Era ya creo pasada la medianoche en Wisconsin, y me
encontraba saboreando los restos de comida china cocinados ni más ni menos que
por Isaac Leigh. De fondo la jovial y entretenida música jazz salida de un
tocadiscos animaba la noche en su casa mientras charlábamos de unas fotografías
familiares.
-¿Ves a este hombre, Leon?- me dijo mientras me enseñaba a
un anciano robusto en una fotografia blanco y negro.- era mi tío Frank Donovan,
este hombre era un roca ¿eh?, en serio… así como lo ves el tipo era como “la
mole”.
-Así parece, ¿se llevaban bien?- pregunté mientras me
chupaba los restos de comida de entre los dedos.
-Mucho, realmente me puso muy triste su muerte.
-Sé lo que se siente. Me ha tocado ver a muchos conocidos y
seres queridos partir, a veces a uno le
dan ganas de querer ir también al otro lado.
-Ni que lo digas. No hay un solo día en el cual no piense en
ello… ¿Quieres más pollo coreano?
-Sí, por favor… está exquisito.- contesté con timidez.
Isaac Leigh representa
unos 45 años, es un hombre bastante educado, conmigo fue muy amable y por ese
entonces era profesor de historia en una universidad bastante reconocida.
Lamentablemente ese día y esa noche en particular yo me encontraba trabajando,
es decir, para el gobierno. Hay veces en que un hombre sensato, amable y
educado se puede volver un peligroso enemigo para el status quo y esta era la
ocasión.
Me condujo por un
pasillo repleto de cuadros y fotografías enmarcadas, yo caminaba junto a él
sosteniendo mi plato de pollo coreano, mientras él me enseñaba las fotografías
yo le oía y comía ávidamente de la merienda… es que aquel día ni siquiera había
almorzado.
-Mi tía Angeline, oh… vieja sabia cuánto aprendí de ti-
exclamó frente al cuadro de una mujer en una mecedora.- Muchos la tildaban de loca,
pero en verdad… tenía solo una personalidad distinta. En eso el gobierno ha
hecho bien las cosas ¿eh? En querer inculcar en sus ciudadanos un modelo a
seguir para convertirlos en meros zombies descerebrados ya sabes… homogeneizar
la sociedad.
-Si que sí. - contesté casi atorándome con un huesito de
pollo.- ¿y esa otra fotografia familiar?, se ve bien viejita, ¿de que año es?
-Oh, esa… es del 1892 si mal no recuerdo… allí están mi tío
Gorgeus, Louis, Chuk y Estella.
-¿Y usted, Isaac?... ¿no se sacó fotografias en aquella
época?- pregunté al fin.
-Algunas, pero no soy tonto… no las puedo colgar en la
pared- me contestó con una sonrisa.
Luego de eso vino el
silencio incómodo. Ambos recordamos el porqué de mi presencia en su casa.
-Y dime, Leon… ¿Cuántos hombres hay afuera?- preguntó de
pronto.
-Cinco patrullas están en la salida, también hay dos
francotiradores… se lo debo advertir por si es que intenta hacer algo estúpido,
Isaac. Pero es usted un hombre que ha vivido mucho y por ende es sabio… no
necesita advertencias.
-Hmmm… ¿en que clase de mundo vivimos en el cual un hombre
que vive muchos años es sinónimo de peligro para un país?- preguntó con un
suspiro.
-Solo en este… un mundo de mierda, Isaac.- contesté.- Pero,
reconózcalo un hombre de más de 200 años de vida es algo más que extraño… usted
ha sido invitado de forma muy cortés en varias ocasiones por las autoridades
para asistir a chequeos médicos y a entrevistas científicas, pero se ha negado
a todas.
-Mis razones tengo…
mi don debe ser cuidado, y no debe ser sabido por las personas incorrectas… es
decir tu gobierno, Leon.
-Sé a lo que se refiere y hasta cierto punto tiene razón…-
le dije.- pero ya dejó ser incógnito para el gobierno y ellos ya conocen su
caso, les intriga, desean saber, desean conocer qué es lo que sucede con usted.
No sea necio y venga con nosotros.
-Dudo mucho que quieran hacer conmigo solo un programa para
el Discovery Channel, Leon. Ambos sabemos que es lo que hacen las autoridades
cuando ven en alguien o en algo un potencial.
En ese momento dejé
mi plato de pollo coreano a medio terminar sobre un mueble de madera y miré
directo a los ojos de Isaac.
-Usted es listo…- le dije.- Y comprenderá que no es posible
que viva ya por casi 250 años solo por tener una dieta balanceada… ¿comprende?
Necesitamos saber, Isaac… y su negativa no hace más que empeorar las cosas.
Hasta donde sé es probable que usted sea portador de algún tipo de virus…
-Tú y tus bacterias, Leon… -dijo de pronto su voz.
Lo siguientes es lo
más escalofriante que he podido experimentar en mi vida. Su voz con esa última
frase apenas llegó a mis oídos como un susurro y solo el rabillo de mi ojo me
permitió distinguir su silueta evaporarse de la faz de la tierra. Desapareció…
Isaac Leigh desapareció literalmente frente a mis narices. Nada de explosiones,
nada de risas sarcásticas, nada de una persecución boba y alocada por las
calles de la ciudad… simplemente desapareció.
El caso quedó abierto
y la búsqueda de Isaac Leigh ha llegado a ser fundamental para las autoridades,
tanto así que fue incluida en la agenda de los 5 puntos más importantes que
tiene el gobierno para este año. Isaac Leigh, para muchos un vampiro,… para
otros un alien, para otros un hombre enfermo portador de una rara y desconocida
alteración genética. Como sea, se ganó una página más de mi querido diario.
Inmortalidad… ¿los zombies saben mucho de eso no?
LEON S. KENNEDY 01:12 A.M.