Fue una
solución parche. Algo apresurado e improvisado para saber qué demonios había
pasado con nosotros.
Nos enviaron
de urgencia a un monitoreo psiquiátrico y yo esperaba mi turno junto a dos
hombres más en la salita de espera. Fue todo tan rápido que ni siquiera nos dio
tiempo para cambiarnos, llevábamos puestos trajes de combate y aún portábamos
nuestras armas. La secretaria del loquero nos miraba de vez en cuando de reojo
y asustada seguramente preguntándose “¿qué demonios hacen estos tipos aquí?” ,
en cambio a mí me preocupaba más la hora…, Sussman, uno de nuestros compañeros,
ya llevaba más de 20 minutos con el psiquiatra.
-Oh, Dios…
¿porqué diablos tarda esto tanto?- pregunté finalmente llevándome ambas manos
al rostro.- ¿No nos pueden dar vacaciones y ya?
-Sussman
debe estar intentando convencer al psiquiatra.- me contestó Dwight.- Creo que
tenemos al menos para una hora.
Acto seguido
la puerta del despacho se abrió y apareció Sussman, ya había terminado su
entrevista.
-Es su turno
ahora, señor.- me dijo de pronto la secretaria.
Me levanté
con prisa y me dirigí al despacho, me crucé con Sussman pero él ni siquiera
levantó la vista… parecía estar muy ofuscado. Entré y me recibió el doctor
quien me invitó a recostarme sobre un largo sofá, no pude evitar sonreír por la
escena, ah pero antes me pidió dejar mis armas sobre una mesa.
-Bien,
Apellido y nombre.
-Leon…
Kennedy.- respondí.
-¿Su
apellido es Leon y su nombre es Kennedy?
-No, disculpe… Ahm… Kennedy… Leon Scott.
-¿Edad?
-25 años.
-¿Consume
drogas?
-¿Se refiere
a drogas ilegales?
-Sí, drogas
duras.
-Hmmm…. Nop.
-Ajá, ¿hay
algún historial de enfermedades psicológicas en su grupo familiar?- me
preguntó.
-¿Cuál grupo?
-¿Disculpe?
-Digo… no,
la verdad no.
-Bueno,
cuénteme entonces ¿qué fue lo que ocurrió?
-Bien….. mis
compañeros y yo nos encontrábamos en Raccoon City, creo que usted ya ha oído
hablar de esa ciudad, y estábamos de lo mejor cumpliendo con nuestras
obligaciones… liquidando a una que otra persona zombificada cuando en un
callejón lo ví.
-¿En un
callejón lo vió?- me preguntó incrédulo.
-Así es, lo
ví bajo un farolito. Estaba allí… mis compañeros luego también lo vieron y lo
incluimos posteriormente en el informe. ¿Es de locos, no?
-Ya lo creo,
¿y qué estaba haciendo?
-Ahí estaba de
nuevo parado bajo el farolito con una pistola en la mano y se ocultaba de unos
infectados…
-¿Entonces
tenía manos?- me preguntó el doctor.
-Sí, y dos
piernas. ¿Fue lo que le dijo Sussman, no?
-Si, si…
ahora bien, usted ha dicho “ahí estaba de nuevo”, ¿Qué acaso lo vio antes en
alguna otra oportunidad?
-Ooh si.
-¿Cuándo?
-Cuando
estuve por primera vez en Raccoon City, el año 1998.
-¿Me podría decir
como fue esa experiencia?
-Horrible,
pero en cuanto a lo que nos convoca debo decir que fue hasta gracioso. No me lo
esperaba ¿sabe? Y fue una sorpresa hilarante, pero modificó por completo mi
dieta…
-¿A qué se
refiere?
-A que
después de ese encuentro jamás volví a probar el tofú.
... es cierto, no he vuelto a probar el tofú y me dieron vacaciones.
Leon S. Kennedy, 01:12 AM.
El diario de Leon S. Kennedy by Marcelo Carter is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License
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