jueves, 2 de septiembre de 2010

Mi llegada a Ashton














Ashton está ubicado al sur de Virginia. Son hectáreas y hectáreas de áreas verdes y naturaleza. El lugar funciona como un centro de rehabilitación para personas con algún desorden post-traumático y aquí es donde he venido a pasar unos días. Caminé gran parte de la mañana por un sendero rodeado de cipreses hasta llegar a una cabaña que apareció junto al camino, en las afueras permanecía una mujer de edad madura con jeans y una camisa de leñador sentada en una silla mecedora, parecía disfrutar de la agradable mañana mientras bebía de una limonada.


-Hola, buenos días.- le saludé.- busco a la sra. Sarandon… ¿la conoce?


-¿Quién pregunta, muchacho?


-Mi nombre es Leon Scott Kennedy… ella sabía que yo iba a venir.


-Yo soy Michelle Sarandon. Mucho gusto, Leon.- me contestó ella viniendo a mi encuentro.- esperaba que fueras un hombre mayor, jaja. Al menos esa impresión tuve cuando hablamos por teléfono.


-Lamento haberla decepcionado, Michelle…- le dije sonriendo.


Luego amablemente me llevó a conocer la pequeña villa de cabañas ubicada en el interior de aquel verde bosque. El complejo de rehabilitación contaba con piscina, comedor, salas de reuniones, talleres de artes, etc. Algo por lo que me hubiese gustado que cualquier persona en el mundo pudiera tener acceso, sin embargo no puedo pecar de hipócrita pues todo esto me lo pagaba el gobierno…

Finalmente llegamos a la cabaña en la cual viviría durante los siguientes días. Se trataba de una casa bastante acogedora de dos pisos, contaba con una cocina pequeña con comedor, una sala de estar sin TV y arriba estaba la alcoba y un baño. Tras un enorme ventanal se encontraba una pequeña piscina particular más un par de sillas de playas a mal traer, pero era lo de menos.

A la hora de almuerzo fui al casino y el lugar era bastante silencioso, un ambiente raro pero que describiré como apesadumbrado, me serví fideos con salsa y me senté en una mesa junto a una ventana que daba a un hermoso jardín. Pasaron unos minutos hasta que se sentó frente a mí un hombre negro, traía su propia bandeja con un plato abundante en vegetales.


-Mi novia es vegetariana… así que yo también debo serlo, jaja.- me dijo al ver que me fijaba en su comida.- soy Preston, trabajo aquí… tú debes ser Kennedy, ¿verdad?


-Así es… ¿Cómo lo sabe?


-Me pidieron que le echara un ojo a tu caso… nos veremos muy seguido.


-¿Eres un doctor no es así?- le pregunté.


-No me gusta mucho esa palabra… sobre todo en este lugar, jaja… es como poner cierta distancia entre yo y quienes debo ayudar. Aquí el ambiente es distinto al de un hospital o al de una clínica, es más bien un lugar de esparcimiento en donde recibimos muy bien a la gente que viene y cuando desean hablar… pues estamos para escucharles.


-Hasta el momento este lugar me ha encantado. No sé si me anime a hablar mucho…- le confesé sonriendo.- rara vez lo hago.


-¿No tienes algún tipo de válvula de escape para dejar salir las emociones de cosas que te han ocurrido o que te ocurren?


-Tengo algo así como un diario de vida…- contesté.


-Ah, vaya eso es una práctica bastante aconsejable, sin embargo siempre es bueno mirar a alguien a los ojos, ya sabes dialogar y compartir sentimientos y emociones… podrías comenzar hablándome de tu sueño… aquel que sueles tener muy a menudo.


-Jaja, pues ahora tendrás que contarme más… ¿Quién te ha dicho lo de mi sueño?- pregunté intrigado.


Preston era un buen tipo, pero a veces su charla me fastidiaba, ¿acaso nadie puede entender que a un hombre simplemente le guste permanecer callado?





Esa noche en Ashton no pude dormir...

LEON S. KENNEDY, 01:56 A.M.


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2 comentarios:

S-17... dijo...

Hola, como estás? Veo que continuas siendo el maestro del suspenso,aunque el relato es calmado no deja de sorprenderte. Sigue así, un gran saludo y que tengas bellos días.

S-17.

Marcelo Carter dijo...

jeje, ¿y esa sorpresa?. Gracias Sade por pasarte por acá. Un saludo y pronto tendrás noticias sobre el otrora blog "historias tenebrosas" Muajaja