martes, 22 de febrero de 2011

Las plagas














CAPITULO 3





Era un día gris y oscuro. Las nubes amenazaban con una lluvia que nunca llegaba, ojala y ésta hubiera llegado, así el desagradable agobio de la humedad ambiental podría haber sido un poco más tolerable, sin embargo no fue así. El clima me recordó un poco al que a veces se da en el continente africano tras las tormentas… abundante cielo gris, pero con un pegajoso calor en el aire. Chris Redfield lo sobrellevaba muy bien… caminaba unos pasos adelante mío sin manifestar en su rostro señal alguna de cansancio o de agotamiento, al menos yo no pude descifrar ninguna. Me había enterado por medio de terceros de su espectacular aventura en Kijuju con el Uroboros y me di cuenta al instante de que era un tipo altamente entrenado con una experiencia envidiable. Aquella vez tuve un pensamiento que se me ha venido repitiendo hasta estos días de forma más o menos intermitente… y es algo tan cierto como también puede parecer tan bobo, pero ¿hasta cuando mi vida deberá girar alrededor de terceros? No me gusta la idea de morir sin haberme dado la chance de conocerme a mí mismo, a veces suelo verme en el espejo y me pregunto porqué entonces decidí ser policía si es que acaso no es ese el mejor ejemplo de sacrificar una vida en pos de otras…, luego me doy cuenta de que a lo mejor lo que sucede es algo tan simple como el miedo a la muerte. Antes hace algunos años no dudaba en ponerme bajo cualquier orden o situación sin importar el riesgo que conllevara, pero ahora… con el paso del tiempo quizás me he dado cuenta de que no deseo morir. Este pensamiento suele arrancarme siempre una sonrisa, ya que la muerte siempre me ha rodeado… ¿Cómo mi lugar entonces no va a estar junto a los muertos?


-Un momento… ¿escuchan eso?- preguntó de pronto el oficial Peck deteniendo su andar.

El grupo se detuvo y pusimos atención, a lo lejos se podían oír los estruendos y disparos de una batalla, tal parecía que se desarrollaba al otro lado de una enorme pendiente, camino que forzosamente debíamos recorrer para llegar al lugar donde podía estar Rose. Apuramos el paso y finalmente llegamos a la cima de una considerable elevación de terreno, desde allí fuimos testigos de una extraña y singular escena, se trataba de una batalla campal entre un reducido número de soldados con un gran contingente de civiles infectados… no podía creerlo, pero literalmente los soldados abrían fuego contra hombres, mujeres y adolescentes armados.

-Están luchando en vano…- dijo de pronto Peck mientras observaba con los binoculares.- No saben que arrojarán una bomba en esta ciudad, debemos advertirles.

Bajamos por la pendiente y corrimos dispersados hacia la batalla, Redfield y yo llegamos donde un grupo de soldados atrincherados.


-Soy Leon S. Kennedy…- grité para hacerme oír en medio de la balacera.- ordene a sus hombres la retirada, van a dejar caer una bomba en la ciudad… esta lucha es sin senti…

Una explosión me calló por completo y me sepultó bajo kilos y kilos de tierra y barro que cayeron sobre nosotros. El soldado no lograba escucharme hasta que Chris optó por gritarle al oído.


-¿¡Donde está el capitán!?

El soldado le apuntó con su dedo índice una posición más adelante donde un grupo de soldados manejaba una M-16 sujeta a un pedestal. Logré recuperar el aliento y limpié el lodo de mi cara, luego con Redfield nos dirigimos hacia el capitán en medio de aquella surrealista y cruel batalla. Un soldado disparaba su metralleta hacia los infectados cubierto tras una barricada, pero en un momento determinado recibió un proyectil que le voló su mano derecha… el hombre quedó en shock, ni siquiera gritó… solo se quedó viendo el pedazo de mano que le faltaba con sus ojos desorbitados.

-¡Dígale a sus hombres que huyan!, ¡arrojarán una bomba en la ciudad!- le indicó Redfield al capitán una vez estando junto a él.


-¡Negativo!, ¡estamos por tomar esta posición!, ¡no huiremos!- respondió el militar disparando con violencia la M-16.


-Es inútil… - le dije a Chris Redfield.- y lo peor de todo es que no podemos avanzar mientras esto no acabe…


-Entonces debemos sumarnos a la batalla.- me contestó mientras empuñaba su metralleta.

Acto seguido Chris abrió fuego contra un niño de alrededor de 12 años que traía un explosivo molotov en sus manos, al caer la bomba estalló en el cuerpo del menor y el fuego empezó a consumirle. En ese instante me bloqueé y me maldije a mí mismo por lo que yo consideraba había sido un estúpido brote de sensibilidad en el momento menos oportuno, luego solo comencé a tirar contra hombres y mujeres adultos.

No me di ni cuenta cuando la batalla ya había terminado. Un paisaje tapizado de cadáveres humanos se abría en el horizonte una vez que levanté mi vista y miré hacia adelante. Por mi izquierda vi correr al soldado que había perdido su mano derecha producto de un disparo, se dirigió donde una muchacha de unos 15 años de edad más o menos que se encontraba moribunda y agonizante en el suelo, el soldado comenzó a insultarla lleno de rabia y le atravesó con su bayoneta una y otra vez en su pecho.

-¡Maldita perra de mierda!, ¡me arruinaste la vida, tú me disparaste!, ¡púdrete, maldito fenómeno!...- le gritaba a todo pulmón mientras continuaba atravesando lo que ya ahora era su cadáver.


-Leon, vamos… el capitán de este batallón quiere hablar con nosotros.- me dijo de pronto Chris Redfield sacándome por completo de la cruda escena.

El capitán nos aguardaba junto a otro grupo de hombres que revisaba un mapa de la ciudad.

-No nos han informado nada sobre la bomba que quieren arrojar sobre este lugar.- nos dijo el capitán sorprendido.- No puedo creer que pensaran sacrificarnos. ¿Cuándo se tomó esa decisión?


-Hace uno o dos días aproximadamente.- contestó Chris Redfield.- Nosotros debemos encontrar a la hija del primer ministro que se encuentra en el lado Este de la ciudad antes de que la bomba caiga, es por ello que estamos contra el tiempo.


-En el lado Este no queda nada ya en pié.- nos dijo el militar.- salvo la fortaleza real. Lo más probable es que el objetivo que buscan se encuentre ahí.


-¿Dónde está el oficial Peck?, nos separamos al llegar- le pregunté a Chris.


-Ahí, en la camilla.

Miré y la parte de arriba de su cuerpo yacía sobre una camilla abarrotada de cadáveres y miembros humanos.


-Capitán. ¿Es posible que nos pueda asignar dos de sus soldados para que nos acompañen?- preguntó Redfield.


-Ahora que ya saben que una bomba está por caer en la ciudad es un poco difícil, veré que puedo hacer.


Un rato más tarde nos encontrábamos nuevamente en dirección al Este acompañado de dos soldados rasos, eran tan jóvenes como inexpertos y no pude sentir más que un poco de lástima por ellos. Mi intercomunicador volvió a sonar.












-[Leon, que bien que estás a salvo. Inteligencia nos dijo que una batalla ocurría más allá del puente Lightfall]


-Ah, ¿eso?... pues creo que ni me fijé- dije ironizando.


-[Mmm… ¿estás molesto por algo?]


-Por algo no, por todo. Odio esta misión… me ha arrojado a la cara mis debilidades. Si cae esa bomba ojala y cayera sobre mi cabeza.


-[Jaja… creo que estás un poco loco]


-Debo estarlo si es que estoy confesándome contigo…- le contesté.- mira, discúlpame… es que ando de mal humor. Solo ignórame.


-[No te preocupes]- me dijo suavemente.- [Llamaba para avisarte que el plazo para cumplir la misión es de 15 a 20 horas, pasado de eso es mejor que huyan por la frontera más cercana.]


-Gracias, lo sincronizaré a mi cronómetro.


Guardé el intercomunicador y ajusté el cronómetro de pulsera para 15 horas más. Al paso que íbamos llegaríamos a nuestro destino en tan solo 2 horas o quizás menos. Y Chris Redfield guardaba un extraño silencio…






PRÓXIMAMENTE PENÚLTIMO CAPITULO.




Creative Commons License
El diario de Leon S. Kennedy by Marcelo Carter is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

2 comentarios:

Marcelo Carter dijo...

Anigo Brian mi msn es mi mail: numb_te-lo-adverti@hotmail.com Un saludo y espero les guste a todos esta 3era entrada, ya la trama entra en la recta final u.u

Brian dijo...

la verdad muy buena trama, cuenta como de apoco le fue tomando miedo a la muerte, y tambien siempre con ese humor que lo caracteriza jaja, esperando la proxima parte, saludos marce y ya te agrege =), si no quiero que termine mas esta historia la mejor