sábado, 8 de septiembre de 2012

La inyección letal




Jamás lo pude entender…

Spencer alguna vez fue un gran sujeto… un hombre de bien, pero en algún punto erró el camino.

La noche antes de su ejecución tuve horribles pesadillas. Un amigo, alguien cercano a mí iba a ser ajusticiado por actos genocidas en Asia. Usé todas mis influencias para intentar evitar aquel desgraciado destino y así salvar al amigo a quien alguna vez quise, pero fue inútil… sus actos depravados e inhumanos ya habían sellado su perdición. Fue condenado a la inyección letal un crudo día de invierno del presente año.

La cámara de ejecución se encontraba poco concurrida, asistieron Sussman y Herb (ambos amigos del FBI) más el director del comité de justicia del estado mayor, quien hacía de testigo de fe. Nos sentamos en primera fila, cuales adolescentes que van a presenciar el estreno del verano al cine. Todo era muy raro para mí… he lidiado con la muerte casi toda mi vida, pero aquella vez me sentía demasiado temeroso y nervioso por lo que iba a suceder. Al cabo de unos minutos entraron unos guardias armados, señal de que el “hombre muerto caminando” había comenzado. Por fin Spencer entró a la habitación blanca tras el otro lado del vidrio, venía esposado y se encontraba extremadamente pálido y en ningún momento levantó la vista.

-Descuida, Leon…- me dijo de pronto Sussman al verme tan afectado.- Todo saldrá bien.

  Spencer fue amarrado a la camilla con forma de cruz y una vez estuvo listo, lo inclinaron en forma vertical para que nos pudiera ver de frente… para decirnos sus últimas palabras. No dijo nada, pero olvidándome de todo protocolo me levanté de la silla y me acerqué al vidrio… los guardias no tardaron en reducirme y me advirtieron que me sentara o me arrestarían. En ese instante Spencer levantó la vista y con sus ojos llenos de lágrimas habló:

-Solo quiero decir… que merezco morir…- dijo con la voz quebrada.- soy culpable de la masacre en Asia, pero pido perdón…. Les pido perdón a todos ellos y a tí, Leon… sobre todo a ti…

  Acto seguido volvieron a bajar la camilla y comenzaron a administrarle el veneno a través de una jeringa en su brazo. Jamás pude entender como Spencer se convirtió en un genocida si lo tenía todo, absolutamente todo…. Era millonario, dueño de varias empresas transnacionales…, nos habíamos hecho amigos hacía ya varios años y compartíamos la misma afición por la literatura… y todo se había arruinado, su ambición por más dinero y más poder le hicieron asociarse con la gente equivocada, a cometer actos equivocados… para cuando se dio cuenta… ya lo estaban ejecutando.

Finalmente y tras 35 minutos desde la primera inyección, Spencer había exhalado por última vez… murió a las 2 de la madrugada de aquel día de invierno. Ahora venía lo peor… lo realmente terrible, lo que me tenía nervioso y preocupado, aquello por lo cual la noche anterior tuve amargas y terribles pesadillas. Sussman se comunicó por móvil y dio luz verde a la operación GRIMM. La sala ya se había desocupado, los guardias se fueron como así también todo el personal de gendarmería y los asistentes de la ejecución. Al cabo de unos minutos entró un nuevo personal médico con escafandras blancas y el símbolo del gobierno de los EEUU en su pecho, nos hicieron un saludo y comenzaron a trabajar en Spencer quien ya a esa altura llevaba 50 minutos clínicamente muerto en la camilla. A través del cristal vimos toda la operación,  hicieron que su corazón comenzara a bombear otra vez gracias a un dispositivo hidráulico artificial mientras toda su sangre era reemplazada por una repugnante sustancia verde que contenía el virus progenitor… el maldito virus progenitor. Gracias a un catéter ese trabajo fue concluido de forma impecable…

-Ya te lo dije, Leon… descuida… todo saldrá bien.- me repitió Sussman al verme tan descompuesto.

Hasta el día de hoy sigo batallando con el infame dilema moral que significa negarle a un hombre el derecho a morir. Spencer ya estaba muerto, ejecutado, fue ajusticiado según la ley de la constitución de los EEUU. Pero a razón de un misterioso y secreto pacto entre el gobierno y el hermano gemelo de Spencer decidieron aplicar en él el macabro proyecto GRIMM. Lo único que sé es que este programa viene de varios años tratando de dar con el anhelado Super-humano, creo que Spencer estuvo involucrado también en dichas investigaciones, patrocinando matanzas a nivel mundial.

  Pasaron 20 minutos y través del cristal vimos las primeras convulsiones manifestarse en el cadáver de Spencer, comenzó a retorcerse hasta que de pronto se levantó de la camilla asfixiado, no podía respirar, estaba completamente morado, sus ojos casi se salieron de sus cuencas… los médicos lo sujetaron para que no se hiciera daño y lo arrojaron al suelo. Spencer abrió la boca y dio un terrible grito de horror…

Se encontraba aterrado de haber vuelto a la vida….


 Pasaron las semanas y Spencer fue llevado a una hermética instalación de seguridad del gobierno, la cual ni siquiera los satélites tienen autorización de monitorear. Allí me enteré de que se había vuelto loco, no podía concebir la idea de haber regresado de la muerte… mató a tres militares y a dos enfermeras con sus propias manos. Pasó la mayor parte del tiempo inconsciente gracias a la extracción de cierta cantidad del líquido verde que corría por sus venas y que contenía el virus progenitor. Al cabo de un mes y medio logró entrar en razón y sus ataques de pánico fueron cada vez más esporádicos. Uno de esos días pude entrevistarme con él, tuve acceso a la instalación de seguridad y me dieron unos minutos para poder charlar con él. Fue un encuentro ingrato, en una oscura sala húmeda y fría, él se encontraba sentado bajo la tenue luz de una lamparilla que reafirmaba de manera asquerosa su piel grisácea, su voz… su voz era cadavérica…

-Leon… ya estoy bien…- me dijo casi susurrando.- estuve muerto, pero volví… trabajaré para el gobierno.

-Es lo que oí.- le contesté.- yo… lamento mucho que esto te sucediera, amigo mío…

-¿Por qué?- me contestó con una sonrisa que dejó ver sus deteriorados dientes amarillos.- He muerto, y he resucitado… soy muy fuerte, ¿sabes?, y cada vez soy más veloz… - en ese punto se puso de pié y pude ver que en su espalda llevaba una especie de mochila pequeña incrustada en su columna.

-Comprendo… -le dije.- te has convertido finalmente en el super-hombre… ¿no es así?

-No, Leon… estás muy equivocado…-me dijo y sus ojos brillaron con una malignidad que difícilmente voy a olvidar.- ellos me han convertido en un Super-Zombie… han experimentado muchas cosas conmigo y entre ellas la de manipular a los infectados, ellos obedecen mis ordenes, Leon… soy su amo y señor…

-Vaya… eso es una muy buena noticia, Spencer… grimm…- contesté con cierto nerviosismo.- eres muy valioso para nosotros.

-Lo sé… lo sé… - repitió con esa voz susurrante y fúnebre.


  Ese fue todo el encuentro con Spencer Grimm. Me despedí y ya no le he vuelto a ver. He oído rumores de que lo pondrán a cargo de una misión en Africa, espero no tener que toparme con él… siento que aquella cosa con la que me entrevisté ya no era mi amigo. Lo último que supe es que lo del Super-Zombie se lo ha tomado muy en serio... y hasta se ha tatuado el rostro.












Desde ayer han vuelto mis pesadillas...

LEON S. KENNEDY, 02:45  A.M.



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2 comentarios:

Adrián Salvatori dijo...

WOOOOOOOOOOOOO!!!! ERES... EREEES... ERES EL AMOOO!! JAJAJA. Quiero decirte tantas cosas sobre esto Marcello, pero serán en privado!! LO LOGRASTE! me encanto la adaptacion que hiciste!! ERES EL AMOOOO!!!!

Marcelo Carter dijo...

jeje, gracias, Adrian! Me alegro que te gustara. Me pareció una muy buena vuelta de tuerca para tu personaje de Spencer.