miércoles, 26 de mayo de 2010

Frío













SEGUNDA PARTE & FINAL








-¿Una leyenda?- pregunté con curiosidad.


-Sí, es común que en pequeños pueblos o aldeas de lugares fríos como en esta zona de Canadá, en Alaska o en algunos países sudamericanos se hable de las damas de negro. Son algo así como brujas que contrastan con el paisaje blanco del clima helado. Las damas de negro suelen visitar las casas y cabañas de familias mientras duermen… para llevarse a algún miembro…


-¿Para llevarse a algún miembro de la familia?, ¿adónde?


-No lo sé, Leon- me contestó Geffrey.- supongo que las secuestran y las matan, pero es igual, no pasa de ser una leyenda, así como el Yeti, o el monstruo del lago Nissi.


-Del lago Ness…


-Pues ese, a lo que voy es que son solo eso… leyendas.


Apenas y Geffrey terminó de hablar cuando desde el techo comenzaron a oírse unos pesados pasos que avanzaban hacia el otro lado de la sala. Con Geffrey nos callamos al instante y nos miramos extrañados, seguramente no nos habíamos percatado que la cabaña contaba con un segundo piso y quizás allí estaba el o los dueños de la cabaña. Lentamente los pasos llegaron hacia el otro extremo de la sala y de a poco parecían bajar por una escalera que hasta el instante no habíamos descubierto. Finalmente descendió por ella un anciano alto y delgado, llevaba ropas harapientas y su demacrado rostro se mostraba huraño. Las cuencas de sus ojos inyectados en rojo le otorgaban un aire siniestro y malévolo que resultaba bastante engañoso.


-Oh, entonces no era un sueño…-dijo el anciano a través de sus labios rodeados por una desaliñada y larga barba gris.- en verdad había gente extraña en mi casa.


-Disculpe usted nuestra intromisión.- le dije excusándome.- mi compañero y yo fuimos sorprendidos por la tormenta de nieve afuera y por poco nos sepulta.- luego, decidido avancé dos pasos hacia él.- Mi nombre es Leon Scott Kennedy y él es Geffrey Thomasson, ambos trabajamos para el gobierno, señor.


El anciano nos observaba con cierta cuota de desconfianza, y no era para menos, pues sin duda se acababa de despertar y ver a dos sujetos como nosotros metidos en su casa en plena noche, pues no creo que haya sido algo muy común. Sin embargo el anciano era tan alto que en nosotros también lograba infundir cierto temor, a eso sumémosle su apariencia descuidada que a ratos se hacía grotesca.


-Pues bien…- dijo de pronto con mucho ánimo.- creo que será una larga noche, prepararé el té.


Afuera el silbido del viento se oía cada vez más fuerte, la intensidad de la tormenta no bajaba en lo absoluto y para colmo la comunicación satelital aún se encontraba inhabilitada. Mientras el anciano colgaba una pequeña caldera con agua sobre el fuego de la chimenea, Geffrey y yo nos sentamos en la mesa.

-¿Vive usted solo?- preguntó de pronto Geffrey.


-¿Eh?, así es…- contestó el anciano avivando el fuego.- ¿porqué la pregunta?


-No, por nada, simple curiosidad.- se excusó Geffrey al entender que por ahí su pregunta ponía a la defensiva al anciano.


-¿Siempre han habido tormentas así de frías y crudas por esta zona?- pregunté para intentar iniciar una charla amena.


-Bueno, esta es bastante fuerte, claro que sí… contestó mientras se sentaba frente a nosotros en la mesa.-, pero han habido peores, como la de 1826 o la de 1898, sin ir mas lejos la tormenta de 1974 mató a casi todo ser vivo en esta zona…


En este punto no sé si fue el efecto del fuego a contraluz que hizo que una sombra me jugara una mala pasada, pero juraría que vi al anciano sonreír levemente. Luego hubo un momento de incómodo silencio hasta que Geffrey nuevamente abrió la boca.


-¿Es usted oriundo de esta zona?- preguntó.-tiene un pintoresco cuadro de “las damas de negro”. Justo le contaba a mi amigo Kennedy sobre esa leyenda.


-Ah si, ese cuadro lo compré en una feria local hace varios años ya.- contestó el anciano.- y esa leyenda es bastante conocida y antigua también, pero no son mas que habladurías estúpidas.


-Jeje, pues Leon no es de por aquí y no la conocía, yo en cambio crecí con esa historia y de niño me moría de miedo creyendo que vendría ese grupo de mujeres todas iguales a secuestrarme mientras dormía durante las noches de frío.


-Es una leyenda bastante antigua y con los años se ha transformado mucho hasta convertirse en lo que es hoy…- repuso el anciano acariciando sus dedos.- pero yo si recuerdo de donde partió todo. Comenzó hace mas de 150 años atrás, donde una familia campesina tuvo hijos incestuosos, fueron tres y resultaron ser gemelos. Con los años estos tres niños desarrollaron una extraña psicopatía debido a su concepción anormal, se habían vuelto caníbales. Asesinaron a sus propios padres y se los comieron, luego conforme iban creciendo fueron descubriendo las singulares propiedades y beneficios que traía el comer carne humana, se aislaron en una de las montañas nevadas y cada cierto tiempo bajaban a los pueblos y aldeas durante las noches para robarse a los niños que dormían y llevárselos luego a las montañas para comérselos. La historia de a poco se fue cambiando hasta dar paso a la leyenda… se reemplazó a los tres hombres por mujeres, todas eran iguales debido a que los tres eran gemelos, aparecían cuando hacía mucho frío, etc.


-Wow… es una reveladora historia.- dijo Geffrey.- si es que en verdad todo eso sucedió, pues espero que esos tres sujetos se estén pudriendo en el infierno.


-Oh, yo no hablaría así… muchos dicen que aún viven y rondan los lugares fríos…- contestó el anciano.


-Es imposible.- replicó firmemente Geffrey.- Usted dijo que la historia comenzó hace unos 150 años atrás, ellos tendrían un poco mas de esa edad entonces.


-Sí, pero también le dije que la carne humana tiene propiedades muy beneficiosas…- respondió el anciano con una sonrisa bastante ambigua.


Geffrey y yo nos miramos un poco confundidos, ciertamente que nuestra imaginación nos estaba llevando por un muy mal camino al considerar siquiera esa extraña posibilidad que se nos vino de pronto a los dos a la cabeza. De pronto un fuerte ruido se escuchó en una habitación al fondo de un pasillo que nos puso en alerta a ambos.


-¿Y eso que fue?- pregunté extrañado.


-Ah, quizás es mi hermano que se ha levantado…- contestó el anciano tranquilamente.



-¿Eh?, pero si usted dijo que vivía solo…- repuso Geffrey.

-¿De veras?, ¿yo dije eso?...- preguntó el anciano extrañándose de sus palabras.


Geffrey y yo volvimos a intercambiar una mirada, no sabíamos que pensar a esas alturas. Luego a través del pasillo emergió una silueta correspondiente al supuesto hermano del anciano, se trataba ni más ni menos que de un hombre idéntico a él, solo que un poco mas bajito y mejor vestido.


-¡Anthony!, ¡ven a saludar a las visitas!- le ordenó el anciano al otro recién llegado


Al pasar el umbral del pasillo la luz de la chimenea nos permitió ver una grotesca cicatriz en sus labios que le impedía hablar correctamente. Sin embargo, lo que mas me inquietó era que pude reconocer en su rostro una similitud abismante con su hermano sentado en la mesa, sus facciones, su mirada, su cabello… era como si hubiesen sido gemelos…


Rápidamente me puse de pié, el anciano me miró atónito mientras que Geffrey se veía bastante confundido aún


-¿Qué ocurre, jovencito?...- me preguntó el anciano con voz ronca.- ¿acaso le teme a las leyendas?


Geffrey también se puso de pié y se paró junto a mí. No podía discernir si el anciano estaba ya loco, o nos quería tomar el pelo o si en verdad era lo que creíamos que era. Lamentablemente la respuesta jamás la sabré, pues en ese instante un zumbido y una vibración estremecieron la cabaña por unos segundos hasta que fue arrasada por la brutal fuerza de una avalancha que pasó sobre nosotros, nos arrojó a kilómetros de distancia destruyendo todo a su paso. No desperté hasta dos o tres días después en el hospital militar de Canadá en donde fue la última vez que vi a Geffrey, quien actualmente trabaja para el gobierno de su país… y de los ancianos…creo que se los tragó la tierra, o mejor dicho… la nieve.



No iré a Canadá almenos por un largo tiempo...

LEON S. KENNEDY 02:06 A.M.


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1 comentario:

Mery dijo...

mmmmMMmmmMmmmmmMmmmmm

serían los ancianos los de la leyenda(?

o simplemente estarían seniles?

Creo que jamás lo sabremos...

Al menos nuestro héroe sieempre sobrevive a todo (L

Besoos, Marce!!

Excelente, como siempre n.n

Mery ;)