CAPITULO 4
Hace ya dos soles y tres lunas que llegamos al lugar
del que nos había hablado el infectado decrépito. De los tres él es el que más
hiede y apesta, yo le sigo en segundo lugar…
Tengo
problemas para poder identificar conceptos y cosas que me resultan familiares, ahora me resultan tan ajenos… como fantasmas
de una vida pasada. Cada vez hablo peor, ni yo mismo a veces me entiendo, se me
han caído cinco dientes y varios mechones de cabello. El otro sujeto… que si
mal no recuerdo se llama Peter ha caído en un curioso estado taciturno y
silencioso, a veces me observa con extrañeza y luego no deja de observar el
suelo…. Se ha convertido en una pálida sombra de lo que antes era, ese sujeto
conversador y que junto a mí planeaba
los siguientes movimientos, ahora no es más que un extraño que camina entre
nosotros.
Yo me siento
a veces lleno de furia y de hambre, no paro de comer. Apenas llegamos a este
lugar atrapé a dos niños pequeños… una pareja:, niño y niña. No los compartí
con nadie, por suerte Peter y el otro infectado podrido estaban lejos y
ocupados de atrapar su propia comida así que pude dedicarme en su totalidad a
la tarea de faenarme a los pequeños. Al mocoso le rompí el cuello y a la niña
la derribé, eso fue fácil… una vez estando en el suelo reventé su cabeza con
una pesada y enorme roca.
En este
lugar me di cuenta de algo interesante, cuando el zombie anciano y decrépito
mordió a una mujer, esta huyó… pero al cabo de un rato volvió a aparecer igual
que nosotros… eso es nuevo para mí, no sabía que nos podemos reproducir de esa
manera, me pregunto si algo así me pasó alguna vez… ya no estoy seguro, desde
que tengo memoria solo me recuerdo así tal como ahora. Algo sucede, por un
momento interrumpo mis pensamientos… un grupo de infectados viene hacia
nosotros, son robustos y jóvenes, parecen estar armados con palos y cadenas…
hay uno que parece ser su líder.
-¿Quiénes son
ustedes y de dónde vienen?- pregunta un esbirro adelantándose del grupo.
-Cómo
quieres que sepamos eso…- contesta el infectado anciano.
-Este lugar
es nuestro, hediondos… si quieren quedarse deben traernos comida, ¿entienden?
-¿Cómo que
es de ustedes?- pregunto, pero al parecer modulo tan mal que no se me entiende.
-Jeje, tú
cállate… apenas y puedes hablar.- me dice el esbirro.- Este lugar está bien
escondido de los “carne-tibia”, aquí estamos a salvo… pero no es gratis, deben
traernos comida todos los días ¿entienden?
Peter, el
infectado decrépito y yo nos miramos confundidos. Obviamente esto es de los más
injusto, acá todos somos iguales ¿qué les da derecho a estos idiotas a creerse
superiores a nosotros? De pronto Peter, quien hace ya mucho tiempo no abría la
boca, ahora lo hace…
-Lárguense,
no les daremos nada.- dice en tono desafiante.
El esbirro
se da vuelta y observa a quien parece ser el líder, este le devuelve un gesto
de “adelante”. De pronto el esbirro le propina un feroz golpe a Peter con un
palo en su rostro que le desencaja totalmente la mandíbula. Peter cae al suelo
y no se vuelve a levantar, otro del grupo de hediondos se ensaña esta vez con
el anciano… se lo llevan aparte y se preparan para darle una buena tunda. Me
acerco a Peter e intento a reanimarle.
-Hey, vamos…
reacciona, ¿Peter es tu nombre verdad?- le pregunto sin estar muy seguro a
estas alturas.- por favor, recciona…
Peter me
oye, lo sé porque sus ojos se mueven y me miran fijamente, pero su mandíbula…
ha quedado totalmente desencajada de su posición natural, su rostro se ha
desfigurado por completo. Sorpresivamente una cadena se enreda en mi cuello y
me jala para atrás, pierdo mi equilibrio y caigo al suelo… un grupo de 4
infectados me rodea.
-A éste
denle duro… se ve peligroso.- dice el esbirro.
Los otros le
siguen al pie de la letra, con palos y patadas me golpean salvajemente en el
suelo. Puedo sentir como varios huesos se rompen en mi cuerpo, entre ellos los
de mis costillas y algunos de mi columna. Uno me da una patada de lleno en el cuello
y me lo quiebra… trato de pararme, pero no puedo… siempre un golpe demoledor o
un puntapié me vuelve a poner en el suelo. Mi brazo izquierdo se disloca por
completo y se parte en cuatro partes quedando totalmente inutilizado. Mi ropa
mugrienta y sucia se va rompiendo y asoma la carne descompuesta. A estas
alturas ya no lucho… prefiero quedarme en el suelo totalmente quieto, pero la
golpiza no termina.
Finalmente y
tras un largo instante… soy rematado con una patada en el cráneo que me deja
totalmente inmóvil. Me quedo inerte, ellos creen que ya me han aniquilado pues
se alejan lentamente. No me moveré… al parecer no me fue tan mal, desde aquí
distingo la cabeza decapitada del anciano infectado y el cuerpo totalmente
desmembrado de Peter.
He quedado
solo… inválido y a mi suerte… en medio de la nada.
Pasa un
largo rato y de pronto se oyen automóviles que llegan al lugar… al parecer son
los “carne-tibia” vienen a barrer con todo.
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3 comentarios:
cada vez me deja mas intrigado esta historia, me encanta y solo ando esperando a ver como finaliza es gran historia, me agrado mucho, y el nuevo concepto de darle ese tipo de personalidad a los zombies, me parece increible, ;) por cierto una pregunta marcelo, la mayoria de las ilustraciones que utilizas en tus relatos, (bueno se que algunas las tomas de internet) las realizas tu??? porque hay ilustraiones increibles, me encanta este blog, espero con ansias el sig cap saludo :)
Grax, Maular por tus palabras, me alegra que te gustando la historia y ya falta poco para el final :o
Sobre las ilustraciones en su mayoría son de Internet, hay algunas de ellas que modifico y edito para alguna historia o entrada en específico, pero las únicas que he dibujado con mi puño son las de "el escuadrón SPAM" jeje. Saludin
jejejejej si buenas ilustraciones, me encantaron y ademas estuvo muy divertida esa historia, me agrado mucho, ojala y volvamos a ver pronto al escuadron Spam por aqui :), saludos
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