de alguien más. Finalmente llegué al 7mo piso y dirigí mis pasos hacia la puerta que me habían indicado. Golpeé un par de veces, pero nadie abría, luego volví a insistir.

-¡Es la policía federal, abran la puerta!- demandé con fuerza mientras desenfundaba mi arma, mas en ese instante la puerta se abrió y una muchacha apareció tras ella.

-Adelante…- me dijo y volvió a entrar dejando la puerta entreabierta.

Ingresé a la estancia y cerré la puerta tras de mí, ella se había sentado en un sillón y encendió un cigarrillo.



















-Busco a Robert Cleveland…- le dije.- tengo una orden de arresto para él.

-No está…. En este lugar no hay nadie más que yo.

-¿Dónde puedo encontrarlo?

-Está muy lejos de aquí….- me dijo con cierta tristeza.- yo soy su hija y… y es a mí a quienes uds. Buscan…

No podía creerlo, esa muchacha se estaba entregando, pero todo hasta el momento era tan confuso.

-¿Cómo dices?, ¿Qué te buscamos a ti?, ¿bajo que cargos?

-Bajos los cargos de asesinatos premeditados contra dos jueces activos, un senador de distrito, y un sacerdote…- me contestó exhalando el humo de su cigarrillo.

Inmediatamente saqué las esposas de mi cinturón y se las enseñé.

-Entonces supongo que estás bajo arresto… ¿lo sabes verdad?

-Así es…- me dijo y no pareció importarle en lo más mínimo.

-Escucha, si estás intentando proteger a tu padre para que no vaya a la cárcel, cometes un gran error. No comprendo tu actitud de querer entregarte de forma tan fácil si es que eres la autora de esos crímenes.

-Es porque en verdad lo soy.- me contestó.- Y es tan cierto como que también estoy protegiendo a mi padre con esto. Yo ya sabía que uds. vendrían a buscarle a él..., pero él no tiene porque pasar por esto, esto es mi culpa y de nadie más.

-¿Y ese frasco… son antidepresivos?- pregunté al ver una gran cantidad de esos frascos junto al sillón en el suelo, habían varios que se encontraban vacíos.

-Así es. Me he preparado un cocktail para irme esta noche y así, solo así dejarán en paz a mi familia…

Saqué mi radio y pedí al instante una ambulancia, además de apoyo policial para la ocasión.

-Bien, ya viene ayuda. Escucha… debes intentar vomitar, ven te ayudaré…-le dije acercándome, pero ella me apartó.

-¿Qué no entiendes?- me dijo rehusando cualquier clase de ayuda.- Debo morir, es la única forma de salvar a mi padre. Si voy a la cárcel, le matarán. Le matarán para hacerme ver que nadie mata a uno de los “suyos” sin recibir una lección.

-¿Quiénes?, ¿de quienes hablas?- le pregunté.

-De los poderosos, los que tienen todo bajo control… sus crímenes, sus negocios ilícitos, sus abusos, ¿o en verdad crees que Lliota era alguien honorable?

Guardé silencio. Obviamente a Steve Lliota lo precedía su reputación… que estaba por los suelos.

-¿O el sacerdote concejal de esta ciudad?, ese maldito enfermo que me violaba una y otra vez en su internado..., yo tenía 10 años en ese entonces y el muy maldito abusaba de mí y de otras niñas. ¡6 años pasé con mi padre en tribunales en busca de justicia!... y jueces corruptos como Lliota y Frederick lo absolvieron de todo cargo…, no olvidemos al senador de Texas que era quien se encargaba de poner el dinero que compraba a los jueces, si él y el sacerdote eran muy amigos, compartían el mismo gusto por los niños y por las drogas…, pero vaya, todo eso era demasiado sórdido como para creerle a una niña pequeña y a su padre, en vez de eso los periódicos nos tildaron de “fraude oportunista”.

-Te recuerdo, leí de ti y de tu padre en los periódicos de aquel entonces…

-¿Y no eran acaso eso lo que decían sobre nosotros?, ¿Qué no éramos más que unos provincianos aprovechadores?, ¿una niña mentirosa y un padre pobre que buscaban solo dinero?

-Sí, lo recuerdo…

-Pero todo cambió cuando les conocí a ellos… a los ninguno…

-¿A quienes dices?

-A los ninguno… a nadie… personas como yo, que morirán siendo eso… nadie. Tú pareces ser un poli honesto, ¿crees poder guardar un secreto?

-¿Tu crees que puedas contármelo?- le contra pregunté.

-Sí… - me dijo y sonrió.- Hay un grupo de personas… enfermos, gente que va a morir pronto, ¿sabes?... están en todos lados, y ellos me ayudaron a hacer justicia. Obviamente no te puedo decir más, me llevaré el secreto de sus identidades a la tumba. Como así también espero que tú lo hagas… ellos ya no tienen nada que perder, por eso lo hacen. Al igual que yo, que padezco de una enfermedad venérea gracias a los abusos de ese desgraciado que arruinó mi vida… estaba condenada a morir tarde o temprano.

-¿Sabe tu padre esto?, ¿de tu enfermedad?

-No… él cree que estoy por entrar a la universidad, cree que seré una gran doctora, que me casaré con un apuesto y amable joven, que tendré hijos y le haré ser el abuelo más feliz del mundo… y que le iremos visitar a una casita de campo, con animales… él ahora se encuentra en otra ciudad, le dije que me reuniría con él, que me esperara hasta el otro mes porque yo debía terminar un asunto acá relacionado con la admisión a la universidad.

Pasó un instante en el que no intercambiamos palabra alguna, yo me encontraba demasiado perplejo como para poder reaccionar, finalmente pregunté:

-Bueno, hasta ahora no sé tu nombre, ¿cómo te llamas?

-Prefiero no ser nadie… no tener nombre…, o bien llamarme como la heroína de las historias que escribía de niña, esa que castigaba a los malos, esa que aparecía cada vez que ese monstruo me violaba…, ella, Aíra… la princesa del planeta... luz.

Yo sonreí y ella me miró de pronto con ojos vidriosos, tal parecía que algo le estaba afectando, comenzó a respirar con dificultad.

-Está sucediendo… me voy a casa… mañana en los periódicos saldrá que una muchacha loca se mató por sobredosis de drogas… y que al asesino que buscaban fue finalmente atrapado y tenía vínculos con terroristas, ¿no es así?

-Yo… no lo sé.- le respondí

Me acerqué a ella con una mezcla de temor y respeto, ¿Qué podía hacer ante esa situación donde ella misma había decidido acabar con su vida? Exhaló aletargadamente y finalmente dio un último suspiro, sus ojos se quedaron abiertos observando la nada misma del techo, los antidepresivos habían ya surtido efecto, había muerto.

-Adiós, princesa Aíra….- le dije y pasé mi mano derecha por sus párpados para cerrar sus ojos.

Finalmente me paré frente a la ventana de aquel 7mo piso y observé afuera, hacia la calle, hacia todas esas personas que caminaban bajo la lluvia…tantos rostros anónimos, tantas personas desconocidas que iban y venían, cada cual con su historia….mientras las luces de la ambulancia y de las patrullas comenzaban a asomarse por la carretera a lo lejos.

Y afuera, en la oscuridad, estaban ellos…. Los ninguno… los que no son nada.



Absolutamente nadie.








Y yo... ¿de que lado estoy?....

LEON S. KENNEDY 00:33 A.M.


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miércoles, 15 de junio de 2011

Ciudad mapache: Residente Malazo 4

















-Bien, gente. Agradezco a todos este esfuerzo súper humano que estamos haciendo para el “residente malazo” parte 4…- le dice el director al resto del staff.- es tarde y ya solo nos queda esta escena. ¿Bien?, ¡traigan al gigante!

El director pasa junto a la silla donde se encuentran maquillando a Leon S. Kennedy quien está a punto de salir en escena.

-¡Hey!, no me has dicho aún que debo hacer…- le advierte Kennedy al verle pasar junto a él.

-Ahmmm bueno, esta parte será improvisada… eso dará mas realismo a la escena, ¿vale?

-¿Eh?, ¿pero cómo?, o sea, ¿Dónde?, ¿de que se trata?

-Deja que Yanine le ponga más gel a tu mechón y te digo.

Al cabo de un instante el director lleva a Leon al lugar de grabación, se trata de una suerte de enorme patio rodeado por estacas de maderas, una que otra choza logra divisarse en sus rincones.

-Bien, Leon… he aquí donde se desarrollará la próxima escena, ¿recuerdas de donde veniamos no?

-Sí, si… los aldeanos, luego vinieron los nativos. ¿O era al revés?, no me acuerdo.

-Típico. Mira el asunto es que ellos te tienden una trampa y te encierran en este gran patio en donde deberás luchar con un enorme ser bautizado magníficamente como “el gigante”.

-Oh…- exclama Leon.- Me gusta. Eso de derrotar a criaturas de lo más rebuscadas definitivamente es lo mío.

En ese instante los asistentes hacen entrar al lugar a “el gigante”, enorme criatura de casi 5 metros de altura con apariencia humanoide. Al entrar da un feroz grito que hace temblar las cámaras y los focos de luz.












-Vaya… el sonidista sí que justifica lo que le pagan.- comenta Leon destapándose los oídos.- ¿No encontraron un disfraz más original?, este es como un hulk traído de chernobyl.

-Bueno, ¡a sus posiciones!- ordena el director yéndose a sentar a su silla que se encuentra a una distancia bastante prudente.- Leon al oír la palabra “acción”, tú y el gigante se ponen a pelear, ¿entendido?

-Ya rugiste.- Leon se gira ahora hacia el gigante.- Intentemos dar círculos, asi no me despeino tanto en cámara, Yanine se preocupó en ponerme mucho gel en el mechón, el mechón es la clave de nuestro éxito, ¿sabias?. Por cierto, ¿hace mucho calor adentro de ese enorme disfraz?, ¿Cómo te llamas, amigo?

El gigante responde solo con un feroz gruñido que salpica el rostro de Leon con baba.

-Wow… sí que esta bien hecho este animatronic…- Leon saca una menta de su bolsillo y se lo ofrece al gigante.- Toma, se huele lo que cenaste ayer.

-¡Acción!- grita el director con su megáfono.

Rápidamente el gigante toma a Leon por el cuello y lo eleva a 5 metros de altura.

-¡Nooo!, ¡en la cara no!, ¡en la cara no!- suplica Leon.

De un solo impulso la criatura lo avienta con todas sus fuerzas contra una de las chozas que adornaban el lugar destruyéndola por completo. Lentamente Leon intenta ponerse de pié, quiere decir algo, pero un montón de paja se ha metido en su boca. Nuevamente el gigante va por él y lo levanta, esta vez le da una violenta patada que lo arroja contra unos barriles que se encontraban al otro lado del recinto, los destruye por completo con el peso de su cuerpo al caer.

-¡Vamos, Leon!, ¡defiéndete!- le grita el director con su megáfono.

-q… q… ¿¿¡quée??!, ¿¿acaso no vas a cortar??, ¡este tipo intenta matarme!- le contesta Kennedy todo adolorido.

-Ay, es tan bestia que cree que es un actor…- le comenta el director a su asistente.- Leon, esa cosa en verdad va a matarte si no haces algo.

El gigante nuevamente arremete y levanta a Leon de su mechón engominado.

-¡ayayay!…. ¡Del mechón no, de donde quieras, pero del mechón no!- grita Leon suspendido en el aire. En eso se le ocurre ocupar su gas pimienta que trae en uno de sus bolsillos.- Toma, para que se te quite lo loco.

Acto seguido vierte una gran cantidad de gas sobre los ojos del gigante quien retrocede bastante adolorido dejando caer a Kennedy al suelo.

-Jeje… Leon 1, gigante 0.- dice Leon jactándose de su victoria. Pero ciertamente ha puesto de malhumor al gigante quien apenas y se recupera del ardor en sus ojos vuelve a la carga lleno de ira.

-¡Oh, por Dios!, ¡no es un actor!, ¡no es un actoroooor!- grita Kennedy desesperado mientras comienza a huir a toda velocidad alrededor del patio perseguido por el gigante.

-Uh, qué patético… - se lamenta el director.- sigan grabando, no se detengan… ¡Leon, vamos que si no haces algo, estaremos toda la noche aquí!, ¡en la espalda está el punto débil del monstruo!

-¡Es fácil dar órdenes desde allá lejos!- contesta Leon corriendo a toda velocidad.

En ese instante algo irrumpe en la escena, un perro ha llegado al lugar y aúlla sobre un montículo de tierra. Al parecer viene en ayuda de Kennedy.

-¡El perrito de la trampa!, ¡gracias a Dios!...- exclama Leon aliviado.- ¿ven?, ¡ les dije que había que salvar al perro de la trampa en el comienzo, pero a nadie le gustaba esa idea!

El gigante se distrae por un momento y detiene su loca carrera para depositar toda su atención en el perro, quien le gruñe en actitud desafiante. Leon advierte que es su chance de atacar la espalda del gigante que es donde se encuentra su punto débil, pero sin ninguna de sus pistolas encima debe echar mano a uno de sus cuchillos.

-Tengo la mejor puntería del oeste…-. Se dice Leon a sí mismo mientras aguza su vista preparándose para arrojar su cuchillo.- ¡esta va por ti, lindo perrito amigo que viniste en mi ayuda!

Kennedy arroja su cuchillo con violencia, pero este va tan desviado que en vez de llegar al gigante, atraviesa de lleno al perro que emite un ahogado ladrido de dolor al quedar clavado entre el cuchillo y una estaca de madera. Todos en el set se quedan con los ojos abiertos…

-Rayos… parece que no sirvo para eso…- se lamenta Leon.- ¡Bueno basta!, ¿quieres jugar rudo, maldito gigante?, ¡porque no vienes y te metes con uno de tu tamaño!

Kennedy se pone otro de sus cuchillos entre los dientes y aguarda por el gigante en una desafiante actitud.

-…está loco…- le dice un asistente al director.

-Es perfecto… ¡sigan grabando!, ¡sigan grabando!- exclama este último emocionado al máximo.

El gigante grita ferozmente y se golpea el pecho a lo king – kong para luego ir a toda velocidad hacia Leon quien sin titubear continúa esperándole. Al estar a casi 1 metro de distancia, Leon salta por uno de sus brazos y con una agilidad impresionante se encarama también por sus hombros hasta llegar a su espalda y montarle.

-¡Di tus oraciones, monstruo!- exclama Leon mientras que con su cuchillo comienza a apuñalar una extraña extremidad viscosa salida de su espalda que al parecer alberga toda su energía.

-¡Eso es!, ¡sabía que tú podías!- grita el director feliz de la vida. A su lado llega una sensual actriz de rasgos orientales vestida de rojo.

-¿Eh?, me encontraba durmiendo en mi camarín… ¿sucede algo?

-Es Leon, Ada. ¡Va a matar al gigante solo con su cuchillo!

El monstruo intenta sacarse a Leon de encima, pero este está firmemente agarrado. De pronto el gigante comienza a tambalearse, tal parece que Leon ha logrado acabar con él.

-¡Eso es, Leon!, ¡eres mi héroe!- grita Ada llena de felicidad.-¡por eso es que te amo tanto!

-Leon Scott es el nombre….- dice Kennedy intentando no caerse debido a los tumbos que da el gigante.-…no lo olviden, el nuevo héroe de las sagas de acción.

-¡Te amo, Leon!- grita Ada feliz. Sin embargo sus ojos casi se salen de sus cuencas al ver como el gigante moribundo viene a caer encima de ella.-…Leon, eres un hijo de…- es lo último que alcanza a decir antes de morir aplastada bajo el cuerpo del gigante ya fallecido.

-Por favor, no me adoren…- dice Leon posando como futbolista americano sobre la espalda de la criatura.- solo soy un profesional, un ciudadano preocupado… un hombre común que solo busca hacer el bien.

Sin embargo al abrir sus ojos nota que todos en el lugar se encuentran asombrados, especialmente su director quien se agarra la cabeza con ambas manos.

-¿Eh?, ¿Qué pasa?, estoy vivo… he matado al “mostro”- dice Leon descendiendo de su espalda.- ¿no deberían llevarme en andas?

-Sí, ¡pero de paso mataste a Ada!- contesta el director lleno de rabia.-¡ ella no debía morir!... bueno, al menos no ahora.

-¿En serio?, ¿Qué yo la maté?, ¿y a qué horas?

Los asistentes comienzan a remolcar el cuerpo del gigante, y ahí se deja ver el cadáver todo reventado de Ada Wong…

-Uh… creo que no volveré comer pizza al menos por un año, ¿Cómo levantarán eso del suelo ahora?- pregunta Leon asqueado.

-Es lo de menos… ahora no sé que haremos para filmar los “caminos separados”, ya vendimos los afiches donde aparecía ella, no podemos llegar y cambiar por otra actriz.-se lamenta el director.- No sé que haremos, y todo por tu culpa… ¿Qué piensas, a ver?

-Pues… pienso que el cuerpo humano es mas lindo verlo por fuera que por dentro…-dice Leon apartando su vista de lo que quedó de Ada.- Y, bueno sobre lo de la actriz, tengo una prima que se parece mucho a Ada… es un poco lenta, ya sabes… se le arrancan los duendes del bosque, pero es obediente y lo que es más importante es igual, igual a Ada.

-Bien… mañana a primera hora la quiero aquí.-dice el director resignado.- Todavía falta el detalle del perro, se supone que no debías matarle tampoco.

-Efectos digitales.- responde Leon con una sonrisa inocente.

-Algún día me tomaré la revancha, Leon… ya verás.- le dice el director alejándose.- Bueno, gente ¡una doble terminará lo de Ada y lo de esta pelea con el gigante lo arreglaremos con efectos digitales!, ¡gracias a todos!, ¡con esto hemos concluido la 4ta parte de… el “residente malazo”!













FIN



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jueves, 9 de junio de 2011

Ciudad mapache: El secreto mejor guardado














-¡No, no, no y no!- exclama el director deteniendo la escena.- ¡Leon, por una maldita vez finge asombro ante lo que sucede!

-Está bien… -contesta el muchacho rascándose la cabeza.

-Es el primer día que llegas a ciudad mapache y descubres que…- el director pone cara de misterio.-… algo anda mal, ese ciudadano que luce como ciudadano, se ve como ciudadano, que cualquiera juraría que es un ciudadano… en realidad está infectado con una suerte de virus purulento, tú te acercas a hablarle y ¡cha- chán! ¡ te asustas!, ¿entiendes?

-Es tan cliché…- comenta Leon.

-Cliché o no cliché… eso no es de tu incumbencia.

-Claro que lo es, ¡es mi rostro el que saldrá en todos lados! Y por ende seré el blanco de todas las críticas, por cierto ¿no podemos hacer algo para suprimir este peinado noventero-guardián de la bahía que llevo?

-Ese mechón es la identidad de tu personaje, créeme a las chicas les gustará… y a los chicos… ¿porqué no?

-¿Eh?- pregunta Leon.- Mira, ¿y si en vez de este mechón del tipo Beverly Hill 90210 llevo una gorra todo el tiempo?

-No.- contesta el director secamente.

-¿una cola de caballo?

-No.

-¿Un pañuelo a lo gitano?

-No. Serás el protagonista de una gran historia de muertos que vuelven a la vida ¡ten un poco de buen gusto, por favor!

-Esto será un fiasco…- murmura Leon.

-¡Oigan!, hace mucho frío en este pasillo!, ¿podemos continuar ya?- dice la despampanante actriz rubia que aguardaba tras una puerta, asomándose.

-Sí, si, ya casi estamos, Claire… - dice el director volviendo a sentarse en su silla.- Bien, Leon vuelves entonces al jeep y desciendes del automóvil con mucha cautela al ver a la muchacha caída, ¿recuerdas tus diálogos?

-Sí, si… “¿qué tenemos aquí?”… “amigo, ¡vaya desastre!”, “¿qué pudo haber hecho esto?”, “¿qué es eso?”, “¿qué son estas cosas?”…

-Ok, ok… bueno entonces ¡ a sus posiciones!- ordena el director desde la silla.- ¡Luces!, ¡cámaras!, ¡acción!

Leon observa a la chica ensangrentada desde el automóvil y detiene el jeep.

-¿Qué tenemos aquí?-dice mientras se acerca al cuerpo tirado en la calle.

Cierra la puerta del vehículo y se acerca a paso lento hacia la chica. Un charco de sangre le rodea y Leon se inclina un poco para examinar las heridas expuestas.

-Amigo… ¡vaya desastre!- exclama al contemplar la magnitud de las heridas.- ¿Qué puedo haber hecho esto?

-Bien… ¡que entren los extras-zombies!- ordena el director con su megáfono.

Lentamente, a espaldas de Leon comienzan a acercarse unos zombies con paso lento y quejido lastimero. Uno a uno aparecen por las esquinas y por detrás de los muros acorralando al policía.

-¿Qué son estas cosas?...- se pregunta mientras advierte que está siendo acorralado.- Muy bien, ¡ya es suficiente!... ¡no se muevan!- ordena mientras desenfunda su arma.-… no… se muevan…- vuelve a decir en voz baja a la vez que la chica que yace en el suelo le agarra de uno de sus zapatos con la intención de atacarle.

-¡No!- grita Leon intentando zafarse de las garras de la chica zombie. Un disparo lo resuelve todo y logra huir. Mientras se aleja para meterse en un callejón continúa con sus disparos hacia la creciente multitud que le acorrala. De pronto observa a su derecha y una puerta se abre, aparece Claire.

-¡Espera!, ¡no dispares!- le dice la muchacha.

-¡Abajo!- le ordena Leon al percatarse que tras ella se acerca un zombie. Luego da un disparo, con tan mala puntería que en vez de darle al zombie le da de lleno a Claire volándole la cabeza.

-Ups…- dice Leon asustado.

-¡Corten!- vocifera el director deteniendo toda la escena.- ¿Qué rayos sucede ahora?- pregunta acercándose a Leon y al cuerpo de Claire.

-Le di un tiro en la cabeza a Claire…

-¡Idiota!, ¡era al zombie que está tras ella!

-Lo sé, pero se me chispó… ademas ¿Qué no eran todas balas de salva?

-Bueno, alguien ha metido por error una de verdad… mmm como en esa película de Bruce Lee, o la del hijo de Bruce Lee…- repara el director mientras examina la pistola en cuestión.

-De la que me salvé…- comenta el actor que hacía de zombie mientras se quita la máscara.

-Pues si, pobre Claire…- se lamenta Leon observando su desfigurado rostro en el suelo.- ¿y ahora que pasará?

-Pues buscar un reemplazo, total nadie se dará cuenta que cambiamos a la actriz original…

-Me refiero a qué pasará con ella y nosotros, ¿no llamarás a la poli?, ¿o a una ambulancia?

-¿A una ambulancia?- pregunta el director inclinándose para ver los sesos desparramados del cadáver de Claire.- ¿para qué si ya está más muerta que un pollo frito? No, nada de eso. Acabaremos la maldita escena con un doble y san se acabó.

En eso el director llama a un par de asistentes de tramoya y utilería.

-Muchachos, llévensela y… ya saben que hacer…- ordena procurando no hablar en voz muy alta.

-¿Y ahora qué?- pregunta Leon cruzándose de brazos.

-Ahmmm… ¡Eugedivigis!, ¡Eugedivigis por favor, trae mas café!- grita el director.

En cosa de segundos llega una chica de anteojos gruesos cargando una bandeja con café y cosas para comer, es una muchacha delgada de cabello color castaño.

-Eugedivigis, bueno hoy estás de suerte… quítate esos feos anteojos porque vas a actuar.

-¿Yo?, ¿actuar?, ¿de verdad?- pregunta la muchacha emocionada mientras Leon se fija en su figura disimuladamente.

-Así es. Actuarás junto a Leon en esta escena. Eso si que tu vestido de cuadros no va mucho con lo que busco, te pondremos unos jeans azules cortados hasta los muslos, unas botas color café y una chaqueta corta sin mangas color rojo.

Al cabo de unos minutos Leon y el director más todo el resto del equipo técnico esperan a que la asistente termine de cambiarse de ropa.

-Estaba mejor la otra, ¿no?- comenta Leon aburrido.

-Puede ser, pero bueno ¿a quien le importará eso?- contesta el director impaciente.

-A mi, imagina que dirán mis fans si me ven junto a una feucha con anteojos, eso podría liquidar mi brillante carrera.

-Leon…- le dice el director con una irónica sonrisa.- Tú no tienes carrera, nadie te conoce… aún.

En ese mismo instante hace su aparición en el set Eugidivigis ahora bautizada como “Claire”, su figura ha cambiado drásticamente gracias al nuevo look brindado por los maquilladores y peinadores. Al acercarse se tropieza con una rueda que se encontraba en el suelo cayéndose de bruces.

-Uh, ¿estás bien?- le pregunta Leon mientras le ayuda a ponerse de pié.- ¿acaso no viste esa rueda?

-No, sin mis anteojos soy prácticamente ciega… ¿me llevas a mi lugar, por favor?

-jaja, claro.- le responde Leon mientras vuelve a fijarse en su figura esta vez descaradamente. Luego mira al director y le hace un gesto de aprobación con su mano.

-Bien, ahora de una vez por todas terminemos esta maldita escena….. ¡todos a sus puestos!, ¡solo queda un rollo gente así que no más errores!, ¡ de esto depende nuestro futuro!, ¡vamos que se puede!.....

¡luces!, cámaras! y….. ¡ACCIÓN!




















FIN


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martes, 7 de junio de 2011

Agradecimientos de "La situación"

Bueno, deseo con esta entrada dar por cumplida y terminada la historia interactiva "La situación", primer experimento del tipo rol que hago en este blog y la verdad es que el resultado me ha dejado más que contento y muuuy satisfecho.

Agradecimientos a Georgina Suarez (Hunter Headen), Lady Bateman (Caroline Bateman), Nero Tylor (Veronica Hawk) y a Albano Martin castro (Marco Vancouver) a quienes pertenece casi el total de toda esta historia y cuya disposición siempre fue la mejor. También deseo agradecer a quienes siguieron la historia día a día y también a quienes manifestaron su deseo en ingresar a esta aventura durante algún momento en la página de facebook, creánme que en mis planes estaba matar a por lo menos dos participantes y así dejar ingresar a un par nuevos, pero no se pùdo xDDD

De todas formas espero sepan disculpar y más adelante habrá un nuevo rol, eso se los aseguro, así que la invitación queda extendida.

Un saludo y mis eternas gratitudes a todos los participantes y a todos quienes estan leyendo esto.

viernes, 3 de junio de 2011

Veronica Hawk

Después del viaje en él helicoptero hacía nuenstro dulce hogar (según).

Llegue a mí departamento, y no lograba sacar de mi mente, pensando en eso todo el tiempo, era en él pobre chico y sadico con su ángel que a tenido una vida terrible.

A pasado una semana y estoy superando lo de esa misión, aunque no es algo dificil, después de todas las cosas que e pasado en mi vida llena de sufrimiento, pero lo que jamás olvidare sera mí equipo, uno de los mejores que he tenido, me dí cuenta de muchas cosas, como que no todos los hombres suelen ser basura humana.

Siempre pensare en Marco el más joven del equipo, me salvo la vida sabiendo que lo mas importante era completar la mision , me recuerda a mí hermano menor el que asesine, no siento recentimiento.

También Caroline esa chica extraña, quisiera volverla a ver, tal vez y Hunter el asesino, espero que no lo atrapen jamás, a mí siempre me dan ganas de matar a todos con solo verlos y sobre Leon, sere sincera al principio pensé que era un mandon, odioso y arrogante, pero pues yo odio a los hombres así que pienso mal de todos ellos, aunque fue muy buen líder, el mejor que e tenido en todo esté tiempo, es un buen tipo, aunque algo odioso, pero así son los hombres, fue bueno de parte de el sacrificarse por nosotros así como yo quería hacerlo, ojala algún día los vuelva a encontrar, dudo que sea posible ya que tengo una lista larga de pendientes, bueno descansare un poco y después volvere a trabajar, espero verlos otra vez..................

HUNTER HEADEN

Sin duda alguna... fue algo más que una simple misión a la que me vi obligado a cumplir...

El viaje en helicóptero fue corto... o al menos a mi impresión.

Al llegar a tierra firme, Leon, un poco más “amistoso” que la primera vez... nos dio las gracias y tras unas breves palabras desapareció de nuestras vistas... así como lo hacen los “héroes” o antihéroes... luego de terminar su misión... solo desaparecen.
Los cuatro intercambiamos una que otra palabra... pero creo que todos coincidíamos en que no éramos seres sociables... y no teníamos que forzarnos a serlo, así que cada uno tomo su camino... algo me dice que en cierto punto somos muy parecidos... pero a la vez... muy distantes.

Regrese nuevamente a mi vida rutinaria y sencilla... trabajar por el día, asesinar en la noche... aún me pregunto... a veces, que habrá sido con el chico?... que tanto desagrado y poco respeto me producía.  Qué abra sido de Verónica? La chica guapa que odia los hombres... con la que tuve que compartir un largo rato en aquél espantoso túnel. Qué habrá sido de Marco? El más joven del grupo... y de Caroline... bueno... Caroline... intente invitarle a salir, pude ver en ella “eso” que veo en mi mismo frente al espejo pero... claro, me rechazo. Y sobre todo... qué habrá sido de Leon, en principio el típico “líder” odioso y mandón, pero que con el poco tiempo que estuve con el, me hizo sentir seguro y me inspiro tanto respeto... e incluso, y si no entendí mal... estuvo a punto de sacrificarse por nosotros...  acto estúpido característico de la raza humana... cosa que nunca imagine que alguien hiciera... por mi.   

En fin... luego de esa extraña misión... solo me tocaron cosas simples... que no requirieron de ningún esfuerzo...

A veces pienso que fue el destino el que nos unió a los cuatro... sea lo que sea, tal vez nos volvamos a cruzar... 

jueves, 2 de junio de 2011

Caroline Bateman

Pase semanas recluida en mi triste habitación de hotel, nada mas que admirando al techo hasta que se me ocurriera que hacer. Marco y Hunter me llamaron durante ese tiempo, me invitaron a salir, me ofrecieron participar en nuevas misiones, yo solo supe decir que no.
Una mañana decidí abandonar el transe y, todavía con el dolor supurando de mi brazo, llame a la única persona que podría entenderme… Lilith. Ella y yo no nos hablábamos hace un tiempo, desde que tuve esa pelea con Scott, pero a pesar de todo, note la felicidad en su voz apenas dijo “hola”. Me limite a contarle lo que cruzaba por mi cabeza, ella se quedo callada un rato y luego me propicio una neutral solución.
Actualmente me dedico a escribir mi primera novela, bajo la luz de la luna en la vieja habitación 333, dentro del psiquiátrico donde pase la mitad de mi vida. Planeo dejarla como regalo hacia todas las personas que me acompañaron en mi vida, junto con una pequeña carta a los que estuviesen conmigo en la última misión en la que participe. Apenas finalice con esto, torturare, sodomizare y asesinare a todos los habitantes de esta maldita e insana prisión. Luego escapare para llevarme a mi amado y bobo Scott conmigo… no pretendo morir sola.

La carta dice:

06/06

A Marco Vancouver, Hunter Headen, Verónica Hawk y Leon S. Kennedy:

Supongo que para cuando estén leyendo esto, yo ya habré pasado a mejor o peor vida. Probablemente sea lo segundo.
Esta carta es una mera despedida, ya que durante el corto tiempo que compartimos en aquel lugar, aprendí a respetarlos, hasta confiar en ustedes. Por momentos me sentí escuchada, querida y temida, fue sin duda un lindo último momento entre los sanos.

*Parte Ilegible*

Decidí hacerlo por que tenia que dejarla salir… nunca pude controlarla en realidad, pero tuve que ocultarla para poder ver la luz al menos unos cuantos años, suficiente para hacerme una vida y, finalmente, destruirla, ya que en este ultimo tiempo, nadie se acerca a mi. En 7 meses no tuve ni una sola visita, ni siquiera de ustedes, tal vez por que se enteraron donde me habían recluido. No se preocupen, actuaron bien evitándome.

*Parte Ilegible*

Podría escribir miles de hojas despidiéndome de cada uno de ustedes, pero todo puedo resumirlo a un gracias… gracias por mostrarme que había vida después del horror de la soledad, y gracias por cuidarme la espalda inclusive en los momentos que pensaba en mi misma.
Ahora solo me queda esperar. En cuanto me harte de sentarme en una esquina de mi habitación intentando que algún rayo de luna choque contra mi rostro, atacare. Me vengare uno por uno de estos bastardos que abusaron de mí durante todo este tiempo, para luego terminarlo en mi viejo departamento, con un suave y frío filo sobre mi cansada garganta. Supongo que el mundo estará feliz de librarse de una escoria menos.

Adiós y lo siento.

Atte:
Caroline Bateman.

Marco Vancouver

Finalmente estabamos vivos. Tras la amenaza que combatíamos, ni el más optimista hubiese apostado dos monedas a que salíamos con vida los cinco. Estoy seguro de que Kennedy ya tenía planeado suicidarse para salvarnos, solo que necesitaba el momento justo para actuar. Ni escuchó nuestras propuestas.Y después, todo lo que sucedio, fue cuestión de suerte...
Desde ese día que tengo pesadillas con el hombre de la torre. Sueño que lo encuentro en cualquier lugar y me pregunta si lo perdonó, y cuando voy a contestarle, autómaticamente veo la imagen del tipo ahorcado. Siempre me voy a culpar por lo sucedido, pero creo que si lo perdonaba se hubiera suicidado igual. Ya estaba loco, no luchó por vivir ni por él, ni por su hijo, ni por nada. Quizás mis sermones no sean buenos, pero nadie podra decir que no le di suficientes motivos para que siga viviendo, mas que "perdonarlo".
A veces me pregunto que hago metiendome en situaciones cómo estas. Cualquier muchacho de mi edad estaría estudiando, o trabajando, o ambas cosas. Se juntaría con sus amigos los fines de semana, o estaría con su novia, o ambas. Pero ahí es cuando me respondo solo...
Yo no puedo ser un chico normal, aunque quiera. Después de lo que viví en mi infancia, lo menos que puedo hacer en memoria de mis padres es encontrar al responsable de los incidentes, y va a sentir el infierno mismo en sus carnes.
Voy a seguir trabajando para el FBI, obteniendo información que me pueda ser útil, mientras desempeño las tareas que me encomienden. Es mi destino, tiene que ser mi vida. Y estoy dispuesto a hacer lo que esté a mi alcance para derrotar al mal. No voy a bajar los brazos, lo juro...
Lo que sí espero es poder algún día trabajar en conjunto con Leon. Tener alguna misión que hacer juntos. Me cae bien y creo que a su lado aprendería muchas cosas, sobre todo de nuestro enemigo. Quizas el destino vuelva a encontrarnos

La situación:... miren lo que han hecho...

Capitulo final




















-Ahmmm… Joe.- le dice el extraño ser al chico, adoptando la forma de un músico que el muchacho admiraba. Siempre solía asombrar a Joseph en detalles como ese.

-Oh… ahora eres Bob Carrison, el cantante de blues que falleció hace 5 años… ¡me encanta!- exclamó el niño.

-Lo sé…, escucha debo decirte que no me gusta ver a aquel grupo allí cuchicheando, ¿porqué no me dejas liquidarlos y ya?

-Me gusta Verónica… ¿será que ella acepte ser mi novia?, ¿nos ves juntos como novios?

-Sinceramente no.- sentencia aquella entidad.- Pero…eres un niño aún y tienes mucho que aprender. Supongo que no puedo hacer nada para interferir en sentimientos y emociones humanas… simplemente no me competen, pero cuando se tratan de las tuyas es mi deber protegerte.

-Yo… no entiendo…- dice el muchacho con su cabeza agachada.- tú no quieres que yo sufra, sin embargo… ¿porqué dices entonces que esto que me haría tan feliz podría dañarme?
-Porque ella es humana… nada bueno puedes esperar de un corazón humano, tú también lo eres, pero eres distinto…-le explica el ser sentándose junto a él.- Tu madre nunca te abrazó… tu padrastro te golpeaba, los chicos de la escuela se burlaban de ti y también te golpeaban, y las cosas que hacían contigo en este lugar, estos hombres como Grant y los demás médicos que experimentaban contigo…

-Vean… debemos actuar ya.- dice Marco fijándose en la charla que sostenía el chico a la distancia con algo invisible.- ese niño está hablando solo, quiere decir que está hablando con esa… “cosa”… y quizás tengamos los segundos contados.

Todos miran a Leon en busca de una respuesta rápida, y este finalmente toma una decisión radical.

-Perfecto…- dice y se acerca unos pasos al muchacho.- ¡Ey, Joseph!... si quieres a Verónica entonces está bien…, ¡será tu novia, pero danos a Grant!

Los demás se miran desconcertados y no pueden creer la decisión que ha tomado Leon.

-Leon, ¿qué haces?- le pregunta Marco.-¡Hazme caso y vayamos por ese hombre que está en la torre!

-¿Quién nos dice que aún está en la torre?... y ¿quien nos dice que sea el padre de Joe?, es arriesgar mucho y Verónica ya dijo que se sacrificaba, así que ya está.- sentencia Leon, luego vuelve a dirigirse al niño.- Joseph, por favor… cédenos el cuerpo de Grant, déjanos ir y quédate con Verónica… ella ha decidido quedarse… permíteme ir por el cuerpo de Grant.

Joseph mira a su amigo invisible por un segundo.

-No me gusta esto…- le comenta la entidad.

-Está bien… ven por él.- resuelve finalmente Joe.

Leon se acerca lentamente hacia donde está el muchacho quien se pone de pié para darle un poco de espacio. Cuando Leon está solo a unos pocos metros de alcanzarle, la entidad logra advertir la sutil trampa que este estaba a punto de concretar. Como un rayo el extraño ser abalanzó sobre Leon empujándole contra un muro, luego tomó la granada que traía oculta bajo su mano.

-Impresionante…- dice la entidad haciéndose visible ahora ante los ojos de todos.- Estabas dispuesto a suicidarte con tal de salvar a tus amigos…- luego aprieta la granada fuertemente con su mano y literalmente la desintegra entre sus dedos.-pero dime, ¿vale realmente la pena?

-Dímelo tú…- le contesta Leon herido desde el suelo.- te preocupas mucho por mí, ¿no crees?

Un seco disparo se oye. Ha sido Caroline Bateman quien aprovechando la distracción de todos ha abierto fuego contra Joseph hiriéndole de muerte.
-Listo…- dijo la chica.- eso era todo. De todas formas vamos a morir, pero al menos nos hemos llevado a ese enano psicópata…

Un fuerte golpe le parte el brazo derecho a Caroline Bateman rompiéndoselo, luego aquel ser la levanta y la arroja contra uno de los muros de forma violenta. Luego la siniestra entidad observa a los otros sabiendo que serán los siguientes… esta furioso y para ellos será una muerte fea y dolorosa. Sin embargo en aquel instante irrumpe en el lugar un grupo de soldados blindados con un extraño uniforme metálico que cubre todo su cuerpo, en sus cabezas traen unos cascos herméticos equipados con unos lentes de color verdoso.

-¡Allí está!, ¡disparen el plasma!- ordena uno de ellos que estaba al frente y todos los soldados obeden al instante disparando un peculiar armamento contra aquella entidad sobrenatural.

El ser se ve prisionero por unos instantes, sin poder huir a ningún lado. En eso hace su aparición un tipo vestido estrafalariamente quien irrumpe por donde los soldados han llegado.












-¡Eso es!, ¡atrapen a ese ángel de pacotilla!- ordena aquel hombre, quien es reconocido inmediatamente por Leon S. Kennedy.

Rápidamente Kevin Grayson se acerca a Leon y le ayuda a incorporarse.

-¿Me extrañaste no es así?, ¡reconócelo!- le dice Kevin a Leon mientras le ayuda a ponerse de pie.

-Seguro… tal como a una plaga…- le contesta Kennedy.

Mas en aquel instante la ira del ángel se torna mucho más poderosa que las avanzadas armas de neutralización que ha desarrollado el gobierno norteamericano, y acompañado de un grito estremecedor que provoca que todos se cubran sus oídos logra zafarse para ir rápidamente en búsqueda de Joseph quien agoniza en un charco de sangre. El ángel toma al niño en sus brazos y se eleva rápidamente para abandonar el lugar, mas el niño abre sus ojos y deposita su mirada en Verónica Hawk, quien desde una orilla es testigo junto con los otros de todo lo que esta sucediendo.

-Ve… ro…nica…- logra decir el muchacho antes de salir volando custodiado por aquel terrible ángel.

-Hmmff… creo que a esas armas les faltó un poco más de potencia…- comenta Kevin acariciandose la barbilla, pero una fuerte tos que le sobreviene a Leon le distrae por un momento.- ¿Eh?, ¿Qué te pasa?

Grayson logra advertir al instante la mordida que Leon presenta en el brazo y con toda calma abre un pequeño bolso con decenas de sueros portátiles.

-Jejeje… antídotos Express para toda clase de virus conocido, nunca salgo de casa sin esto…- le dice Kevin sonriendo.

Afuera ha llegado ya un gran contingente militar y varios helicópteros se posan en tierra mientras uno a uno van saliendo todos los protagonistas de esta historia.

-¿Cómo te sientes?...- le pregunta Headen a Bateman a quien venía apoyando con su brazo mientras caminaban.

-Como si un maldito engendro de no sé donde me hubiese partido el brazo en tres partes, ¿tú que crees?- le responde la chica de muy mal humor.

-Gracias a que la cosa esa se ensañó contigo…es que estamos vivos. Pues les dio tiempo suficiente para que aparecieran luego esos soldados y ese tipo con facha de estrella de rock y nos ayudaran…

Más atrás Hawk y Vancouver venían juntos conversando.

-¿En que piensas, Verónica?- le pregunta Marco a la muchacha que se veía muy distraída.

-En ese niño… Joseph, juraría que antes de salir disparado con el ángel… se despidió de mí…

-Intenta olvidarte de eso, temo que el chico ya esté muerto.- le contesta Vancouver.- Y de no ser así, te aconsejaría que intentes separar tus emociones, no es bueno que por tenerle lástima comiences a encariñarte con él…

-De todas formas…no creo que lo vuelva a ver.- replicaVerónica.- además igual me asusté mucho cuando Leon decidió dejarme a cambio de Grant, quién de nosotros iba a adivinar que se trataba de una trampa para volarse en pedazos con una granada una vez estuviera junto al niño…

-Ese Kennedy está loco.- dice Marco con una sonrisa.- Seguramente como estaba infectado y vio que la situación era compleja optó por morir y darnos la chance a nosotros… si es que luego quedaba alguna…

De pronto Vancouver se detiene y observa con horror hacia la torre donde en un comienzo se había dirigido junto a Caroline Bateman. Unos soldados del cuerpo médico bajaban el cadáver de un hombre que se había ahorcado colgándose de la soga que el mismo Marco le había dejado para salir de ahí, se trataba del hombre que le había pedido que le perdonara, pero como Marco no lo hizo… la culpa simplemente acabó con él.

-P…pero, no lo entiendo… ¿porqué?, ¿porqué se ha ahorcado?- pregunta Marco desconcertado.

-¿Eh?, ¿Qué ocurre?, ¿Qué sucede?- le pregunta Verónica.

-Ese hombre… estaba muy mal, me habló de su hijo… me pidió que le perdonara y yo… yo… - Marco comienza a hacer memoria y con amargura comienza a advertir que jamás perdonó realmente a aquel hombre.

-¿Tú qué?... ¿le perdonaste?- le pregunta Hawk.

-Yo… le intenté hacer sentir bien, le dije que todos merecíamos una 2da oportunidad…

-¿Pero le perdonaste?- vuelve a insistir Verónica.

-Le dije… le dije que… no me tenía que pedir perdón a mí, sino a su hijo y que todo iba a estar bien y…

-¡Marco escúchame!- exclama Hawk tomándole por los hombros.- ¿de tu boca salió la sencilla combinación de palabras “sí, te perdono”?

-Yo… yo… no lo hice…- responde Marco desconcertado, luego su amargura da paso al dolor para luego enmudecer y caer en la más absoluta tristeza.

-Quizás lo único que él deseaba escuchar era que alguien le perdonara… y no que le hablaran bonito y le sermonearan…- le dice Hawk, quien luego abraza a Marco y le consuela.- Está bien, no tenías como saberlo… vamos al helicóptero ya…

Una vez en el helicóptero todos se reúnen con Leon y Grayson (este último hace de piloto)

-Vaya, ¿Cómo ha crecido la familia, eh Kennedy?- le pregunta Grayson bromeando al ver todo el grupo junto.

-Kevin, por favor respóndeme esto…- le dice Leon recostado en una de las bancas traseras.- ¿cómo, si es que de la última vez que nos vimos eras una suerte de Dios todo poderoso has venido a rescatarnos con soldaditos blindados y no usaste tus poderes?

-Por el acuerdo que tengo firmado con miembros de la ONU…- responde Kevin.- no debo usar mis poderes y ellos me conceden toda clase de privilegios, nos hacemos muchos favores mutuamente… ahora me pidieron venir a salvarles a ustedes sus traseros yankees, lo único que pedí a cambio ha sido una tonelada de helado de chocolate.

-Jajajajaja…- comenzó a reir Leon.- sigues siendo el mismo idiota de siempre…, pero sencillamente no estoy de humor para oír tus estupideces, Grant ha muerto y esa cosa ha vuelto a escapar junto a Joseph… queda casi una hora de viaje, así que diviértete con los muchachos, yo me borro.- dice Leon tapándose con una frazada para dormir un poco.


Finalmente el helicóptero lleva a aquel grupo de regreso a casa y lejos de aquel extraño infierno, donde un muchacho y un ángel permanecían recluidos y luego simplemente decidieron divertirse un rato. Y es que quien sabe si con el paso del tempo… ambos se conviertan en los seres más sanguinarios sobre la tierra…



















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Marco Vancouver:


Resultado de sus decisiones: “buen compañero” (+60) total: 110 ptos.

Verónica Hawk:

Resultado de sus decisiones: “no te pases conmigo” (+70) total: 105 ptos.

Hunter Headen:

Resultado de sus decisiones: “medidas extremas” (+55) total: 105 ptos.

Caroline Bateman:

Resultado de sus decisiones: “ver para creer” (+60) total: 110 ptos.



Enigma del hombre triste ahorcado: Sin resolver.

Enigma de la anciana tras la puerta: Sin resolver.


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*Ahora cada jugador tiene la oportunidad de darle un final a su personaje, un epílogo tras lo sucedido en donde describan que ha sido de él, a que se ha dedicado o que hizo al llegar a la ciudad.





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