sábado, 29 de enero de 2011

Viajando con el diablo

















Todo me parecía extraño el día en el que junto a Susan volamos hacia Washington, desde su extravagante corte de cabello hasta el clima en general, quizás era uno de esos días en los que uno se despierta y presiente que durante las siguientes horas algo sucederá pero nunca se sabe bien qué. Abordamos el avión a eso de las 8 de la mañana y yo andaba con humor medio raro producto de que la noche anterior no había conseguido dormir del todo bien, Susan se percató de eso al instante.


-Créeme que si de mí hubiera dependido, habríamos viajado un poco más tarde…- me dijo una vez estando sentados a bordo como si adivinara mis pensamientos.


-Está bien.- le contesté esforzándome por sonreír.- ¿se nota demasiado en mi rostro que desperté con el pié izquierdo?


-Pues… tú no eres muy bueno para disimular las cosas. Es solo que tu evidente incomodidad me hace sentir culpable.


-Oh, está bien…- dije adoptando una actitud más dicharachera.- no me hagas caso, es solo que me duele un tanto la cabeza, pero no es nada.

Finalmente vinieron las azafatas a recordarnos lo de los cinturones de seguridad y tras una leve vibración más unos avisos en letreros luminosos despegamos rumbo a Washington. Suele suceder que la mitad de los pasajeros están acostumbrados a volar y la otra mitad que no lo está tiende a ponerse un poco… nerviosa. No llevábamos más de 20 minutos en el aire cuando una mujer madura sentada atrás de nosotros comenzó con un raro monólogo a media voz.


-Dios mío dame fuerzas, no dejes que se acerque… Dios mío dame fuerzas, no dejes que se fije en mí… mantenlo apartado por favor, señor… por favor, mantenlo alejado….


Susan y yo nos observamos con una sonrisa cómplice, pues la situación aún siendo fuera de lugar no dejaba de tener una cuota de humor. La mujer continuó por unos minutos más su enajenado ruego hasta que sin tener mayor consideración con los demás pasajeros elevó su voz a un nivel alarmante. Un sujeto de traje se acercó a ella para preguntarle qué le sucedía.

-Señora, disculpe… ¿le ocurre algo?, ¿puedo ayudarle?- le preguntó.


-El diablo viaja con nosotros….- contestó ella aferrándose a un rosario.- Está aquí arriba… con nosotros…


En ese momento no puede evitar darme vuelta y entrometerme en lo que estaba sucediendo.

-Hola, disculpe… acabo de oír lo que está diciendo y me parece que es buena idea que venga la azafata ¿no le parece?


-No hace falta…- me contestó el sujeto de traje.- está nerviosa de seguro por el vuelo, ¿es primera vez que viaja en avión, señora?

La mujer no contestó. Simplemente se quedó callada y besó el rosario al que se aferraba.


-No debe tener miedo…- continuó el hombre animándola.- Hay muchas más probabilidades de tener un accidente abajo en tierra que arriba de un avión. He viajado montones de veces y le doy mi palabra que no tiene nada que temer.


-… al diablo hay que temerle y él está aquí y me observa… algo planea hacer… estoy segura.


-Señora, ¿Dónde está el diablo?, ¿puede usted verle?- le pregunté al ver que insistía con su extraño tema, y de pronto vino el acabose.


-¡Tú!... ¡tú eres el diablo!- exclamó a viva voz apuntándome con el dedo.-... ¡aléjate de mí!... ¿me oíste?, ¡aléjate!

Yo me dí vuelta y me volví a sentar, Susan me observaba boquiabierta mientras la mujer continuaba vociferando.


-P-pero… ¿Qué está diciendo?- me preguntó confundida.


-Creo que ya la oíste.- le respondí .- Sabía que hoy iba a ser un día extraño… solo espero que lleguemos luego a Washington.- cogí los audífonos frente a mi asiento y me dispuse a escuchar música para olvidarme del asunto. Sin embargo la singular anécdota estaba lejos de acabar...

La mujer había insistido tanto con su idea que cuando llegaron las azafatas con el asistente del piloto quisieron hablar conmigo.


-Señor disculpe, ¿conoce usted a esta mujer?- me preguntó una de ellas.

Yo volví a girarme un poco fastidiado y ahí estaba ella observándome directo a los ojos con un odio irracional.


-No, no la conozco en lo absoluto.- contesté.


-Pues, algo ocurre porque ella lo está acusando a usted de algo… ¿porqué entonces lo hace?


-¿Y cómo demonios voy a saber?... ¿oyó usted de lo que me está acusando? De que soy el diablo… ¿Cómo sugiere usted que debo tomarme eso?


-Señor, lo entiendo perfectamente… pero la señora está poniendo nerviosos a los demás pasajeros, entonces si usted puede hacer algo para ayudarnos… no sé, hablarle para que se tranquilice.


Acepté convencido de un total fracaso, sin embargo la situación gradualmente se podía ir tornando espesa y era conveniente cortarla desde ya.


-Señora…- comencé a hablarle en un tono conciliador.- mi nombre es Leon Scott Kennedy y le puedo dar mi palabra de que yo no soy quien usted dice, creo que está cometiendo un error y es importante que usted se calme porque está asustando a los demás pasajeros… incluyéndome a mí.

Apenas terminé de hablar y recibí un escupitajo en la cara. La extraña señora seguía convencida de su delirante idea y no se le ocurrió nada mejor que escupirme y seguir vociferando, yo me limpié el rostro con la manga de mi chaqueta y luego observé a la azafata.


-¿Contenta?- le pregunté mientras volvía a sentarme hacia delante.


Pasó un buen rato hasta que cambiaron a la señora unos asientos más atrás para así evitar que mi presencia le provocara y la estrategia dio resultado temporalmente, sin embargo continuaba cuchicheando sobre mí y de que yo tenía una clase de “poderes sobrenaturales”, etc. Lo que siguió a continuación fue aún más extraño porque vino a coronar lo que hasta entonces yo había bautizado como “un día de porquería” y fue que el sujeto de traje (aquel que se acercó a la mujer en primera instancia para ver que ocurría) se levantó de su asiento y quiso caminar hacia mí…, supongo que deseaba preguntarme algo, pero no alcanzó a hacerlo ya que comenzó a tambalearse de forma bastante brusca y de un momento a otro se desplomó sobre mí. La pelotera que se armó fue enorme y el personal de la línea aérea no podía hacer reaccionar a aquel sujeto ni tampoco tenía idea de qué era lo que le había pasado, para colmo de males la mujer desde el fondo del avión comenzó a culparme a mí del desvanecimiento de ese hombre atribuyéndolo a un acto de “poder sobrenatural”. Tras Los atentados del 9/11 cualquier medida de seguridad que se tomara en los aviones era considerada poca y había una ley que ejercía tolerancia cero para quienes amenazaran la seguridad de un vuelo, no me sorprendí cuando el asistente del piloto me pidió en tono amable (pero no por ello menos severo) que continuara mi viaje en la cámara de sospechosos – lugar que consistía en un reducido cubículo aislado del resto de los pasajeros - . En el momento no tuve mayor ánimo de discutir sobre el injusto trato que estaba recibiendo y accedí a ponerme bajo las ordenes del personal del avión, total en cosa de minutos ya estaríamos aterrizando en Washington.


Hay días en los que uno con tan solo poner un pié fuera de la cama sabe que algo sucederá… quizás algo malo, o algo bueno, algo extraño o misterioso,… de repente las cosas simplemente suceden sin tener una mayor razón de ser, y vaya que tengo muchos ejemplos de eso en mi vida. Nunca supe el nombre de la mujer que estaba convencida de que yo era el diablo, de no haber abierto su boca jamás se me hubiera pasado por la mente que era alguien con una especie de trastorno mental, tampoco supe si viajaba sola o acompañada o qué iba a hacer a Washington… todas esas interrogantes me hacen dudar sobre las coincidencias…

Sobre el sujeto que se desmayó encima mío, terminé por descubrir que es del FBI. Volvió en sí al llegar a Washington y charlamos un buen rato en la fila del control de metales, creo que su nombre era Norman Jayden.















… según me dijo le venían esos mareos a menudo y estaba luchando para intentar controlarlos sin tener que recurrir a su medicina que lo estaba convirtiendo en un fármaco-dependiente.



¿Coincidencias?


Jamás olvidaré el día en que me apuntaron con el dedo acusándome de ser el diablo.









... reconozco que los siguientes dos días no me gustaba mirarme en el espejo.

LEON S. KENNEDY, 00:55 A.M.


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lunes, 24 de enero de 2011

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CAPITULO FINAL




Un inesperado cielo gris cubre la ciudad, Leon no deja de extrañarse ante tal hecho pues el servicio meteorológico había pronosticado buen clima para todos esos días, “¿será un augurio?” piensa de repente mientras espera sobre la azotea de un edificio su encuentro con la asesina más buscada del país de los últimos días: Lilith. Al notar que el frío se intensifica echa una ojeada a su reloj para ver que hora es y luego se ciñe su chaqueta. Finalmente la espera se acaba… Lilith aparece tras él.

-Que decepcionante…- dice la chica observándole directo a los ojos.- ningún policía me detuvo antes de acercarme al edificio, no hay señales de una emboscada tampoco… ¡es un insulto!, ¿acaso me estás subestimando?


-Te dí mi palabra de que estaría solo.- Contestó Leon.- tal cómo lo acordamos por teléfono ¿recuerdas?, si te entregas de forma voluntaria y tranquila, tu amigo Scott será liberado.


-Acordamos de que Scott estaría aquí contigo… pero no lo veo, tú sabes que no puedo confiar en ti… ¿Dónde está?


-El está a salvo en uno de los pisos de más abajo…


-Jejeje… eres hombre, la vida me ha enseñado a no esperar nunca nada bueno de los hombres… quiero verlo.


Leon saca de uno de los bolsillos de su chaqueta un diminuto teléfono móvil y se dispone a llamar a alguien.


-Scott, soy Leon ¿porqué no subes a la azotea?... tu amiga Lilith está aquí.


Leon guarda el teléfono móvil y se queda observando a Lilith, el sentimiento de sospecha que tiene la mujer se puede oler a kilómetros de distancia. “Esto está saliendo demasiado fácil”, “debo tener cuidado con este Leon Kennedy… sé que algo trama”


-Sabes…- dice de pronto Lilith.- ustedes los federales son unos conspiradores por naturaleza, ¿qué te hace pensar que confío ciegamente en ti y no traigo un as bajo la manga?


-Es simple, asesinaste a gente del gobierno para poder liberar a Scott de unos mafiosos… ese muchacho parece importarte demasiado como para que hayas decidido hacerlo. Los mafiosos que le secuestraron lo sabían y por ello organizaron su secuestro, tomando en cuenta tu alto grado de peligrosidad.


-Eso de que Scott me importa puede ser tan cierto como de que el 2012 se acabará el mundo.- contesta la chica.- A mi me encanta matar y si crees que voy a sacrificar un tiempo en la cárcel por el idiota ese pues piénsalo dos veces… dime, ¿qué me costaría asesinarte y huir con Scott una vez que él esté aquí?


-Supongo que nada…- responde Leon.- pero creí que eras una mujer de palabra.


En ese instante Scott sube a la azotea finalmente llevando en sus brazos un oso de peluche que le fue regalado por el cuerpo de la policía.


-¡Hola, Lilith! Mira este oso que me regaló el señor de lanzacohetes… ¿te gusta?


-¿Eh?, ¿y porqué te lo han regalado?- le pregunta Lilith una vez estando junto a él.


-Me dijeron que si me quedaba callado me regalaban un juguete, ¡está super lindo!


Lilith observa a Leon y puede ver en su rostro una expresión fría que le recuerda una vez más que está hablando con un agente federal. En ese mismo segundo logra advertir la trampa que le estaban tendiendo. La mujer coge el oso de peluche y lo arroja lejos por la azotea hacia el vacío.


-Fuiste muy sutil, Leon. Ha sido un buen intento porque casi no lo pillo… jejeje, en cosa de segundos una explosión se oirá y cundirá el pánico abajo en las calles.- dice Lilith en medio de las protestas de Scott que reclama su peluche.


Leon enmudece, solo se queda observando a la chica con una frustración gigantesca. “¿Cómo diablos ha podido sospecharlo?”, “pero no cantes victoria aún, Lilith… hay más sorpresas”. De pronto tal como anunció la mujer se deja oír una estruendosa explosión abajo en las calles y el grito de la multitud no tarda en hacerse oír, el peluche era en realidad un artefacto explosivo.


-Jajajaja… ¿lo ves, Scott?.. tu amigo “señor del lanzacohetes” no es más que un títere del sistema, por poco y nos asesina a ambos. Ese peluche era una bomba.


-¡No es cierto!, ¡quiero mi peluche!- exclama Scott hundiendo su rostro bajo el brazo de Lilith.


-Y bien, Leon…- dice Lilith volviéndose hacia él.- ¿hay algo que quieras decir antes de morir?


-Sí…- contestó el agente con una sonrisa.- estás arrestada por el asesinato de 3 miembros del senado más una lista de homicidios que en estos momentos se están investigando.


De pronto un dardo lanzado desde quién sabe donde se entierra en el cuello de Lilith, la chica consigue quitárselo haciendo un gran esfuerzo y luego lo observa aterrada sin comprender.


-¿Qué demonios ha sido esto?...- pregunta.


-Sedante universal… como para rinocerontes, preciosa.- responde Leon.- esto te pondrá a dormir antes de que puedas decir “pastel de moras”.


-Jajajajaja… jajaja ¡los sedantes no tienen ningún efecto sobre mí!, ¡tu amigo francotirador ha perdido su tiempo!


Diciendo esto, la mujer se abalanzó sobre Leon como una verdadera fiera y logró provocarle una herida en su rostro gracias al mortal filo que sostenía en sus manos emulando ser varios dedos. En aquel momento un total de 5 hombres aparecieron en la azotea armados con órdenes de tirar a matar, pero increíblemente Lilith pudo evadir el rango de tiro gracias a una extraordinaria y casi sobrenatural agilidad. La chica no pudo haberse sentido más feliz.


-¡Me comeré todos vuestros sesos!- Lilith arrojó los mortales filos que traía en su mano y con una precisión impecable se clavaron uno a uno en las gargantas de cada agente. Leon observaba todo a unos cuantos metros y pudo comprobar esta vez con sus propios ojos sus sospechas de que Lilith era la muerte personificada. No había en ella un solo ápice de humanidad, todo parecía haber sido reemplazado por una violenta monstruosidad sedienta de sangre y terror, por cada poro de su piel parecía bullir la blasfemia y el odio…, solo quedaba una salida para el agente.


Leon disparó su pistola y erró el tiro, hiriendo a Lilith en su brazo, pero ella apenas y lo sintió. Sin embargo al hacer eso el policía delató su posición y la chica corrió hacia él dando grandes saltos. Leon al ver que ella se aproximaba tomó una actitud de resignación y arrojó su pistola lejos para luego inflar su pecho y recibir casi como si se tratara de un premio el mortal filo de un puñal que le atravesó sus ropas como la mantequilla… un chorro de sangre empapó por completo el rostro de Lilith mientras que Leon S. Kennedy finalmente cayó muerto al suelo.


-Jejejejeje… creía que eras mas duro… bueno, me equivoqué…


Lilith finalmente se vio totalmente sola en medio de la masacre que había propiciado en la azotea de aquel edificio. De pronto una canción llegó a sus oídos, se trataba de Scott quien de su escondite tras una de las chimeneas tarareaba una melodía mientras se tapaba los oídos.


-¿Qué diablos haces ahí?- preguntó Lilith enfadada.


-¿Ya terminaste?, tú sabes que no me gusta oír cuando matas a la gente ¿podemos ir ya por mi peluche?


- Oh, por Dios… no te imaginas cuantas veces quise matarte…- dijo Lilith de pronto fastidiada al máximo.- no tienes idea todas las veces que planeé torturarte de las formas más dolorosas posibles y cortar de una vez por todas tus malditas idioteces. Me pregunto que clase de cosas pueden haber pasado por la cabeza de Carol cuando accedió a ser tu novia,… pero… ahora te miro y me resultas… simpático.- terminó de decir Lilith con una sonrisa.- alégrate, se acabó todo… nos vamos.


Diciendo esto, Lilith puso de pié a Scott dándole una fuerte patada en el trasero.



Ambos se encuentran ahora en la carretera a punto de abordar una nueva motocicleta que Lilith ha robado, sin embargo Scott no se decide aún a subir.

-¿Qué diablos te pasa ahora?- preguntó la mujer escupiendo al suelo.


-Es que… me gustaría ver a Carol… la echo de menos porque tengo hambre, ella siempre me cocinaba hamburguesas cuando a mí me daba hambre.- contestó él.


-Ah pues… lo lamento, pero ya no te quiere.


-¿Eh?, ¡ay, Lilith no mientas porque no es verdad!


-Es cierto, el tarado de George me lo dijo el otro día, ahora de prisa súbete.


-¡Mientes con tus amarillos dientes!


-Bueno… dijo que ya no me querían ver a mí, pero eso es lo mismo que decir que a ti tampoco te quieren.


Scott no se animaba a subir a la motocicleta y observaba a Lilith como un niño que reclama su postre después de haberse tomado toda la sopa.

-Está bien, sube… vamos a ver a Carol y a George, si te callas durante el camino te compro un helado, ¿vale?


-¡Trato hecho!- gritó Scott subiéndose a la motocicleta para luego abrazar fuertemente a Lilith. La chica hizo arrancar la motocicleta y sonrío con una expresión tan siniestra, pero tan hermosa a la vez… mientras que por el radio sonaba a todo volumen “Demonoid Phenomenon” de Rob Zombie.





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En la azotea de aquel edificio Kevin ayudaba a incorporarse a los agentes y al mismo Leon S. Kennedy quienes parecían estar muy cansados.

-Todo salió como la mierda…- dijo Leon descubriéndose el pecho dejando ver así la almohada con sangre artificial que traía bajo sus ropas.


-Muchachos, ya pueden quitarse las prótesis plásticas de sus cuellos…- ordenó de pronto un oficial a los demás agentes quienes habían participado en la pelea contra la mujer asesina.


-¿Cómo es posible que ninguno de los dos primeros planes resultara?- preguntó Kevin incrédulo ante los hechos.


-No lo sé… a veces pasa…- contestó Leon bebiendo un poco de agua embotellada.- el plan A consistía en eliminar a Lilith con una bomba camuflada en un oso de peluche, si fallaba, estaba el plan B que era mucho más sutil y consistía en sedarla. Y como fallaron ambos tuve que echar mano al plan C que era simular mi muerte y dejarle ir para que acabara con sus homicidios temporalmente…


-¿Crees que podamos alguna vez capturarla?


-Absolutamente.- contestó Leon alejándose de la escena de los hechos.- pero no seré yo quien lo haga. En este preciso instante comienzan mis vacaciones… esto de las historias de universos alternativos y personajes que se cruzan suelen dejarme bastante cansado.










FIN



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jueves, 20 de enero de 2011

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PENULTIMO CAPITULO




Ya han pasado 4 días desde los últimos acontecimientos en la ciudad. Lilith se ha convertido en prioridad nacional y muchos afiches han infestado sus muros en donde se expone el rostro de la chica, la fotografía fue tomada por la policía cuando registraron su apartamento. A esto se sumó una agresiva campaña en los medios de comunicación en donde se recompensaba a quien aportara cualquier clase de información para su captura.

-Si esto no resulta podemos ir buscando otro empleo…- comentó Kevin a Leon S. Kennedy mientras llegaba con un café a su despacho en el centro de inteligencia.


-No te preocupes… en 24 horas la capturaremos.- contestó Leon.- Ella tiene un reducido grupo de amigos y lo más probable es que en estos momentos les esté visitando…y ellos le darán la espalda…



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Lilith llevaba cerca de una hora escondida tras un depósito de basura en el callejón que hay junto al apartamento de George… su novio. En un minuto determinado finalmente este llegó a casa, la mujer se levantó de su escóndite.

-¡George!- le llamó a media voz.


-¿Eh?, ¿Lilith?...- preguntó él confundido.


-Así es… no levantes la voz…


George se acercó al contendor de basura y pudo ver el demacrado rostro de su novia, tal parecía que no se había alimentado durante días y su pestilente mal olor indicaba que tampoco se había aseado.


-¿Me veo hermosa, no es así? Jeje- preguntó ella ironizando sobre su situación.


-¿Cuántas veces te lo dije?... ¡¿eh?!- preguntó de pronto George con violencia.- Algún día iba a suceder esto, te dije que pararas de matar, pero tú eres demasiado terca, demasiado orgullosa como para recibir un maldito consejo, ¿no es así?


-Son federales…- contestó ella entre dientes.- no es lo mismo que la imbécil policía local… sé que estoy metida en un lío gordo ahora…, pero lo hice para salvar a Scott. Se lo prometí a Carol…


-Carol ya no quiere saber nada de ti.- dijo George de forma seca.


-¿Eh?, ¿Cómo dices?


-Tal como oyes, nos hemos enterado que la policía tiene a Scott… parece que te odia por haberlo permitido.


Lilith sintió un agudo y punzante dolor en su pecho, luego supo que estaba a la altura de su corazón… por su cabeza pasó el sentimiento de que quizás se sentía dolida por lo que George acababa de decirle, y no pudo evitar sonreir.


-Jajajaja… jajajaja…


-¿Mmm?, ¿qué es lo gracioso?


-Jajaja solo que ustedes dos par de idiotas se enojen conmigo… cuando todo lo que hago es por ustedes… jajaja


-Nunca nos escuchas, Lilith… todo siempre se ha tratado de ti y de nadie más que ti, quizás sea bueno que…- George se detuvo, pues no se atrevió a completar la frase.


-Jajajaja…¿Qué qué?, vamos, dilo jajaja…- Lilith no podía contener su risa, se veía como un desquiciado y sucio animal salvaje.


-Pues quizás sea bueno que pases un tiempo en la cárcel.- sentenció finalmente George furioso ante la actitud de Lilith.


-Jajajaja…- Lilith estalló en unas extrañas carcajadas.- oh, mon amour… jajaja ¿de veras me deseas eso?... jajajajaja


-Yo no sé de que te ríes, pero ya me he cansado de todo esto. En un comienzo creía que tus asesinatos se justificaban porque se trataban de hombres inescrupulosos, algunos asesinos, violadores, etc. Pero ahora te miro y… me resultas…


Las diabólicas carcajadas de la mujer se elevaron a un nivel estrepitoso y George comenzó a sentir miedo de la “criatura” que estaba ahora enfrente de él y que hasta unos días era su novia. Finalmente optó por darse la media vuelta e irse. Pasaron unos segundos hasta que Lilith al verse a solas de nuevo se recostó junto al contenedor de basura.

“Al fín sola, esa es la historia de mi vida”, pensó mientras que de su traje de cuero negro sacó un visor digital elaborado con una innovadora tecnología. “Pero qué digo, si te tengo a ti, ¿no es cierto, LEON SCOTT KENNEDY?

En la pantalla de aquel diminuto visor apareció el rostro de Leon S. Kennedy mas una información detallada sobre cada paso que ha dado en su vida. “Jejeje… tengo mis contactos y sé muy bien quien eres y que tú estás detrás de mí”, continuó pensando la chica,”en este preciso instante debes pensar que tienes todo bajo control, ¿no es así?, jeje pues mas vale que así sea… quiero que pienses que todo está saliendo como quieres y que estás apunto de atraparme jejeje”


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Mientras que en la central de inteligencia, Kevin y Leon S. Kennedy aguardaban a Scott, a quien habían enviado por una pizza.


-Fue buena idea pedirle a Scott que nos fuera a comprar.- dijo Kevin mientras chequeaba unos documentos.- sus idioteces me estaban produciendo jaqueca.


-Sí, a mi también… creo que cuando todo esto acabe lo echaré de menos.- contestó Leon.


-Yo solo espero que esto acabe bien, no quiero morir tan joven jajaja.


-No te preocupes…- le contestó Leon acercándose a una ventana para contemplar la ciudad.- Si alguien muere, es probable que sea yo.


-¿Mmm?, ¿porqué dices eso?- preguntó Kevin perplejo.


-Porque Lilith ya sabe quien soy, y que soy yo el que está a cargo de arrestarle. Hoy por la mañana de B.L.O.O.D. Inc. me han hecho saber que estuvo obteniendo información sobre mí…, pero nada puede salir mal mañana… tengo todo planeado. Seguramente ella cree que tiene todo bajo control y está confiada, eso me conviene…


De pronto la puerta del despacho se abre de par en par y aparece Scott sosteniendo una pizza.














Próximamente CAPITULO FINAL.


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sábado, 15 de enero de 2011

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CAPITULO 2




Al día siguiente Lilith se dirigió en su motocicleta directo al muelle, faltaban pocos minutos para el mediodía y debía encontrarse con quien había charlado por teléfono el día anterior. Hacía calor en la costa y mucha gente paseaba por el lugar… la mujer no pudo evitar sentir que podrían estar tendiéndole una trampa.


“Hmmm… ¿realmente Scott vale la pena?”, “¿Qué es lo peor que sucedería si vuelvo sin él a casa?”


Mientras la chica aguardaba junto a su motocicleta estacionada cerca del muelle, llegaba también al lugar una caravana de oficiales.


-El lugar está repleto… debemos evitar que esto se salga de madre.- comentó Kevin a Leon S. Kennedy quien venía en el mismo vehículo.


-Ya lo creo. Por ahora solo debemos esperar y ver con quien Lilith se reúne.


El tercer asesinato había ocurrido en la mansión del concejal Clark Derleth, la policía descubrió su cadáver durante la madrugada y esta vez el lugar sí contaba con cámaras de vigilancia operables más un circuito cerrado de micrófonos, aquel sistema de seguridad permitió a los federales obtener información sobre la mujer y su nombre. El seguimiento había durado gran parte de la mañana hasta el mediodía y les había guiado hasta el muelle. En aquel momento una camioneta negra llegó al lugar y se estacionó a unos cuantos metros de Lilith, la chica se quedó observándola por un instante hasta que de ella descendió un hombre alto y robusto quien le hizo un gesto para que se acercara.


-Ven con nosotros, no podemos estar seguros en este lugar…- le dijo el hombre a Lilith cuando esta se le acercó.


-¿Ir con ustedes?... ¿adonde?- preguntó la mujer.


-Donde sea menos aquí… la policía pudo haberte seguido, no lo sabemos…. Pero no correremos ese riesgo.


-Necesito saber si Scott está con vida, o bien no voy a ningún lado.


En ese momento un sujeto de ojos azules y cabello castaño se asomó a la ventana de la camioneta con una estúpida sonrisa.


-¡Eee hola, Lilith! ¡gracias por rescatarme!


-Mmmfff… lo está.- suspiró la chica con una cierta cuota de fastidio.- Bien, pero ando con mi motocicleta, será mejor que ustedes vayan por delante y yo les siga.


-No es necesario. Cabe en la parte posterior de la camioneta si la metemos… y así nos aseguraremos de que tú no hagas nada “extraño”.


Lilith escupió al suelo y respondió solo con una desafiante sonrisa. Finalmente el corpulento hombre metió la motocicleta en la parte posterior de la camioneta y luego se subió junto con Lilith en el asiento trasero, allí aguardaba Scott con sus manos atadas.


-¡Mira, Lilith me ataron las manos igual que en las películas!- le dijo apenas la vió.


-Ya veo… supongo que no alcanzaron a matarte como en las películas…


-¿Eh?, ¿me iban a matar?... ¿es verdad eso?- preguntó Scott al tipo que manejaba la camioneta.


-¡Cierra la boca!- exclamó de pronto el copiloto dándose vuelta.- he aguantado tus idioteces todos estos días… créeme que si no estás muerto es solo porque el jefe no ha dado la orden.


-Ay, entonces ya no le interrumpiré más “señor mafioso”.- contestó Scott cruzándose de piernas.


-Bueno… ¿adonde se supone que vamos ahora?- preguntó finalmente Lilith.


-Nuestro jefe desea charlar contigo, dice que eres buena en esto y quiere que hagas más trabajitos para él.


-Mmm… no, no…- contestó la mujer.- matar es divertido, pero si lo convierto en un oficio ya no volverá a ser lo mismo… además no trabajo para nadie…


-Pues no tienes otra opción ¿o sí?- le preguntó el hombre corpulento con una sonrisa.


-De hecho podría matarlos a todos ahora mismo e irme…- contestó Lilith tranquilamente.


Los tres hombres que viajaban en la camioneta estallaron en carcajadas.


-Jajajaja, vaya que sí eres divertida… pues a ver, muéstranos como lo haces…


-Más que un honor… será todo un placer para mí…-contestó la chica sacando cuidadosamente un diminuto cuchillo que traía bajo su guante derecho.


-¡Hey!, ¡ la policía nos sigue!.- alertó de pronto el conductor de la camioneta.- nos vienen siguiendo… son muchos ¡ es una maldita caravana!


El hombre corpulento se asomó para ver y efectivamente pudo comprobar que la policía les venía siguiendo, así que sacó una metralleta corta que traía oculta bajo el asiento y la sacó por la ventana… en un momento dado comenzó a disparar.


-¡Nos disparan!- gritó Kevin agachándose en su asiento.- ¡aumentemos la velocidad y respondamos al fuego!

Una espectacular balacera se produjo en medio de la autopista a plena luz del día cuando los oficiales intentaban detener el vehículo donde iba Lilith y los demás hombres, tras unos segundos la carretera tomó un camino desierto en donde ya no se veían más automóviles ni civiles.

-¡Maldición, se escapan!- gritó Kevin.


-¡Aún no!- contestó Leon S. Kennedy asomándose por el techo del vehículo blindado con un lanzacohetes en mano.

Preparó la mira y cuando pudo fijar el blanco finalmente jaló del gatillo. Un cohete diminuto salió disparado y dio en una de las ruedas posteriores de la camioneta provocando su volcamiento en uno de los costados de la carretera. El vehículo rodó por una llanura hasta que se detuvo al chocar contra un árbol. Lilith fue la primera en volver a abrir los ojos… se encontraba de lado con el cadáver del hombre corpulento encima de ella, haciendo un gran esfuerzo logró apartarlo y lentamente comenzó a salir de la destrozada camioneta.


-¿Scott?, ¿estás bien?,… debemos irnos,… ¿Scott?- preguntó Lilith acercándose al cuerpo de Scott quien sólo se encontraba desmayado a unos cuantos centímetros del vehículo. La mujer vio que a unos metros de distancia estaba su motocicleta que seguramente salió disparada en el volcamiento. La fue a buscar con la intención de llevarse en ella a Scott y finalmente salir de ahí, sin embargo al llegar a ella pudo ver que por la llanura se acercaban ya los oficiales de policía así que se ocultó tras unos arbustos por unos segundos, pero al ver que ellos eran demasiados, y que cerraban el perímetro, y que peor aún, se quedaban con Scott… optó por huir del lugar a pié.


Más tarde en el cuartel de policía los oficiales interrogaban a Scott para intentar obtener alguna información sobre quién era Lilith y saber a quién se estaban enfrentando.


-Lilith es una muy linda amiga, a veces sale a comer pizza los fines de semana y me lleva con ella… si me porto bien me deja comer un pedazo. Una vez se enojó conmigo porque según ella dice que no paro de hablar, pero yo creo que más bien el problema es de ella ya que le gusta ser media ermitaña. Una vez se me ocurrió desearle una feliz navidad ¿y saben que me contestó?, bueno no les puedo decir porque es una palabra muy fea y a mi no me gusta decir palabras feas… bla… bla… bla

En aquel momento entra al cuarto de interrogación Leon S. Kennedy, Scott pareció asustarse mucho.


-¡eeekkkk! ¡el señor del lanzacohetes!


-¿Qué información útil ha dicho el sospechoso?- preguntó Leon ignorando por completo a Scott.


-Pues además de un posible parentesco sanguíneo contigo… lo demás ha sido detalles de su relación con Lilith.- contestó Kevin aburrido.


-¿Qué parentesco sanguíneo?


-¿No te has mirado al espejo?... eres igual al sospechoso, ¿estás seguro que no tienes un hermano perdido?


Los demás oficiales presentes comenzaron a reír a carcajadas ante el evidente parecido físico entre Scott y Leon S. Kennedy. Este último no se lo tomó muy buena manera.


-Muy gracioso… sigamos perdiendo el tiempo con chistes mientras la mujer asesina continua libre por ahí. Scott, ¿Dónde vive Lilith?, ¿nos puedes llevar ahí?


-¡Sí , señor!- exclamó Scott poniéndose de pié emulando el saludo militar.


Más tarde los oficiales se encontraban en el apartamento donde Lilith había estado viviendo el último tiempo. El lugar tenía muchos elementos perturbadores que contribuían a formar un perfil sobre la muchacha, tales como gustos musicales, peliculas, libros, etc. Leon se dirigió a la cocina y comenzó a examinar los muebles que allí habían… Kevin le acompañó en la inspección.


-Hay indicios de que uno o más crímenes pudieron haberse cometido aquí ¿no te parece?- preguntó Leon observando unas manchas de sangre seca que había cerca del lavabo.


-Te apuesto 10 a 1 que en el refrigerador encontraremos algo escabroso…


Leon observó a Kevin y asintió, ambos se dirigieron al refrigerador y lentamente Kevin comenzó a abrir el congelador… pero simplemente nada había.


-Créeme que no me hubiese sorprendido ver una cabeza congelada ahí dentro…- dijo Kevin cerrando el congelador otra vez.

De pronto un oficial les llamó desde la sala principal, en sus manos traía un cuaderno con apuntes y cosas escritas.

-Lo encontré en la habitación de la chica… es como un diario de vida o algo así… escuchen esta se llama… “Falsch Liebhaber”, dice…

"¿Alguna vez escuchaste lo que te cantaba?
¿Alguna vez leíste lo que te escribía?
¿Alguna vez me dejaste entrar al mundo donde te escondías?
Eras todo lo que adoraba
Pero ahora el telón se levanta ante tus pies,
La muñeca cobra vida ante el público ignorante
Con ironía les sonríes, cruel amante
¿Desplegarás tu verdadero arte arrancándoles la piel?."


… está lleno de cosas así, pensamientos, canciones… etc.


-Bah, es una chica que pide atención y punto… seguramente la dejó el novio y anda por ahí diciendo “¡mirenme!, yo también existo”- comentó ofuscado uno de los oficiales.


-No, Svenson…- respondió Leon S. Kennedy deteniéndose en una singular pintura que había colgada en una de las paredes.- esta vez nos enfrentamos a algo verdaderamente complejo y malvado… esa chica no tiene reparos en matar a quien se le antoje.


-¡No hablen mal de mi amiga! >.< - exclamó de pronto Scott.





Próximamente capitulo 3




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El diario de Leon S. Kennedy by Marcelo Carter is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

martes, 11 de enero de 2011

LxL













CAPITULO 1





“Scott es un idiota”

“Siempre lo fue, siempre lo ha sido y siempre lo será”




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Un automóvil federal venía a toda velocidad por las calles de la gran ciudad. Un crimen se ha cometido y por las características de éste el gobierno decidió tomar cartas en el asunto. Finalmente el automóvil se detuvo frente a un lujoso edificio de departamentos.


-Más vale que sea importante…- dijo Leon S. Kennedy descendiendo del vehículo con prisa.- Mañana me darán vacaciones… ¿Kevin, sabes desde hace cuanto tiempo no me tomo vacaciones?


-No lo sé, ¿desde cuando?- preguntó el otro agente.


-No recuerdo, pero es desde hace mucho tiempo.


Ambos entraron casi corriendo al edificio y se dirigieron posteriormente a los ascensores.


-Bueno, ¿vas a decirme de qué va esto o quieres verme la cara de sorpresa al llegar?- preguntó Leon.


-¿No reconoces este edificio?, son departamentos exclusivos para gente adinerada… aquí por lo general residen políticos y estrellas de televisión.


-Oh…


-El senador republicano Frank Leigh vivía en el décimo piso, de hace mas o menos un año.


-¿”Vivía”?


-Así es, fue encontrado decapitado hoy por la mañana…


Ambos agentes federales subieron hasta el décimo piso, en el apartamento se encontraba personal del equipo forense trabajando junto a algunos oficiales de la policía. Un detective salió al encuentro de Leon y Kevin.


-Caballeros, que bueno verles.- les saludó el detective Kinderman.- El cadáver del político más insufrible y desagradable que ha conocido este país les espera sin su cabeza.


-Kinderman, tenga un poco de respeto…- le dijo Kevin mientras se dirigían al cuerpo.- el senador Leigh no era el mejor ejemplo de ser humano íntegro, pero no vaya a ser cosa que lo escuche desde el más allá…


-No hay que tenerle miedo a los muertos sino a los vivos.- Diciendo eso, el detective Kinderman quitó la manta que cubría el cadáver del senador Leigh dejando ver el sangriento cuadro. La cabeza del senador había sido puesta bajo su brazo izquierdo como si la estuviera cargando, y su mano derecha emulaba con sus dedos la señal de “victoria”.


-Mmm… qué apropiado.- comentó por lo bajo Leon S. Kennedy.-¿Y Qué dicen las cámaras de vigilancia?


-No funcionan desde la semana pasada, la empresa a cargo quedó de venir por estos días a solucionar aquello según nos ha dicho el administrador del edificio. En todo caso tenemos ya un perfil del sospechoso… es por ello que las autoridades te han conferido este caso a ti, Leon.


-¡Ja!, ¡ni loco!- respondió este alejándose unos pasos.- Estoy por irme de vacaciones… ¿tienen ustedes dos alguna idea desde cuando no me tomo unas malditas vacaciones?


Kinderman y Kevin menearon la cabeza.


-Pues no lo sé… pero es desde hace mucho tiempo…


-Leon, Te han asignado este caso porque el gobierno lo considera un serio peligro para el país… la orden viene directamente desde arriba.- Insistió Kinderman.


-Las cámaras no grabaron absolutamente nada, y conociendo al senador Leigh… te puedo asegurar que la lista de enemigos y sospechosos puede ascender a unos ¿mil millones?, este caso me va a tener como mínimo meses tras un fantasma, es por ello que no puedo aceptarlo.- Contestó Leon.


-Te repito que ya tenemos un perfil hecho. Te lo digo porque hace dos días atrás fue encontrado el cuerpo sin vida del congresista Mark Mcguire,… buscamos a una mujer joven…, atractiva y muy lista. Ya van dos políticos asesinados a sangre fría… es por ello que el estado nos tiene de cabeza en esto. No nos falles, Leon.



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“Carol, ¿será que cuando acabe con esto podamos estar juntas otra vez?”




















Una chica se dirigía en motocicleta hacia una lujosa mansión, llevaba un enigmático casco negro y vestía completamente de cuero negro. Al llegar las puertas del frontis se abrieron automáticamente permitiéndole acceder hacia el hermoso y bien cuidado antejardín. La mujer descendió del vehículo y caminó en dirección a la entrada principal de la mansión en donde un hombre de edad madura le esperaba en bata.


-Hola, preciosa… ya estabas tardando.- le dijo cuando ella entró en la mansión.


Una vez en el interior el hombre se acercó a un mini-bar y se sirvió un trago, mientras la chica solo permanecía de pié observándole en silencio bajo aquel enigmático casco negro.


-Nena, ¿porqué no te quitas ese casco?... déjame ver tu rostro.


La muchacha aceptó sin mayor problema y se quitó el casco de su cabeza permitiendo ver su rostro. Tenía una tez bastante blanca que rayaba en la palidez, contrastaba de algún modo con su cabellera roja. Sus labios se curvaron para expresar una leve sonrisa.


-Eres hermosa… y joven, ¡como adoro a las jovencitas como tú! Jeje.


-Y yo adoro complacer a hombres grandes como tú.- respondió la muchacha rodeándole el cuello con sus brazos. De pronto se quedó observando al techo.- ¡Oh, por Dios!... ¿porqué hay una mancha de sangre en el techo?


-¿Eh?, ahí no hay nada… ¿qué dices?- preguntó el hombre intentando distinguir alguna mancha en el techo blanco.


Súbitamente la mujer golpeó al hombre en los testículos y este se arrodilló del dolor, luego le cogió por los cabellos y rebanó su garganta con un puñal que traía escondido bajo los guantes. La fuerza del mortal filo hundiéndose en la piel disparó un chorro de sangre que salpicó el techo.


-¿Ahora si la ves?- preguntó la mujer abriendo sus extraños ojos amarillentos.


El hombre quiso contestarle algo, intentaba hablar desesperadamente, pero tanta era la sangre que brotaba por la herida de su garganta que apenas y podía respirar… finalmente murió desangrado en el suelo.


-Agradece que contigo fue rápido.- dijo mientras ubicaba un número en el teléfono móvil que llevaba consigo. Una voz masculina le contestó del otro lado.- Soy Lilith, ya está hecho el trabajo ¿Dónde diablos está Scott?


-Tranquila, Lilith. A su tiempo…- le contestó la voz.- Reunámonos en el muelle mañana al mediodía, ¿qué te parece?


-Mejor te atravieso el cráneo con una bala, ¿te parece?


-Uh jaja, tranquila… no soy yo a quien ahora buscan los agentes del gobierno… mañana, al mediodía, en el muelle.


Lilith se sentó sobre el cadáver de su tercera víctima con un dejo de cansancio y desánimo. No pudo evitar pensar en el rastro de sangre y decapitaciones que había cometido los últimos días.


“Esto no es nada”, “no es nada comparado a lo que estoy acostumbrada a hacerle a esta clase de sujetos”… “pero estos son sujetos importantes”… “ahora todo el país se está fijando en mí…”


Un sentimiento equivalente a la preocupación invadió su mente.


“Scott… eres un idiota…”, pensó.





PRÓXIMAMENTE CAPITULO 2



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lunes, 10 de enero de 2011

... y ya hay nuevo banner!

Hola amigos. Contento estoy de compartir con ustedes el hecho de que finalmente el antiguo banner del blog se ha jubilado con honores u.u

Como ven ya luce uno totalmente nuevo en la cabecera del blog que además tiene la gentileza de mostrar Leon y a Chris compartiendo escena xD, cortesía de Adrian Salvatory.

No tengo mas que agradecimientos para él y también para Soledad Leiva y Sneider quienes también enviaron sus dibus n.n




Este de arriba corresponde a Soledad Leiva (o Sole Kapa) diseño bastante interesante que ofrece una personalidad bien oscura y darkie para con Leon. Nótese el desolado bosque de fondo... ni muerto salgo a pasear por ahí u.u, a no ser que sea zombi claro.















La que sigue a continuación es de mi amigo Sneider. Una horda hambrienta de zombies se toma el bosquejo y el buen Leon como siempre está al pie del cañín listo a destriparlos a todos y cada uno de ellos xD, muy buena y el detalle de la mirada siniestra que tiene Leon (esa de fondo) siempre me ha gustado, sin duda ya está medio loco @_@


Mis más sinceros y eternos agradecimientos a todos quienes particparon y a tí Adrian :)


Un saludo y ya se viene una nueva historia.

lunes, 3 de enero de 2011

Un banner nuevo para el blog

...Pues vaya forma de pasar un año nuevo u.u

En fin, parto esta entrada deseándoles a todos un muy feliz 2011 y que espero sea mucho mejor que el anterior. Me gustaría en esta ocasión hablarles del banner (no sé si ese es el término correcto jiji) creo que es buena idea partir un año nuevo con una imagen nueva allá arriba en la cabecera del blog y tenerla ahí al menos por unos 6 meses antes de volver a cambiarla o bien dejarla por todo el 2011. La cosa es que como ustedes podrán haberse dado cuenta no soy muy ducho en esto del photoshop (así es, yo mismo hice el banner actual n.n' ) y pues me preguntaba si podrían ayudarme con esto.

La temática del banner es libre, pero debe contar con 2 elementos imperturbables.

1- En algún lado del afiche debe decir "El diario de Leon S. Kennedy" :p

2- Y por una tradición casi republicana debe ir también en algún lado el logo de Umbrella (solamente el logo, no importa que no diga Umbrella)

... el fondo, los colores y lo demás que quieran ponerle es totalmente a consciencia de ustedes.


Sé que entre ustedes está el talento que puede cambiarle la cara al actual banner que quiere jubilarse u.u, y es por ello que si llega más de uno los iré subiendo aquí para que podamos ir opinando.

La imagen la pueden enviar como archivo adjunto (o bien enviar el link de un host) a este mail : amigosdeldiariodeleon@gmail.com

Por cierto, no deben olvidar poner su firma en un rinconcito del afiche, de igual forma el nombre ganador será inmortalizado en uno de los tantos gadgets que hay a la derecha :)



Un saludo.