lunes, 24 de enero de 2011

LxL


















CAPITULO FINAL




Un inesperado cielo gris cubre la ciudad, Leon no deja de extrañarse ante tal hecho pues el servicio meteorológico había pronosticado buen clima para todos esos días, “¿será un augurio?” piensa de repente mientras espera sobre la azotea de un edificio su encuentro con la asesina más buscada del país de los últimos días: Lilith. Al notar que el frío se intensifica echa una ojeada a su reloj para ver que hora es y luego se ciñe su chaqueta. Finalmente la espera se acaba… Lilith aparece tras él.

-Que decepcionante…- dice la chica observándole directo a los ojos.- ningún policía me detuvo antes de acercarme al edificio, no hay señales de una emboscada tampoco… ¡es un insulto!, ¿acaso me estás subestimando?


-Te dí mi palabra de que estaría solo.- Contestó Leon.- tal cómo lo acordamos por teléfono ¿recuerdas?, si te entregas de forma voluntaria y tranquila, tu amigo Scott será liberado.


-Acordamos de que Scott estaría aquí contigo… pero no lo veo, tú sabes que no puedo confiar en ti… ¿Dónde está?


-El está a salvo en uno de los pisos de más abajo…


-Jejeje… eres hombre, la vida me ha enseñado a no esperar nunca nada bueno de los hombres… quiero verlo.


Leon saca de uno de los bolsillos de su chaqueta un diminuto teléfono móvil y se dispone a llamar a alguien.


-Scott, soy Leon ¿porqué no subes a la azotea?... tu amiga Lilith está aquí.


Leon guarda el teléfono móvil y se queda observando a Lilith, el sentimiento de sospecha que tiene la mujer se puede oler a kilómetros de distancia. “Esto está saliendo demasiado fácil”, “debo tener cuidado con este Leon Kennedy… sé que algo trama”


-Sabes…- dice de pronto Lilith.- ustedes los federales son unos conspiradores por naturaleza, ¿qué te hace pensar que confío ciegamente en ti y no traigo un as bajo la manga?


-Es simple, asesinaste a gente del gobierno para poder liberar a Scott de unos mafiosos… ese muchacho parece importarte demasiado como para que hayas decidido hacerlo. Los mafiosos que le secuestraron lo sabían y por ello organizaron su secuestro, tomando en cuenta tu alto grado de peligrosidad.


-Eso de que Scott me importa puede ser tan cierto como de que el 2012 se acabará el mundo.- contesta la chica.- A mi me encanta matar y si crees que voy a sacrificar un tiempo en la cárcel por el idiota ese pues piénsalo dos veces… dime, ¿qué me costaría asesinarte y huir con Scott una vez que él esté aquí?


-Supongo que nada…- responde Leon.- pero creí que eras una mujer de palabra.


En ese instante Scott sube a la azotea finalmente llevando en sus brazos un oso de peluche que le fue regalado por el cuerpo de la policía.


-¡Hola, Lilith! Mira este oso que me regaló el señor de lanzacohetes… ¿te gusta?


-¿Eh?, ¿y porqué te lo han regalado?- le pregunta Lilith una vez estando junto a él.


-Me dijeron que si me quedaba callado me regalaban un juguete, ¡está super lindo!


Lilith observa a Leon y puede ver en su rostro una expresión fría que le recuerda una vez más que está hablando con un agente federal. En ese mismo segundo logra advertir la trampa que le estaban tendiendo. La mujer coge el oso de peluche y lo arroja lejos por la azotea hacia el vacío.


-Fuiste muy sutil, Leon. Ha sido un buen intento porque casi no lo pillo… jejeje, en cosa de segundos una explosión se oirá y cundirá el pánico abajo en las calles.- dice Lilith en medio de las protestas de Scott que reclama su peluche.


Leon enmudece, solo se queda observando a la chica con una frustración gigantesca. “¿Cómo diablos ha podido sospecharlo?”, “pero no cantes victoria aún, Lilith… hay más sorpresas”. De pronto tal como anunció la mujer se deja oír una estruendosa explosión abajo en las calles y el grito de la multitud no tarda en hacerse oír, el peluche era en realidad un artefacto explosivo.


-Jajajaja… ¿lo ves, Scott?.. tu amigo “señor del lanzacohetes” no es más que un títere del sistema, por poco y nos asesina a ambos. Ese peluche era una bomba.


-¡No es cierto!, ¡quiero mi peluche!- exclama Scott hundiendo su rostro bajo el brazo de Lilith.


-Y bien, Leon…- dice Lilith volviéndose hacia él.- ¿hay algo que quieras decir antes de morir?


-Sí…- contestó el agente con una sonrisa.- estás arrestada por el asesinato de 3 miembros del senado más una lista de homicidios que en estos momentos se están investigando.


De pronto un dardo lanzado desde quién sabe donde se entierra en el cuello de Lilith, la chica consigue quitárselo haciendo un gran esfuerzo y luego lo observa aterrada sin comprender.


-¿Qué demonios ha sido esto?...- pregunta.


-Sedante universal… como para rinocerontes, preciosa.- responde Leon.- esto te pondrá a dormir antes de que puedas decir “pastel de moras”.


-Jajajajaja… jajaja ¡los sedantes no tienen ningún efecto sobre mí!, ¡tu amigo francotirador ha perdido su tiempo!


Diciendo esto, la mujer se abalanzó sobre Leon como una verdadera fiera y logró provocarle una herida en su rostro gracias al mortal filo que sostenía en sus manos emulando ser varios dedos. En aquel momento un total de 5 hombres aparecieron en la azotea armados con órdenes de tirar a matar, pero increíblemente Lilith pudo evadir el rango de tiro gracias a una extraordinaria y casi sobrenatural agilidad. La chica no pudo haberse sentido más feliz.


-¡Me comeré todos vuestros sesos!- Lilith arrojó los mortales filos que traía en su mano y con una precisión impecable se clavaron uno a uno en las gargantas de cada agente. Leon observaba todo a unos cuantos metros y pudo comprobar esta vez con sus propios ojos sus sospechas de que Lilith era la muerte personificada. No había en ella un solo ápice de humanidad, todo parecía haber sido reemplazado por una violenta monstruosidad sedienta de sangre y terror, por cada poro de su piel parecía bullir la blasfemia y el odio…, solo quedaba una salida para el agente.


Leon disparó su pistola y erró el tiro, hiriendo a Lilith en su brazo, pero ella apenas y lo sintió. Sin embargo al hacer eso el policía delató su posición y la chica corrió hacia él dando grandes saltos. Leon al ver que ella se aproximaba tomó una actitud de resignación y arrojó su pistola lejos para luego inflar su pecho y recibir casi como si se tratara de un premio el mortal filo de un puñal que le atravesó sus ropas como la mantequilla… un chorro de sangre empapó por completo el rostro de Lilith mientras que Leon S. Kennedy finalmente cayó muerto al suelo.


-Jejejejeje… creía que eras mas duro… bueno, me equivoqué…


Lilith finalmente se vio totalmente sola en medio de la masacre que había propiciado en la azotea de aquel edificio. De pronto una canción llegó a sus oídos, se trataba de Scott quien de su escondite tras una de las chimeneas tarareaba una melodía mientras se tapaba los oídos.


-¿Qué diablos haces ahí?- preguntó Lilith enfadada.


-¿Ya terminaste?, tú sabes que no me gusta oír cuando matas a la gente ¿podemos ir ya por mi peluche?


- Oh, por Dios… no te imaginas cuantas veces quise matarte…- dijo Lilith de pronto fastidiada al máximo.- no tienes idea todas las veces que planeé torturarte de las formas más dolorosas posibles y cortar de una vez por todas tus malditas idioteces. Me pregunto que clase de cosas pueden haber pasado por la cabeza de Carol cuando accedió a ser tu novia,… pero… ahora te miro y me resultas… simpático.- terminó de decir Lilith con una sonrisa.- alégrate, se acabó todo… nos vamos.


Diciendo esto, Lilith puso de pié a Scott dándole una fuerte patada en el trasero.



Ambos se encuentran ahora en la carretera a punto de abordar una nueva motocicleta que Lilith ha robado, sin embargo Scott no se decide aún a subir.

-¿Qué diablos te pasa ahora?- preguntó la mujer escupiendo al suelo.


-Es que… me gustaría ver a Carol… la echo de menos porque tengo hambre, ella siempre me cocinaba hamburguesas cuando a mí me daba hambre.- contestó él.


-Ah pues… lo lamento, pero ya no te quiere.


-¿Eh?, ¡ay, Lilith no mientas porque no es verdad!


-Es cierto, el tarado de George me lo dijo el otro día, ahora de prisa súbete.


-¡Mientes con tus amarillos dientes!


-Bueno… dijo que ya no me querían ver a mí, pero eso es lo mismo que decir que a ti tampoco te quieren.


Scott no se animaba a subir a la motocicleta y observaba a Lilith como un niño que reclama su postre después de haberse tomado toda la sopa.

-Está bien, sube… vamos a ver a Carol y a George, si te callas durante el camino te compro un helado, ¿vale?


-¡Trato hecho!- gritó Scott subiéndose a la motocicleta para luego abrazar fuertemente a Lilith. La chica hizo arrancar la motocicleta y sonrío con una expresión tan siniestra, pero tan hermosa a la vez… mientras que por el radio sonaba a todo volumen “Demonoid Phenomenon” de Rob Zombie.





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En la azotea de aquel edificio Kevin ayudaba a incorporarse a los agentes y al mismo Leon S. Kennedy quienes parecían estar muy cansados.

-Todo salió como la mierda…- dijo Leon descubriéndose el pecho dejando ver así la almohada con sangre artificial que traía bajo sus ropas.


-Muchachos, ya pueden quitarse las prótesis plásticas de sus cuellos…- ordenó de pronto un oficial a los demás agentes quienes habían participado en la pelea contra la mujer asesina.


-¿Cómo es posible que ninguno de los dos primeros planes resultara?- preguntó Kevin incrédulo ante los hechos.


-No lo sé… a veces pasa…- contestó Leon bebiendo un poco de agua embotellada.- el plan A consistía en eliminar a Lilith con una bomba camuflada en un oso de peluche, si fallaba, estaba el plan B que era mucho más sutil y consistía en sedarla. Y como fallaron ambos tuve que echar mano al plan C que era simular mi muerte y dejarle ir para que acabara con sus homicidios temporalmente…


-¿Crees que podamos alguna vez capturarla?


-Absolutamente.- contestó Leon alejándose de la escena de los hechos.- pero no seré yo quien lo haga. En este preciso instante comienzan mis vacaciones… esto de las historias de universos alternativos y personajes que se cruzan suelen dejarme bastante cansado.










FIN



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El diario de Leon S. Kennedy by Marcelo Carter is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

4 comentarios:

Marcelo Carter dijo...

Y terminó no más LxL, jeje quisiera comenzar agradeciendo a todo el mundo que siguió esta historia y ha comentado en ella. LxL nos presenta a Lilith, personaje creado por Pupetteer Raven y del cuál pueden saber más en su blog que yo tengo linkeado como "el cuervo de lucifer". Esta historia probablemente dista de ser una biografía o un examen de rayos X a lo que es el personaje de Lilith en realidad (tal como el de Leon S. Kennedy), solo he querido contar y potenciar los elementos que a mí en lo personal me resultan interesantes como para darle mas dinamismo a la historia, asi que es muy seguro que si visitan el blog de Pupetter verán a un Scott y a una Lilith un tanto distintos, y esa mis amigos, es la magia de "adaptar una obra". Bueno, les dejo un saludo y he quedado muy contento con el resultado de este experimento, suelo estar en una constante búsqueda de cosas para experimentar ya que me gusta mucho hacer cosas raras y distintas, y he aquí unade ellas. Pronto se viene una nueva entrada en donde retomaremos el relato en primera persona contada ni más ni menos que por el propio Leon S. Kennedy. Muchas gracias a todos :)

Georgina dijo...

Me pareció a mi o el ultimo parrafo viene con doble sentido?? jaj muy buena como siempre marce! ya me sonaba conocido el nombre Lilith! jaj
esta estupendo que pruebes cosas nuevas y se te va muy bien!! quedo genial, aunque con todo respeto, no hay nada como las historias contadas en primera persona por Leon! me encantan! un saludo!! y espero la proxima entrada...

Brian dijo...

fua marce excelente historia la verdad la mujer parece ser muy buena en el sentido de matar y movimientos quede impresionado con la historia espero ver nuevas historias pronto
saludos

Marcelo Carter dijo...

Muchas gracias Georgina y brian por comentar :)

Me alegra mucho saber que cuento con su apoyo, ya hay nueva entrada. Un saludo enorme a ambos