martes, 9 de abril de 2013

Evil Leon




Penúltimo Capitulo



Me hice el inerte durante bastante tiempo recostado ahí en el suelo, lo suficiente como para que los “carne-tibia” me ignorasen largo rato. Luego, en el momento oportuno me escabullí y pude huir en medio de la oscuridad… no sin antes alimentarme de un hombre que agarré desprevenido.

Poco a poco he aprendido a disfrutar mi  nueva vida, cuando el sol está en lo alto generalmente descanso oculto en cualquier lugar disponible… la verdad es que cualquier lugar sirve pues hemos ido ganado espacio y no hay lugar donde los muertos no caminemos. Cuando la oscuridad se instala y la luna asciende sobre nosotros es cuando salgo a divertirme… ¡mujeres y niños! Los bocados más exquisitos que mi paladar y lengua seca han saboreado hasta el momento. Presas fáciles, solo algo ruidosas… pero es lo de menos.

Me he rodeado ya con mi propia pandilla, seres repugnantes y asquerosos tal como yo,… solo que mi fetidez es más poderosa y por eso soy el líder. Mi hediondez se siente a la distancia y algunas larvas ya se asoman a través de la herida de mi cuello, eso sin contar que algunos gusanos y bichos diminutos se han instalado en mi ahora escasa cabellera y se comen poco a poco mi grisácea piel. Bueno, mis camaradas y yo vamos de un lado a otro moviéndonos por las noches, aterrorizamos a viejos, jóvenes, mujeres y niños… los pateamos en el suelo y les arrancamos las cabezas, así es, nos divertimos de lo lindo. Cuando una mujer hermosa cae a veces como víctima, la desnudamos y la arrojamos al suelo, mis súbditos saben que solo yo tengo el poder de disfrutarla. Siendo el líder saben que los premios y trofeos me pertenecen. Me gusta saborear su rostro de forma lenta y pausada,… mi lengua seca acaricia su piel cual tentáculo y el sabor salado de sus lágrimas me vuelven completamente loco. Mi última mujer se encontraba tan asustada, lloraba a mares y repetía insistentemente la tediosa palabra “por favor” mientras mi lengua recorría de arriba hacia abajo su dulce rostro, luego me quedé enredado en su ojo derecho…. Oh su sabor, su textura, su calidez… no pude contenerme y chupé con tanta fuerza que su ojo salió desprendido y me lo tragué. Luego, la tuerta dejó de gritar tras largos minutos,… supuse que había muerto, me bebí su sangre y la devoré mientras su cuerpo aún permanecía tibio.

Los niños son algo más fácil de conseguir pues son débiles y totalmente vulnerables a nuestros ataques, pero por su tamaño natural a veces no son más que un pequeño bocadillo antes de la cena. Hay sujetos que son más duros y difíciles, generalmente se defienden bien… me han acuchillado, otros me han disparado, me han golpeado fuerte y duro, pero al final todos caen cuando atacamos en grupo. Nuestra pandilla es la mejor, nadie puede contra nosotros… los “carne-tibia” se encuentran totalmente acorralados, simplemente ya no tienen adonde huir.

Ya he dejado de preguntarme sobre mi pasado, no tengo idea de quién diablos fui… ni nada de eso, además poco me importa. Lo que me importa es el ahora… es el éxtasis, mi adicción a la ultra-violencia y el placer de repartirla junto a mi pandilla…

…somos violentos…
 

…no tenemos límites…
 

…somos los reyes del mambo…
 
 
 
























Próximamente CAPITULO FINAL




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El diario de Leon S. Kennedy by Marcelo Carter is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

3 comentarios:

Unknown dijo...

me va encantando la historia, y me recuerda mucho a una que habías escrito y que se encontraba en la "cajita infeliz de leon", tengo ansias por ver como termina esta historia :), saludos

Unknown dijo...

Ssi genall! !!

Marcelo Carter dijo...

Gracias, Maular y Denzel. Finalmente ha llegado ya el desenlace jej. Espero les haya gustado la historia saludin :)