Bien, dicen
que siempre es mejor comenzar por el principio y eso es lo que haré…
Era mediodía
y había un tráfico horrible en la ciudad, tardé dos horas en llegar al lugar donde
debía recoger a un hombre para escoltarlo hasta una instalación de seguridad
del gobierno. Parecía ser un sujeto muy importante aun cuando yo ni siquiera
había oído antes hablar de él… su nombre era Graham Bacon. Cuando ya me faltaba
poco por llegar me comuniqué por radio con el agente que lo custodiaba en la
suite presidencial del Hotel donde este se hospedaba.
-Norman,
aquí Leon…- dije mientras aparcaba junto al hotel.- Ya he llegado, ¿todo bien
ahí arriba?
-De
maravilla.- me contestó Norman a través del radio.
Bajé del
automóvil y con prisa me metí al hotel. Pasé por tres detectores de metales y
enseñé mi credencial gubernamental a cinco empleados distintos del comité de
seguridad, sin duda este sujeto debía ser alguien muy importante como para que
lo cuidaran de esta manera y –modestia aparte- también como para que me
asignaran a mí como su escolta. Finalmente llegué a la habitación en el cuarto
piso, fue Norman quien me abrió la puerta.
-Hola, ¿todo
bien?- pregunté.
-Sí, el
señor Bacon se encuentra empacando en su habitación… se supone que ya debería
estar listo, pero…
-¿Qué?-
pregunté incrédulo.- ¿aun empacando? El protocolo exigía que a mi llegada
debíamos partir inmediatamente, espera iré por él…
Atravesé la
enorme estancia y dirigí mis pasos hacia la recamara, allí me dispuse a hablar
con el señor Bacon.
-Señor Bacon…
buenas tardes mi nombre es Leon Scott Kennedy, seré su escolta y mire, por la
hora creo que…
Lamentablemente no alcancé a terminar la
oración, un rostro familiar e impensado me observó desde el otro extremo de la
recamara, se encontraba bebiendo una lata de gaseosa y de pronto una enorme
sonrisa llenó su rostro. Arrojó la gaseosa al suelo y vino corriendo a mi
encuentro. Se trataba ni más ni menos que del odioso e insoportable Adam
Raynolds… quien luego se cambió el nombre a Kevin Grayson. El orate se abalanzó
sobre mi con la intención de besarme en el rostro, pero logré conectarle una
llave y lo arrojé al suelo.
-¡Pero….! ¿De
qué mierda se trata esto?- pregunté enfurecido al máximo.
-Ahmmm… ¿así
es como recibes a tus amigos?- me preguntó Grayson desde el suelo.- ¿no hay
globos o cotillón?
-Tú no eres
mi amigo, maniático.- le contesté e indignado volví a la sala para encontrarme
con Norman y pedirle unas cuantas explicaciones. Kevin Grayson es el ser más
infantil, irritable e insoportable del mundo, lo que contrasta con su pasado de
asesino de multitudes. Suele cambiar de nombre y de apariencia constantemente,
durante mucho tiempo estuvo prófugo gracias a que hábilmente se caracterizaba
como mujer y eludía la vigilancia de todos los organismos que le perseguían por
distintos países. Fui testigo una vez de como recibió poderes sorprendentes de
unas extrañas criaturas que habitaban más allá del vasto y terrible vacío
cósmico () convirtiéndolo prácticamente en un dios. Esto hizo que la O.N.U. hiciera
tratos con él para mantenerlo a raya a cambio de un suministro eterno de barras
de chocolate… ¡barras de chocolate, por favor! Sin contar nuestra aventura en
el extraño y terrorífico pueblo de Silent Hill (),… hacía ya bastante tiempo
que no me topaba con Kevin.
-Muy bien,
¿de qué se trata esto?, ¿en verdad debo escoltar a este orate?- le pregunté a
Norman indignado.
-Así es,
Leon… ¿cuál es el problema?- me preguntó confundido. En ese momento Kevin
apareció en la sala.
-¿Qué acaso
no eras un semi-Dios “todopoderoso” la
última vez que te ví?- le pregunté a Grayson.- ¿Por qué diablos pides escolta,
Kevin?
-Fue horrible,
Leon- me contestó el orate.- una mañana me vi en el espejo y supe que ya no
tenía poderes… no sé cómo… ahora solo soy un pobre y triste hombre mortal. Como
tú jeje. Por cierto ya no soy más Kevin, soy Graham.
-¿Eh?-
pregunté sin comprender.
-Que ya no
soy más Kevin Grayson, ahora me llamo Graham Bacon.
-No me
digas.- respondí con sarcasmo.- volviste a cambiar de nombre.
-¡No
contaban con mi astucia! u.u
Me llevé
ambas manos al rostro. Simplemente no lo podía creer, pero bueno… mientras más
pronto saliera de esta situación, más felices seríamos todos.
Me despedí
de Norman en la suite y luego con Kevin… digo, con Graham Bacon salimos del
hotel y nos dirigimos hasta el automóvil, metí su equipaje en el baúl y cerré
la cajuela con violencia.
-¡Hey, más
cuidado! Esa maleta vale más dinero que todos tus ahorros- me reprochó de
pronto.
-Escucha….
Graham. Solo hay una regla mientras te escolte camino a la instalación del
gobierno, y esa regla es… mantén tu maldita boca cerrada, ¿crees poder
cumplirla? No me costaría nada darte un balazo en la cabeza y luego decirles a
todos que fue un francotirador mientras estábamos en una luz roja.
-¡Eres un pesado!- me contestó y luego se metió casi
corriendo en el automóvil. Yo respiré hondo y al cabo de un instante me metí yo
también.
Viajamos mucho rato en silencio, miré varias
veces por el retrovisor y Graham a veces observaba por la ventana hacia afuera
con mucho cautela, lucía bastante asustado. Bueno, haber perdido sus poderes de
dios universal debe haber sido un duro golpe para él. Eso hizo que me
preguntara sobre qué clase de enemigos pudo haberse hecho este orate mientras
podía viajar por el universo y sus distintas dimensiones, digo, conociendo su
personalidad infantil e insoportable es fácil suponer que se ganó la odiosidad
de muchos, pero ¿por qué nuestro gobierno le protegía tanto?, ¿quién querría
hacerle daño esta vez?
-Hey, Graham…
quiero hacerte una pregunta, espero no te moleste.
-Vaaaayaaaa…
miren quien acaba de emitir un sonido.- me contestó.- el señor Leon “soy un
soltero amargado” Kennedy. ¿Quién es el que quiere hablar ahora, eh chico
listo?
-Es solo una
pregunta ¿bien?, aprovecha esta oportunidad que te doy para que hables… dime, ¿por
qué nuestro gobierno se preocupa tanto por tu integridad y busca ponerte a
salvo?
-Cuando tuve
poderes les hice muchos favores, varias ocupaciones e invasiones a países petroleros
resultaron sumamente fácil. Además… creo que es una forma de decirme “gracias”
por no haberlos aplastado cuando se me antojó.
-Ya… pues
viniendo de ti, lo creo cien por ciento.- respondí con un escalofrío.- Bueno,
ahora dime, ¿Quién te amenaza?, ¿Quién es el que quiere hacerte daño?
-Oh,
prefiero no hablar de eso.- protestó cruzándose de brazos.- Aunque no lo creas,
me recuerda a ti.
-¿A
mí?...-pregunté confundido, mas en ese instante preferí mejor no seguir
indagando.- Bueno, lo que tú digas, Graham.
Hacía un calor infernal.
El
atochamiento en la carretera era cada vez peor y permanecimos varios minutos
estancados en un cruce. De pronto un temblor subterráneo fue creciendo
gradualmente, poco a poco iba aumentando hasta llegar a un punto en el que
sacudió toda la carrocería del vehículo.
-Ahm,
¿terremoto?- me preguntó Graham desde el asiento posterior.
-Así parece…-
contesté no muy convencido, mientras veía a las personas de los demás
automóviles asustadas y confundidas al no saber qué era lo que estaba
ocurriendo.
Luego una
explosión justo en el automóvil que estaba adelante de nosotros sacudió los
cimientos de la tierra, el vehículo voló por los aires y una figura envuelta en
llamas subió hasta las nubes para luego caer con fuerza sobre nosotros
hundiendo parte del techo. Mientras me recuperaba del aturdimiento por la
sacudida pude oír una voz humana tarareando una canción arriba de nosotros,
luego el techo se abrió cual hojalata producto del filo de una espada y un
hombre de abrigo rojo apareció sobre nosotros… era un sujeto violento y
lunático, nos miró con desprecio y dijo:
-Digan sus
oraciones, payasos.
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¿Su nombre?.... Dante...
LEON S. KENNEDY 01:19 A.M.
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