martes, 15 de febrero de 2011

Las plagas















CAPITULO 1




No suelo ser muy hábil en los videojuegos.

Iba en un bote acompañado de dos hombres en dirección a una ciudad europea mientras pasaba el rato ocupado en una consola portátil de última generación, al cabo de unos cuantos minutos me aburrí y la dejé de lado para luego cruzarme de brazos y echarle un vistazo a la imponente bóveda nocturna que se alzaba sobre nosotros.

-Jeje, ¿no te gustan los videojuegos, Kennedy?- me preguntó Frank, hombre corpulento que era capaz de fumar hasta tres cigarrillos en tan solo media hora.


-Algo, es solo que comenzó a dolerme la cabeza…


-¿Por qué no nos cuentas algo sobre ti, Kennedy?- me preguntó el hombre que conducía el bote a motor.- ¿cómo es la vida de un mercenario?, estoy seguro que te han sucedido muchas cosas en tu vida.


- Cosas buenas y malas….- contesté con una sonrisa sin dejar de mirar a las estrellas.- quizás me han pasado tantas cosas como a cualquier persona en el mundo.


-¿Alguna que destaque por sobre otras?


-Pues, hace unos años fui a un lugar llamado Arkleys para liberar a un preso que en su cuerpo llevaba tatuada una información muy relevante para el gobierno de mi país. Aún recuerdo esa travesía como si hubiese sido ayer… y a los amigos que perdí.


-¿Arkleys?... no conozco esa cárcel.- comentó Frank


-Nadie la conoce. Allí no existen los derechos humanos, es un infierno…


-¿Alguna otra experiencia similar?


-Varias…- respondí acomodándome en el suelo del bote.- No sé si conocen a un tal Adam Raynolds…


-Yo sí, es un asesino, ¿no?- contestó quien iba al mando de la nave.


-Sí, es uno de los genocidas más peligrosos de la última década… a cambio de un trato debíamos ir a rescatar a su hermano a un pueblo verdaderamente aterrador.- hice una pausa en ese momento para recordar más detalles de aquel lugar, pero preferí no profundizar mucho.- lamentablemente las cosas no salieron como esperábamos y su hermano,… bueno, estaba muerto…. También tuve la oportunidad de conocer a un niño con una sorprendente y extraña capacidad mental, asesinó a casi 20 personas él solo… actualmente el gobierno lo tiene cautivo bajo observación en un complejo militar desconocido.


-Uff, pues vaya que sí te ha tocado duro…


-Lo sé, y esa vez pude haber muerto… - contesté tomándole por primera vez el peso a esas palabras.- ¿Porqué no me hablan de la ciudad a la que voy?


-No podemos, Kennedy. Quien ha organizado esto te recibirá y te contará todo una vez lleguemos al puerto, de hecho se han producido muchos problemas para poder realizar esto de una forma legal… es por ello que te llevamos en este botecito y a estas horas de la madrugada.


Volví a observar las estrellas y a la enorme luna llena que se alzaba triunfante por sobre aquel mar oscuro y gigantesco, la horrible y conocida sensación de muerte me invadía una vez más.

Al cabo de unas horas pude ver tierra a la vista, no tenía la más remota idea de donde me encontraba ni hacia donde me dirigía, solo sabía que hasta hace un par de días me fueron a buscar a mi apartamento unos agentes federales que posteriormente me trasladaron hasta la costa en helicóptero, la orden esta vez no venía desde arriba sino mas bien de un grupo de personas influyentes. Llegamos finalmente al muelle y amarramos el bote a uno de los pilares.


-Si esto es un secuestro, debo decir que ustedes dos, muchachos, han sido los captores más simpáticos que he podido conocer.- dije estirando mis piernas ya sobre el piso del muelle.


-Jeje… cuidado, que a lo mejor luego podrías desear haber sido secuestrado…


-¿Sí?, ¿porqué?


No me contestaron, sin duda conocían mas detalles de lo que verdaderamente pasaba y sabían que se trataba de un lío gordo. Por un momento creí que debía eliminar al presidente de algún país europeo, o asesinar a un dictador… estaba pensando en esto cuando oí que unos pasos se acercaban hacia nuestra posición, era un tipo de bigotes y llevaba un uniforme militar de los EEUU.

-¿Leon Scott Kennedy?- preguntó con voz amable.- soy el capitán de infantería de los Estados Unidos Howard Stype. Lamento mucho haberte traído a este lugar de forma tan clandestina, reconozco que no ha sido la forma más ortodoxa, pero tengo mis razones.


-Está bien, capitán.- le contesté devolviéndole el saludo.- me entretuve mucho con el videojuego de Frank aquí presente cuando veníamos hacia acá.


Abordamos un jeep y del muelle nos trasladamos por unas estrechas y solitarias calles hacia otro punto el cual yo desconocía por el momento. El capitán conducía a toda velocidad.

-Leon, estamos entrando ya a la ciudad. El lugar ha sido declarado zona de catástrofe, ya te darás cuenta porqué…, el asunto es que en medio de todo este infierno debemos sacar con vida a una niña pequeña, hija del primer ministro… su nombre es Rose.


-¿Cuántas probabilidades hay de que se encuentre con vida?- pregunté considerando que si la respuesta era menos de un 20 % entonces la misión podía simplemente naufragar.


-Altas, digamos que un 60 %. Escucha… no irás solo.


Finalmente llegamos a un campamento protegido por altas murallas, seguí al capitán hasta una tienda en donde un grupo de militares revisaba un mapa. Me sorprendió ver en aquel lugar tanto ajetreo, contrastando con la soledad que momentos antes pude ver en el camino hasta ahí.

-¿Conoces Las plagas?- me preguntó el capitán mientras ingresábamos a la tienda.


-¿Es una broma?- le contesté.- cómo podría olvidarlo…


-Bien, Tricell ha llegado a este continente y más específicamente a esta ciudad con el virus maldito, escúchame bien… aún no sabemos cómo, pero los niños y mujeres no son inmunes como antes. La inteligencia y el nivel de violencia con el que actúan los infectados es verdaderamente anormal. Discúlpame que te hable tan rápido, pero es que el tiempo apremia… ¿hay algo que quieras decirme?


-Muchas cosas…- le dije.


El grado de nerviosismo que mostraba el capitán y los demás hombres me asombró muchísimo y terminó por contagiarme. Sin duda esto no iba a ser un paseo por el campo, pero… ¿Qué les hacía suponer a ellos que yo estaba aceptando la misión?


-Leon, te presentaré a quien irá contigo….- me dijo el capitán justo cuando un grandulón entraba a la tienda.- su nombre es Chris, Chris Redfield.


















-Kennedy… he oído hablar mucho sobre ti. Es un gusto poder verte a la cara.- me dijo Chris.










Próximamente Capitulo 2




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El diario de Leon S. Kennedy by Marcelo Carter is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

hahahahahahahhaaa Un Granduloon XD Fenomenal Marce, espero con ansias el capitulo 2. Aqui Adrian de nuevo! xd

PD: Chris solo es 4 cm mas alto que Leon jeje, no es taaaan grandulon xD

Marcelo Carter dijo...

Chris tenía mas masa muscular que Leon para cuando sucedió esta historia u.u . Un saludo Adrian y gracias :)

Brian dijo...

jajajaj noooooooooo Marce sos un genio va a ser la mejor Historia los 2 juntos un grandulon ajajaj que buena onda che un saludo marce
y ya espero la parte 2 con muchas ganas jaja

Anónimo dijo...

muy buena historia!!!!!!!
me re enganche con el diario de leon!!!!
es muy entretenido, leon y chris juntos!!!!
esperon con ansias el capitulo 2!!!!

Jose dijo...

no eres el unico anonimo que espera con ansia ese capitulo

Marcelo Carter dijo...

Muchas gracias, Brian, anónimo y josé ^^

espero no tardar mucho con el 2do cap. Un saludo gigante a todos ustedes.

Anónimo dijo...

Marce va a salr claire???' andale di k si andale no seas mala onda di k si anda x fas di k siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii xD =D

By Mauri xD

Marcelo Carter dijo...

xD, pues aún no se sabe... lo más probable es que no u.u

jaja, pero quien sabe o.o