miércoles, 7 de diciembre de 2011

Sobrevivir





















El avión pasaba cada cierto tiempo rociando su virus sobre nosotros… para exterminarnos cuales ratas. La ciudad ya había colapsado en su totalidad, y yo no había logrado huir a tiempo por lo que tuve que esconderme en las alcantarillas con un grupo de civiles armados.

Los primeros tres días los pude sortear de buena manera, pero ya en el cuarto la cosa comenzó a ponerse color de hormiga.

-Tengo demasiada hambre…- dijo de pronto uno de los civiles.- esto está mal… está muy mal…

-Moriremos aquí adentro…- le contestó otro con una triste resignación.

-Ese avión nos está rociando con su veneno a cada rato… no podemos asomarnos afuera… y créanme será cosa de tiempo para que el virus llegue finalmente a nuestros pulmones.- terminó por sentenciar Svenson, uno de ellos de los cuales yo me había hecho más amigo

-El panorama es muy desalentador, pero debemos encontrar una manera de no darnos por vencido…- miré de reojo a aquellos hombres, no sabía que tan estúpido o absurdo podían estar sonando mis palabras en aquel momento.- lo peor que podemos hacer es entregarnos a morir.

Luego se produjo el silencio, ninguno continuó con la conversación. Pasaron las horas y con ello solo crecía la angustia en desmedro de la esperanza. Todo iba de mal en peor, de pronto el avión nuevamente surcó los cielos de la ciudad. Me asomé y pude ver a través de una rejilla que cubrimos con una transparencia hacia el exterior y vi su silueta, la silueta terrible de aquel maldito avión militar recortando el amargo cielo gris de aquella tarde. Arrojaba los contenedores de gas que explotaban a unos 50 metros del suelo propagando el virus por doquier. Pero ¿porqué?, ¿porqué estaban haciendo eso?... sin duda querían barrer con aquella ciudad, eliminar a todos… que nadie quedara vivo… no encuentro aún otra explicación.

Pasó el tiempo y el buen juicio de aquellos hombres y porqué no también el mío comenzaba a desestabilizarse. Hubo un momento en que a uno de ellos tuvimos que quitarle su arma ya que mostraba actitudes bastante extrañas que nos ponía en peligro a todos. El avión asesino no cesaba su incansable afán de exterminio… sobrevolaba la zona una y otra vez, íbamos a morir, de eso estaba seguro… pero aún así pensaba en como obtener alimento, como poder vivir aunque fuera solo un día más. Cazamos un par de ratas y las asamos…

No estaba en condiciones de ponerme a discernir sobre mi salud a esas alturas y el hambre apremiaba.

Poco a poco luego mis compañeros de encierro y de supervivencia fueron despojados de toda cordura, lo peor es que fue de forma gradual. Uno de ellos no podía dormirse… comenzó a tener extrañas visiones sobre un sujeto que tenía un ojo en la frente y le observaba desde distintos rincones de la alcantarilla, a veces sostenía largas charlas incoherentes con su amigo imaginario y no se detenía hasta quedarse dormido. Otro agarró la manía de pasearse de un lado a otro en el reducido espacio de la alcantarilla como perro enjaulado, luego, cuando el avión venía con su cargamento mortal se acercaba a la escotilla para observar hacia el cielo tal como un niño pequeño, después, cuando el avión se iba este volvía a su monótono y extraño paseo en círculos…

-Svenson…- le dije a quien más me inspiraba confianza.- no me gusta como han empezado a actuar estos tipos… creo que sabes a que me refiero.

-¿De que otra forma puede uno actuar en una situación como ésta?- me preguntó él sin abrir los ojos, pues dormitaba.

Allí, en ese momento, tuve la aterradora sensación de que de que me estaba quedando solo. Me puse de pié y les sugerí a todos la idea de “fabricar” una suerte de escafandra para que al menos uno de nosotros saliera al exterior en busca de alimento o de mascarillas para largarnos, la iniciativa fue respondida con muy poco entusiasmo. Fue como hablarle a una pared, ninguno de ellos mostró mayor interés… quizás mi instrucción policial o lo que aprendí después en la milicia me estaba salvando de caer en aquella inercia que sostenía a los demás hombres, pero si no me apresuraba en hacer algo era muy probable que me convirtiera en el siguiente...










Ya me alargué de nuevo, ¿será normal?, mañana termino.


LEON S. KENNEDY 01:56 A.M.


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2 comentarios:

Rouse dijo...

Interesante el nuevo corte de cabello de Leon Marce, me encanta!!, como se peine se vè guapo, solo espero que salga de ese aprieto y viva para contarlo. Les mando un beso a todos

Marcelo Carter dijo...

jaja, gracias, Rouse. Leon tiene un aire a Matt Damon xD, y bueno... 30 y tantos años no pasan en vano u.u